Muere el doctor del Barcelona Carles Miñarro, el médico que había llegado al primer equipo tras 20 años en el fútbol catalán
La trágica noticia ha obligado a suspender el partido que tenían que jugar los azulgranas ante Osasuna.

La noticia del fallecimiento de Carles Miñarro ha golpeado con dureza a todo el barcelonismo. Especialmente al vestuario del FC Barcelona, conmocionados ante esta trágica noticia. El médico se había incorporado al primer equipo esta misma temporada para capitanear junto con el doctor Ricard Pruna el departamento de los servicios médicos, procedente del equipo de fútbol sala. Era la mano derecha de Pruna. Llevaba ocho años en la institución azulgrana. Entró a trabajar en el club en 2017 después de seis años como Médico adjunto de la Unidad Asistencial y Preventiva del Deporte del Centre d'Alt Rendiment de Sant Cugat.
Estudió en la Universitat Rovira i Virgili en Tarragona. Posteriormente, cursó una especialidad en Medicina del Deporte y un Máster en Traumatología del Deporte en la Universitat de Barcelona. Lo compaginó siendo Adjunto de urgencias extrahospitalarias de Traumatología en el Hospital Clínic de Barcelona. También realizó tareas de formación a residentes de Medicina Familiar y Comunitaria.
En julio de 2003 ejerció de Coordinador médico Centro Médico del Deporte SMB Bac de Roda durante cuatro años. Se encargaba de las visitas médicas deportivas, de las pruebas médicas deportivas (examen general, antropometrías, espirometrías, ECG), pruebas de esfuerzo con cicloergómetro directas (analizador de gases) e indirectas, valoración del estado de salud y nivel de adaptación al esfuerzo físico.
Durante esta misma etapa, en 2004, se incorporó a los servicios médicos del Terrassa FC hasta junio de 2012, año en el que se marchó a la Unió Esportiva Sant Andreu (2012-2014) También estuvo durante dos temporadas como jefe de los servicios médicos del Centre d'Esports Sabadell (2014-16), antes de incorporarse al FC Barcelona.
De 53 años de edad y con dos hijos, el "doc" del FC Barcelona, así es como le conocían en la caseta blaugrana, deja un enorme vacío difícil de reparar. Muy querido en el vestuario por los futbolistas, el cuerpo técnico y también el resto de empleados del club, se mantuvo alejado de los focos mediáticos.