Muriqi y Dani Rodríguez preparan los cañones del Mallorca rumbo a Europa

Las Palmas y Mallorca son sinónimo de felicidad. O más bien, lo eran. Porque el oasis que te ofrece una isla, en este momento, se ve totalmente opacado por la sequía en cuanto a fútbol. Porque canarios y mallorquines no atraviesan su mejor momento. Para los de Arrasate, la piedra en el camino de Europa, aunque este domingo han respirado y cambiado sus miras. Enfrente, aún peor. Porque a Diego Martínez se le presenta directamente un socavón. Con un descenso que pinta a ser muy apretado hasta mayo, solo un punto de margen le obliga a despertar de una vez. Y para colmo, tiene que afrontar un matchball con las ausencias de jugadores importantes como Fabio Silva o Sandro.

Son Moix quería meter el primer gol, y recibió a los suyos con un Mosaico 360 y bengalas. Crearon una caldera, y sus futbolistas respondieron muy motivados. Sin embargo, el primero en probar la portería rival sería el cuadro canario. Una contra peligrosísima de Javi Muñoz, que tras recortar a su marca, se encontró con un paradón de Greiff. Tres dedos salvadores. Aunque después, serían otros tres dedos los decisivos en el área rival. Porque Dani Rodríguez se vistió de mago, y con una trivela perfecta, trazaba un centro para dejar solo a Muriqi. Y cuando el pirata está solo, encañona a la escuadra. Son Moix estallaba con un absoluto golazo.

Con el 1-0, Jagoba pidió cabeza y control. Y los baleares empezaron a tocar con otro ritmo más pausado. Le tocaba apretar a los canarios, que solo veían algo de luz a balón parado. Sin embargo, el poco juego que conseguían amasar no superaba los ¾. El esquema táctico de Arrasate estaba saliendo a la perfección, con marcajes individuales a Bajtecic y Loiodice. Un escenario gris que, en otro torpedo, oscurecería por completo. Otra vez, el pirata. De nuevo, al dejarle espacio. Porque un centro perfecto de Mojica le encontraba al primer palo. Y cuando la defensa se da cuenta de que está libre, el balón ya estaba dentro de la red. La efectividad volvía a castigar a Las Palmas.

Le entraron las dudas a los de Diego Martínez, mientras ya calentaban varios jugadores. El escenario daba muy malas sensaciones. Y el Mallorca entraría con el cuchillo entre los dientes. Con un Mojica totalmente de subidón, se inventa un centro que despeja dubitativo Bajcetic, rebota en Loiodice, y remata en carrera Dani Rodríguez. Vio el pequeño espacio, y entró como un cañón. El balón, imparable para Cillessen. Un 3-0 que, en dos ocasiones más, casi se vuelve en manita. Un zapatazo de Darder… una manopla de Cillessen antes de que Asano empuje solo… Con la entrada de Benito por Loiodice, y mucho cloroformo con balón del Mallorca, Las Palmas se iría al vestuario con la cara colorada y la moral dinamitada.

La segunda parte iniciaría con Álex Suárez en el banquillo. Diego Martínez cambiaba el esquema con Pelmard, pero las cosas no cambiaban atrás. Porque en la primera incursión de Dani Rodríguez, casi llega el gol. Todo, gracias a una chilena ingeniosa de Asano. Estando todo tan a favor, por qué no probar suerte diría el japonés. Se le notaba tan crecido, que poco después enloquecería a la grada con un doble caño en el área. Son Moix empezaba a encloquecer, aunque estuvo a punto de estallar con el poste que impidió el hat-trick de Muriqi.

La sensación estaba, viendo a los técnicos sin parar de gesticular, de que un gol podría abrir el encuentro. Navarro perdió la carrera de Viti, y el centro sobre la línea encuentra a un Bajcetic que demostró su precisión. Pase a la red. Y las Palmas recuperaba algo de fe. No le quedaba otra a Diego Martínez que meter más carne en el asador: al campo Mata y Campaña. La respuesta de Arrasate: 4-4-2 con Larin y Antonio Sánchez. Cuando el partido parecía que entraba en dominio bermellón, incluso con un pie milagroso de Cillessen a Dani Rodríguez, Moleiro dejaba a todo Son Moix congelado con un disparo cercano al poste.

A Arrasate no le quedaría otra que proteger el resultado. Al banquillo los dos héroes de la noche, tocaba doblar los laterales con Toni Lato y Jaume. Movimiento que desterró por completo las opciones de una UD Las Palmas totalmente agotada en cuanto a energías y moral. Porque volvería a repetirse otra jornada sin ganar, y el enésimo tropezón ya les coloca en plena orilla del descenso. Y en Son Moix, zarpa el barco rumbo a Europa con más fuerza que nunca.