Álvaro Negredo, a los 38 años: "La crítica que peor llevo es que me insulten por la edad"
El madrileño repasa su carrera antes de recibir al Real Madrid en un momento en el que cuenta poco para su entrenador. "Te montas una paranoia sobre el partido que vas a hacer y luego no juegas".

No está siendo titular esta temporada para Sergio González, y sus números no son como querría. Pero no por ello se esconde y Álvaro Negredo (Vallecas, Madrid, 20/08/1985), campeón de Europa en 2012, nos concede una entrevista a pocos días de recibir al Real Madrid, uno de sus ex equipos. Después llegarían los goles en Almería, Sevilla, Manchester City, Valencia, Middlesbrough, Besiktas y Dubai.
Es su segunda temporada en el Cádiz, y a sus 38 años sigue con el mismo hambre que cuando en el Etihad le cantaban 'The Beast'. Álvaro recibe a Relevo en un hotel cercano al Nuevo Mirandilla, donde repasa su carrera y reconoce que sigue llorando cuando falla, que lo que más le duele es que le juzguen por su edad, y que ya ha soñado en cómo podría marcarle un gol al Madrid este domingo.
Si te hablo de Vallecas...
Me vienen muchos recuerdos y muy bonitos, porque ahí empezó todo, en el barrio con mi gente, fue una época en la que disfrutaba de verdad, me lo tomaba como un juego con mis hermanos. Eso se queda para saber de dónde vienes.
¿Has vuelto a disfrutar tanto del fútbol como en aquella época?
Creo que sí, he disfrutado mucho a nivel competitivo, aunque no siempre se tiene esa alegría porque hay mucha responsabilidad y dependes de mucha más gente.
Siendo un chico de barrio, ¿qué fue lo que más te chocó al llegar a 'la Casa Blanca'?
Bueno, todo, pero al final un vestuario es muy parecido. Yo venía del primer equipo del Rayo, mi ficha era de Tercera, así que cuando llegué al Castilla y veía ropa y coches de marca me llamaban la atención, pero tampoco me hicieron sentir diferente. El fútbol iguala a todos, vengas de donde vengas.
¿Recuerdas en qué te gastaste tu primer sueldo?
En varios vaqueros Levi's que se llevaban en la época, y en invitar a mis padres y mis hermanos a comer a un buen restaurante.
De repente, Capello empezó a fijarse en ti y te llama para el primer equipo. ¿Cómo te acogieron?
Muy bien, estaba lleno de los llamados 'Galácticos' y me sorprendió lo cercanos que eran. Quien mejor me recibió fue Guti. Y siempre que salíamos a correr al campo, Raúl se me acercaba para hablar conmigo y decirme que no bajara nunca los brazos, que aunque fallara, lo siguiera intentando.
¿Ahora se intenta menos?
Sí, porque ahora el futbolista tiene más miedo a fallar, creo que también porque con las redes sociales, tantos programas de televisión, medios, etc., recibimos más critica.
¿Tú cuál llevas peor?
Lo de la edad, que te insulten o cuestionen tu rendimiento por un tema de la edad, me fastidia mucho.
¿Te 'pone' más jugar contra el Real Madrid?
Siempre atrae, siempre te gusta jugarlo porque tienes ese gusanillo, y no sólo el futbolista. Ahora quieren venir todos los aficionados y el ambiente es distinto de otros partidos, eso nosotros lo notamos mucho.
¿Te motiva especialmente porque en su día te dejaron ir?
Ya no, han pasado muchos años, he hecho mi carrera y creo que ha sido muy buena. No echo de menos nada y he sido muy feliz, a todo el mudo le hubiera gustado jugar en el Madrid, pero en la época aquella, con los delanteros que había, era muy difícil.
Para el Madrid, ¿fuiste más un jugador por el que sacar rentabilidad económica o alguien por el que apostar?
En lo deportivo sabía que apostaban por mí porque lo hablé con Pellegrini cuando volví al Almería. De hecho, habían guardado una opción de recompra, pero había seis delanteros de nivel mundial y yo un niño que tenía que buscarme la comida en otro lado. Me costó mucho tomar la decisión de salir del Madrid, lo había hecho bien en el Almería, pero mi objetivo era mayor. El Madrid quería llevarme a otro sitio, sabía que el Sevilla estaba detrás de mí, quería desligarme y hacer yo mi camino. Les entiendo a ellos porque si sale bien una cesión pueden seguir generando dinero, pero yo tenía que desvincularme.
¿Cuándo te has sentido más feliz, con más ganas de entrenar cada mañana?
Voy todavía muy contento a entrenar con 38 años y disfruto cada día porque no sé cuándo va a ser el último. Tengo la misma ilusión que cuando con 19 cogí el coche y tiré para abajo, hacia Almería. Disfruté mucho en Sevilla, allí crecí mucho, el City fue una locura porque estuve muy bien y antes de la lesión del hombro lo jugué prácticamente todo. Tenía buena relación con el Kun y Dzeko, fue una pasada. También en Valencia y Middlesbrough, y Turquía es una locura para jugar al fútbol.
¿Qué tiene de especial el Cádiz?
El vestuario, desde que llegué es alegría constante, es broma, y cuando salimos al campo cambiamos el chip, parecen totalmente distintos. El día a día es diferente a todo lo que he vivido en otros lados. Seguramente sea por la idiosincrasia de Cádiz, el que está aquí se acostumbra a la alegría de la gente, que tiene ganas de reírse por todo y eso se contagia en el vestuario. Se aceptan las bromas en todo el grupo, nos reímos todos. Iza es de aquí y es muy gracioso, Alejo es un personaje, Fali tiene mucha guasa… Pero es que todos tienen gracia, con Sergi Guardiola "te meas" con porque es auténtico.
¿Te faltó suerte en tu último año en el City?
Tuve mala suerte porque la jugada fue tonta, veníamos de un 6-0 en casa ante el West Ham en la semifinal, con tres goles míos. Fuera íbamos 3-1 y marqué dos, pero por querer seguir y pelear todos los balones, en el minuto 90, caigo con todo el peso en el hombro y se me sale por completo. Intenté seguir jugando, el club contrató un 'fisio' especializado en rugby para poder jugar con la clavícula fuera. Íbamos a jugar la Champions contra el Barça y el Kun estaba lesionado. Quería jugar como fuese, pero me perjudiqué porque yo no estaba bien, tampoco me quise operar. Aun hoy, cuando me ven el hombro me preguntan que cómo puedo jugar así, pero ya no me duele.
¿Quién 'partía el bacalao' en Mánchester?
Había muchos, quizás el portero, Joe Hart, que era de allí. Y en el vestuario, para los hispanohablantes, el Kun era el que marcaba todo un poco, por su carácter tan echado para delante, muy de hacer bromas…
¿Has llorado mucho con el fútbol?
Mucho, sí, nadie o poca gente lo sabe, pero sí. Cuando no me han salido las cosas, cuando no he respondido como se esperaba. Aquí en Cádiz también he llegado a llorar porque no salían las cosas, quieres demostrar y no tienes esos minutos y no puedes responder al equipo. Es algo sano y no hay que avergonzarse, somos personas y sentimos, igual que cualquiera en su trabajo. Me salió así y no me escondo.
Cuando te enteras de que te quedas fuera del Mundial 2010, ¿también lloraste?
No, no lloré, claro que me dio un bajón porque es una fecha muy importante, hice buena fase de clasificación, fui el ganador del trofeo Zarra y me quedé fuera. En la Selección había gente muy consagrada y los mejores delanteros.
¿Por qué crees que fuiste desapareciendo de las convocatorias de España?
Cuando estaba en el City al final de temporada empiezo a jugar menos, y a Valencia me traspasan lesionado con el quinto metacarpiano roto. Firmo pero hasta finales de octubre no debuto. Hay otros delanteros que en ese tiempo entran y me voy quedando más al margen. Luego, con la salida al Middlesbrough, tienes menos visión para el seleccionador y cuesta más volver.
Cuándo dejas de contar en la Selección, ¿alguien te llama para comentártelo?
Nadie me llama ni nadie me dice nada, aunque es normal. Que se lo digan a compañeros que lleve 60 partidos es normal, yo sólo jugué 21. No me lo tomé mal, cambia la generación y van otros.
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¿Te queda la espina de no haber aportado más a la Selección española?
Sí porque como jugador quieres siempre dar más, pero no porque al lado tenían compañeros de una calidad enorme, estrellas del fútbol que hacían goles allá donde iban, yo estaba empezando, al fin y al cabo.
¿Quién te ha hecho mejor futbollista?
Kanouté me hizo muy buen jugador, porque nos aprovechábamos el uno del otro, él era el veterano y yo el joven, y el rol era distinto para mí. Era un modelo a seguir por todo: por su fútbol, su educación y por el respeto que le tenía todo el mundo. A mí me ha marcado mucho. En la Selección, con Torres tenía muy buena relación, con Llorente también. Puede sonar raro pero el grupo de delanteros que teníamos nos llevábamos muy bien, lo mismo con Villa, celebrábamos todos juntos y había una unión muy grande.
Aunque poca gente lo sepa, ¿tu época en el Valencia fue la más difícil?
Sí, tuve problemas personales por una separación que me afectó mucho. En ese momento el Valencia cambia la presidencia, con entrenador nuevo… El Valencia era muy complicado en esa época, pasaron muchas cosas. El equipo no estaba bien, no respondíamos en el campo, y yo mentalmente con mi separación estaba en una nube. Fue difícil para mí sentirme cómodo al 100%, me costó mucho.
En una entrevista reciente a Cazorla, me contaba que cuando estáis emocionalmente mal, no os lo contáis entre vosotros. ¿Tú lo comentabas con alguien?
No, con gente del fútbol no. Con algún 'fisio' sí, pero es como un tema tabú en el que no te quieres exponer a que te vean mal. Y está mal, porque si das ese paso y se lo comentas a tus compañeros, son los primeros que te van a ayudar. Los futbolistas somos cerrados para eso. Por lo que he vivido, no queremos que nos vean mal, quizás por no dar ventaja al otro y aproveche, prefieres comértelo tú. Luego el día que se sabe, se sorprenden.
¿Has hecho terapia alguna vez?
No la he hecho y te digo que no me hubiera ido mal en muchos momentos, porque llegas a un nivel de frustración y exigencia contigo mismo que no debes. Es sano inculcárselo a los jóvenes, los que salen antes de casa, y tengo una carrera hecha y una terapia les haría muy bien.
¿Y con los entrenadores tampoco lo hablabas?
He tenido buena relación con muchísimos entrenadores, con buena convivencia, con los que podía entrar a su despacho para tener charlas y comentarle me pasa esto. Al principio con Sergio entraba, ahora tengo otro rol, él quizás no quiere tener esa confianza porque me está dejando fuera, pero respeto esa situación. Al principio tuve muy buena relación en ese sentido, no quiere decir que ahora no la tenga, pero cuando llegó eran charlas continuas. Pellegrini mantiene más las distancias, también porque se mete en grupos con gente muy fuertes como en el Madrid, City, con gente muy difícil de llevar.
¿A ti como crees que te ven tus compañeros?
Espero que me vean como alguien en quien poder sentirse reflejados, no he sido persona que haya tenido conflictos externos o llamado mucho la atención, mucha gente se equivoca cuando dicen "mejor que hablen de mí aunque sea mal". Estás expuesto 24 horas, soy una persona seria cuando lo tengo que ser, cuido mucho a mis compañeros, o eso intento. Aconsejarles no sólo en lo futbolístico, sino sobre lo que la vida les puede traer. Quiero creer que me ven como una buena persona, es importante para yo sentirme bien con lo que he hecho en todos estos años.
¿Qué pasó con Nuno Espirito Santo en el Valencia?
Fue algo raro que nunca llegamos a hablar, no le guardo rencor. No soy una persona rencorosa, si le viera le saludaría, pero tampoco hemos vuelto a coincidir. Creo que fue a raíz de una entrevista que hice durante una fecha de selecciones, no estábamos bien en el Valencia y no hacíamos muchos goles, alguna respuesta mía no le gustó. Cuando retomamos después del parón, llega el primer partido e íbamos 19 convocados. Creo que Rodrigo y Alcácer estaban lesionados. Empiezo a cambiarme, me pongo las espinilleras, estaba ya vendándome para jugar y me viene el segundo entrenador a decirme que yo era el descarte. A partir de ahí se fue haciendo una bola muy grande, pero en sí, como no lo hemos hablado, no sé lo que pasó.
¿Cuál ha sido el entrenador que ha sacado la mejor versión de ti?
Emery, tanto en el Almería como en el Sevilla. Es un loco del fútbol, y siempre desde el respeto al futbolista. Me llenó porque es diferente, trabaja cada partido diferente, hay otros que trabajan más para el día a día, Unai era partido a partido, desde el primer día ya sabías cómo jugaba el rival y lo que te venía.
¿Crees que Sergio Ramos estará pensando en que puede volver a la Selección?
Sí, piensa que puede volver, yo como futbolista y con una mentalidad como la suya, lo pensaría. Físicamente es un toro, y muy bueno técnicamente. No es una cuestión de edad, luego hay que pensar qué quiere el entrenador, lo que está buscando, si quiere una oleada de jugadores nuevos como está haciendo y eso hay que respetarlo.
¿Ya sabes cómo podrías hacer daño a los defensas del Real Madrid?
Les conoces porque les estás siempre viendo. En defensa con la llegada de Rüdiger son muy fuertes, pero todos los jugadores tienen alguna carencia. Nosotros a veces defendemos con diez jugadores, a ver cómo pasan es barrera. Ellos al final lo hacen con tres o cuatro y es donde debemos aprovechar. Por muy Madrid, defender cuatro para seis que te vienen, es donde tienes que hacer daño.
¿Te has imaginado marcándole gol al Real Madrid este domingo?
Sí, pienso de todo, luego muchas veces nunca pasa. Lo pienso, en tu cabeza te montas una paranoia en el que haces el partido de tu vida y luego al final no juegas. Son las ganas de seguir disfrutando de este sueño.
¿Aún hoy te quedas dándole vueltas cuando fallas goles?
Sí, sí. Todavía hoy, muchas veces he ido al entrenamiento del día siguiente casi sin dormir por no poder pegar ojo, por el error que ha costado el partido, o tras haber ganado y no haber marcado.
Te invito a hacer un ejercicio de sinceridad. ¿A quién crees que le debes un perdón?
Seguro que algo haría diferente, a nivel físico a lo mejor porque no me he cuidado la dieta, he llevado buena alimentación, pero ahora soy más estricto, lo hubiera hecho más a rajatabla. Con entrenadores habré fallado con más de uno, aunque les he respetado, no tengo ningún roce, no sé por qué tendría que pedirle a Nuno perdón, pero si tuviera que hacerlo, lo haría. No siento que tenga un enemigo, me he podido equivocar, y con compañeros debería haber intentado cuidar más la relación de después. Vamos y venimos, pero algunos que se quedan, por ejemplo. Me pasa con Agus, un central al que conocí muy joven en el Madrid. Llegamos a la vez y el tiempo nos ha ido alejando. Pasaba días enteros con él y se nos ha perdido esa relación, aunque sabemos que con una llamada estaríamos ahí el uno para el otro.
¿Las gracias, a quién se las darías?
A mis padres, porque no se las he dado lo suficiente por lo que han hecho por mí para llegar hasta aquí. Hay gente que dice que es su obligación, y no es así, tienen la obligación de cuidarme y darme una educación, pero el esfuerzo que hicieron con los tres es para darles las gracias todos los días.
¿Y a quién deberías decirle 'Te quiero'?
A mi pareja se lo digo todos los días, a algún amigo de los que siempre han estado ahí. Todavía mantengo relación con los que empezamos en la guardería, se lo diría a ellos.
¿Piensas en el final de tu carrera?
Lo pienso, pero no quiero pensarlo porque se me hace bola, no me gusta nada. Pero es cierto que está cerca, hay que ser realista. Me gustaría que fuera jugando, sé que es complicado porque pocos juegan el último año, pero si tengo que pedir un deseo, es ese.

¿Te tomaste este año como el último?
No, pueden pasar muchas cosas, no sé lo que deparará el futuro. Físicamente me encuentro muy fuerte, psicológicamente estoy francamente bien.
¿Pero Cádiz no es tu última parada?
Por tema de contrato sí, acabo esta temporada y luego Dios dirá. Es cierto que me gustaría seguir.
¿Y después?
Me gustaría ser entrenador y tengo tiempo de prepararme. Llevamos toda una vida y contamos con mucho conocimiento, aunque no todo el mundo vale. Yo, al menos, lo voy a intentar.
Para ese momento de tu vida, ¿qué apodo te gusta más: 'Tiburón' o 'La Bestia?
Corresponden a dos etapas de mi vida. Tiburón en España y la Bestia me lo pusieron cuando llegué a Inglaterra. Ahora quizás me viene mejor la de Bestia porque sigo entrenando bien, fuerte, con muchísima ilusión. Tener eso con 38 años es difícil. Soy una bestia mentalmente, me siento bien por cómo he llevado mi cabeza durante toda mi carrera.