UD ALMERÍA

La odisea de César Montes para volver a Almería: tres vuelos, cinco ciudades y 7.236 kilómetros... en 24 horas

El central mexicano movió cielo y tierra para volver a entrenarse con el grupo cuanto antes.

César Montes contra Ghana. /REUTERS
César Montes contra Ghana. REUTERS
Jonathan Ramos

Jonathan Ramos

El virus FIFA no solo se reduce a las lesiones. Jugar con tu país puede ser un regalo, pero también un inconveniente. En el caso de César Montes, el balance se inclina ligeramente a lo segundo. El central del Almería volvió a sonreír después de encadenar dos partidos completos con la selección de México durante este parón internacional. Con su país logró sumar minutos tras un par de encuentros ligueros sin pisar el césped, medida adoptada para evitar riesgos de recaída en su lesión frente al Sevilla. Su vuelta supuso la cara A, pero después llegó la cara B.

En este caso, la cruz de la moneda fue la absoluta odisea que ha tenido que vivir para estar en Almería cuanto antes. Desde que terminó el partido contra el Athletic, el 6 de octubre, hasta este jueves, César Montes ha sumado 14.912 kilómetros de viaje en sus piernas. Primero fue volar desde Bilbao hasta Madrid, para posteriormente partir de la capital española rumbo a Charlotte.

Una vez aterrizado en tierras de Carolina del Norte, forjó un gran partido frente a Ghana. Victoria por 2-0 para los norteamericanos y, de nuevo, cambio de ciudad. Esta vez los mexicanos jugarían en Filadelfia ante la selección alemana, un encuentro que no pasó del empate. Ahora sí, comenzaba un rompecabezas cuyo premio final era estar lo antes posible a Almería.

La federación mexicana de fútbol tenía previsto un itinerario que aseguraba a César Montes llegar a la ciudad andaluza durante la madrugada del jueves al viernes, algo que no era suficiente para el central. Por este motivo decidió remover Roma con Santiago. La primera decisión fue salir del estadio directo hacia Nueva York en coche. 

Tras dos horas, llegó a la Gran Manzana, donde tenía un vuelo directo a Barcelona especialmente cuadrado para poder dormir y así evitarse el jet-lag al aterrizar en España. Esas ocho horas en el aire fueron solo un aperitivo. Después llegaron los vuelos de Barcelona-Madrid, para finalizar con un Madrid-Almería que hizo tocar suelo almeriense a las 13:00 de este jueves.

Pese a sus esfuerzos, no ha podido entrenarse con el grupo, que se ha ejercitado sobre las 9:30. Como ha podido saber Relevo, él trabajará en solitario a lo largo de la tarde para estar al 100% antes de los entrenamientos previos al choque dominical contra el Girona. Una travesía que se cerró con 7.236 kilómetros repartidos en tres aviones y un viaje en coche, todo ello en menos de 24 horas.