FC BARCELONA

Oriol Romeu ficha por el Barça: Xavi ya tiene a su mediocentro y a un mentor para el vestuario

El jugador ya ha pasado reconocimiento médico con el equipo azulgrana. Firma por tres temporadas y con una cláusula de 400 millones.

Oriol Romeu durante un partido en Villarreal./AFP
Oriol Romeu durante un partido en Villarreal. AFP
Jordi Cardero
Alex Pintanel

Jordi Cardero y Alex Pintanel

Dice JD Salinger en El guardián entre el centeno que cuando uno regresa a un museo al que ya ha ido, lo único que ha cambiado es él. "A Holden le encanta pensar en el museo, porque allí todo permanece igual. Nada cambia nunca, y todo sigue tal como lo recuerda cuando hacía viajes escolares allí cuando era niño". Oriol Romeu debutó en el FC Barcelona de Pep Guardiola. En un equipo que comenzaba a aprender a ganar. Salió a buscarse la vida fuera, levantó una Champions, se convirtió en líder del Southampton, elevó el nivel competitivo del Girona y ahora regresa a Barcelona. Lo hace tras firmar un contrato por tres temporadas y con una cláusula de 400 millones de euros.

Oriol Romeu cazado a la salida del reconocimiento médico. Relevo

Y el Barça, otro Barça, también se empeña en volver a ganar. Ahora ya sabe cómo hacerlo. La última Liga demuestra que el camino tomado es el correcto. Oriol Romeu vuelve al mismo universo, a un decorado que a pesar de las dificultades sigue siendo igual de exigente.

"Sí, estoy contento", aseguró a pregunta de Relevo, cuando fue cazado a la salida del reconocimiento médico antes de estampar su firma como nuevo jugador del Barcelona. El nuevo jugador azulgrana también aseguró que todavía no ha hablado con Xavi, pero sabe perfectamente lo que le van a pedir. Lo lleva en el ADN.

Cuando aquel adolescente dejó atrás Barcelona, comenzaron a brotar de él aires de grandeza. Cuando entró al vestuario del Chelsea, empezó a fijarse en las estrellas. Comenzó a gastarse mucho dinero en ropa, en construir una nueva apariencia. Hasta que conoció a uno de sus mejores amigos, Juan Mata. El atacante le enderezó. Ahora ni tan solo usa las redes sociales.

Nada tiene que ver con Romeu el Oriol que vivió en Londres. Si de Barcelona salió un mediocentro con tintes soberbios, ahora vuelve al mismo lugar una padre de familia, de vestuario, que lidera, que ha cambiado la moda por la filosofía y su gusto por el estoicismo. Un ejemplo de profesionalismo que cuida al milímetro su dieta, su forma física y cuya última temporada que no se marchó a Girona para retirarse en la Costa Brava. Al contrario, alquiló una casa al lado del centro de entrenamiento. Lideró al Girona desde el fútbol y desde el mensaje cuando tuvo que hablar. En un vestuario tan joven como es el del Girona, Romeu fue uno de los mentores.

Segundas partes no siempre son malas

Oriol Romeu se convierte en el último futbolista en comprar un billete de vuelta al Camp Nou. Los casos más exitosos fueron los de Gerard Piqué, Jordi Alba o Cesc Fàbregas. El último en regresar fue Adama Traoré, que se unió a una lista que conformaban Denis Suárez, Aleix Vidal, Aleñá o Deulofeu. Lo que diferencia a Romeu del resto es que él llega en máxima plenitud.

Piqué volvió a Barcelona tras un erasmus en Mánchester. Bajo las órdenes de Alex Ferguson y tras un cesión en el Zaragoza, Gerard comenzó a cultivar el central que explotaría al lado de Puyol y Márquez en su temporada de regreso, la del triplete. Jordi Alba, que fue invitado a irse, se marchó al Valencia como extremo y tomó el tren de vuelta como un prometedor lateral izquierdo. Ambos lo han ganado todo como culers. Las segundas partes no siempre son malas, ahí está el precedente de la saga de El Padrino.

El de Cesc Fàbregas fue, de algún modo, el regreso del hijo pródigo. Exiliado a Londres como adolescente, creció a las órdenes de Arséne Wenger. Volvió al Camp Nou porque la historia no podía escribirse de otra manera. Sobre el campo dejó ver una conexión natural con Messi que había nacido durante su etapa en el fútbol formativo. A pesar de presentarse como una alternativa -más vertical, más goleador- a Xavi e Iniesta, incluso Thiago, no terminó de tener continuidad.

El espejo de Adama Traoré

Posiblemente el espejo más real en el que pueda mirarse Oriol Romeu sea el de Adama Traoré. Al extremo de L'Hospitalet se le recuerda algún que otro cameo en el medio año que disfrutó como blaugrana tras su salida. Lo hizo durante los primeros meses de Xavi como entrenador del Barça. El Barcelona fichó a un extremo consolidado, a un especialista. De él se recuerdan actuaciones como la del partido ante el Atlético de Madrid en el Camp Nou, aquellos acelerones que le hacían imparable cuando arrancaba.

Oriol Romeu llega todavía más maduro y con cartel para ser algo más que un recurso de emergencia. Aunque su trote parece esconderlo, el fútbol del de Ulldecona tiene una intensidad más de Premier que de Liga. El último curso cometió dos faltas por partido, dato que sólo superó un blaugrana: Gavi, con 2,5. Con el ritmo inglés interiorizado, le señalan infracciones que no eran consideradas como tal cuando jugaba en Southampton. Es, eso sí, plena seguridad. No tuvo en toda la competición un solo error que terminara en un disparo del rival.

Con el paso de los años, Oriol Romeu, con el apoyo de un coach, ha ido perfeccionando su fútbol. Tanto la técnica como la concentración. Para esto segundo llegó incluso a pedirle consejo al propio Xavi cuando su ya nuevo entrenador comenzaba a explorar el área técnica del Al Sadd.

Míchel, que ha visto como Oriol Romeu ha sostenido su proyecto en el regreso de Girona a Primera, habló sobre su pivote y Busquets tras el partido que los suyos empataron en el Camp Nou. "Venía con la camiseta de Busquets, que me la ha regalado, y me la voy a poner porque es de esos jugadores que hacen mejores a los demás... y Oriol es igual. A los dos es un placer verles jugar desde fuera porque lo hacen todo bien. Oriol dio una exhibición y tenemos la suerte de tenerlo, es uno de los fichajes para seguir creciendo", valoró Míchel.

Oriol Romeu regresa a la casa que le vio nacer pero no crecer. Regresa bajo la misma exigencia. El decorado cambiará a mejor cuando terminen las obras del estadio, pero el entorno que lo acompaña seguirá intacto. Regresará como un futbolista radicalmente distinto al que se marchó.