Ortiz Arias se olvida que era segunda amarilla a Antonio Blanco y diez minutos de atención acaban en roja a Sivera
El colegiado vio en la pantalla la mano del guardameta tras una larga atención médica. También se olvidó de sacar la roja al centrocampista.

Dos acciones de lo menos convencional se dieron en el encuentro entre Deportivo Alavés y Villarreal en Mendizorroza. Los babazorros acabaron con nueve futbolistas tras las expulsiones de Antonio Sivera y de Antonio Blanco. Ninguna de las dos fueron ni mucho menos acciones habituales. Para empezar con el portero, que vio la roja tras ser atendido durante más de diez minutos tras un brutal choque con Ayoze Pérez.
En un balón en largo hacia Ayoze, Sivera sale a tratar de tapar con la mala fortuna de golpear el balón con la mano fuera del área cuando el delantero del Villarreal embocaba portería. Una roja de manual, aunque el Deportivo Alavés reclama que tiene el brazo apoyado en el suelo y que, por tanto, no es punible. La rareza de la acción es que antes de ver la jugada en el monitor, Ortiz Arias esperó, como es lógico, a que finalizara la atención médica al guardameta, que hizo saltar todas las alarmas.
Afortunadamente, se quedó en un susto. De hecho, el portero pudo retirarse por su propio pie y hasta dejó alguna duda de si iba a ser sustituido porque parecía encontrarse en plenitud, más allá de llevar una gasa porque parecía estar sangrando de la boca. Lo más lógico hubiera sido que sí, más todavía cuando después se ha desvelado que sufre un traumatismo craneoencefálico leve. Aunque Coudet no tuvo ni que tomar la decisión, ya que se vio forzado a ello por la roja a Sivera. Dio entrada a Adrián, con Owono lesionado fuera de la lista. Más de diez minutos después, se reanudó el partido.
Aquel incidente trajo consecuencias, como los 15 minutos de descuento que tuvo que dar Ortiz Arias para suplir ese largo periodo con el partido detenido. Ya en ese añadido, el colegiado vivió un incidente paranormal. Quiso amonestar a Antonio Blanco, sin darse cuenta de que, en realidad, el centrocampista del Alavés ya tenía cartulina amarilla. Por tanto, doble amarilla y roja en consecuencia.
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Pero no recordaba esa primera amonestación, no la tenía bien apuntada o no se percató en el momento de escribirla en su cartulina. Tuvo que ser el VAR el que le avisó de este extraño fenómeno. O, al menos, esa sensación dio, ya que fue un aviso por el pinganillo y no fue a la pantalla a revisar nada. En directo, hubo algo de confusión porque podía dar la sensación de que le habían advertido de que era roja directa, un escenario improbable, visto lo visto, ya que en ese caso hubiera acudido al monitor a revisar. El caso es que, además, se reanudó el juego y del 92:06 al 92:27 Antonio Blanco jugó con dos amarillas. Algo que no irá a ninguna parte si el Villarreal decide reclamar, ya que se trata de un error del árbitro y no hay impacto alguno en el devenir del partido.
La polémica no evitó que el Deportivo Alavés sacara adelante un partido complicadísimo, ante un equipo que pelea por posiciones Champions y tras jugar 40 minutos con diez y los 15 restantes con doble inferioridad numérica. Una hazaña que les permite salir provisionalmente del descenso, con 26 puntos en el casillero, aunque a la espera de lo que hagan el Valencia y la Unión Deportiva Las Palmas. Pero, en definitiva, un paso de gigante para convertir su casa en un fortín y seguir aproximándose a la permanencia.