OSASUNA 1 - LAS PALMAS 1

Osasuna se rinde ante el muro de Álvaro Valles

El Sadar empujó en busca de una segunda victoria en casa, que no llegó gracias a la gran actuación del portero canario.

Lucas Torro se lamenta por una ocasión fallado por Osasuna./EP
Lucas Torro se lamenta por una ocasión fallado por Osasuna. EP
Pablo Ruiz

Pablo Ruiz

El ambiente del Sadar es el jugador número '12' para Osasuna. Da igual que los rojillos llegaran al partido de esta tarde tras dos derrotas consecutivas o que sólo se haya podido celebrar una victoria como local en las gradas. Osasuna nunca se rinde porque su gente le empuja para seguir apretando, sea cual sea la circunstancia. En la tarde de hoy llegaba Las Palmas, enrachado y con el ojo puesto en dar el salto definitivo a la lucha por Europa.

Dominó el equipo de Jagoba Arrasate, que sometió a los canarios desde el pitido inicial, arrebatándole lo que más le gusta: la pelota. La superioridad en la posesión rojilla fue tan llamativa, como determinante para que Sergio Herrera viviera en una calma continua en el primer acto. Osasuna impuso su fútbol y Las Palmas no supo asentarse en esa nueva idea de elaborar con pocos toques y juego directo, donde Sory Kaba no fue la referencia que García Pimienta esperaba.

[Consulta aquí la clasificación de LaLiga EA Sports]

Budimir rondó el gol en todo momento y compró todas las papeletas posibles para adelantar a los navarros, pero Mika Mármol desbarató cualquier idea del croata de perforar la red. El exfutbolista del Andorra dio una lección de cómo marcar los tiempos en los cruces y la UD Las Palmas iba empezando a estar demasiado arrinconada. Osasuna siguió a lo suyo y cuando el grito de gol iba a retumbar en los cimientos del Sadar, apareció Álvaro Valles, el héroe de la noche.

Osasuna dejaba vivo al cuadro grancanario, cuyo guion no cambió demasiado en el segundo acto. David García cabeceó el enésimo córner botado por los locales y cuando al balón le faltaba un milímetro para rebasar la línea, apareció de nuevo el guante de Valles. El portero de Las Palmas mantuvo el marcador igualado, aunque la sensación que daba el encuentro era que los milagros no podían durar siempre. Ahí reaccionó García Pimienta, que tenía una carta guardada para cambiar el partido.

La entrada al césped de Alberto Moleiro, con el '10' la espalda y la misma magia que tienen los elegidos canarios en sus botas, le dio un giro a todo lo visto anteriormente. Sustituyó a Sory Kaba y el encuentro fue otro. Las Palmas volvió a tener algo de protagonismo con el cuero y sentido a la hora de tejer ataques con precisión y vocación ofensiva y vertical. No tardó en sacar la varita para anotar su primer gol en Primera, dejando mudo al Sadar con una obra de arte que fabricó conduciendo el balón cosido a la bota y decidiendo el momento exacto de ponerlo en la escuadra. La acción de un elegido de 20 años.

Pareció que a los de Jagoba Arrasate les faltaba que alguien les diera un golpe para que la reacción fuera efectiva. Budimir se lo tomó en serio y vengó al osasunismo ante el muro de Álvaro Valles. El delantero croata se anticipó a Saúl Coco y remató a la red un centro de Moncayola, que había entrado poco antes al partido. Osasuna volvía a igualar apenas tres minutos después de recibir el tanto.

De ahí hasta el final, Osasuna no se rindió y siguió apretando para culminar la remontada, pero ya no era el monólogo del inicio. Las Palmas se había enganchado tarde al partido, pero a tiempo y a balón parado pudo hacer daño. El resultado no se movió y los puntos se repartieron entre Pamplona y Gran Canaria. El Sadar empujó en busca de una segunda victoria en casa, que no llegó y que deja a Las Palmas con su etiqueta de revelación (con permiso del Girona) y a los rojillos dejando la reacción para otro día.