OSASUNA 0 - ATLÉTICO 2

El Osasuna-Atlético saltó por los aires en el 75' y cambió todo: polémico gol anulado, tres rojas...

Arrasate, Morata y el Chimy Ávila se marcharon al vestuario antes de tiempo. Una falta de Aimar Oroz a Witsel cambió el partido.

Martínez Munuera discute con los jugadores de Osasuna./AFP
Martínez Munuera discute con los jugadores de Osasuna. AFP
Jonás Pérez

Jonás Pérez

El Sadar no daba crédito a lo ocurrido en torno al minuto 75 del partido ante el Atlético de Madrid. En un balón parado, David García convirtió el tanto del empate de cabeza, pero el colegiado anulaba la acción por falta previa de Aimar Oroz sobre Axel Witsel. Un codazo, o pequeño manotazo, que no se apreció en directo y que enfadó enormemente a los miembros del banquillo rojillo. Tanto que le costó la expulsión a Jagoba Arrasate, que protestó enérgicamente la decisión a Martínez Munuera.

La acción se inicia con el típico sistema de bloqueos y pantallas a los futbolistas con el fin de encontrar remates fáciles. Siempre antes de que el balón se ponga en juego se dan empujones y agarrones. Es lo que ocurrió en esta ocasión, pero ya con la pelota en el aire. Entonces, Giménez empujó a Aimar Oroz, que, del movimiento, contactó con el rostro de Axel Witsel.

El belga cayó y, un segundo después, David García cabeceó al fondo de la red. Martínez Munuera pitó la falta de primeras, aunque dejó que la jugada acabase. González Fuertes, desde el VAR, no le avisó. Es cierto que el contacto existía, por lo que se trata de una jugada gris, en la que presuntamente el videoarbitraje no debe entrar. Aimar Oroz explica la acción en DAZN tras el encuentro: "Giménez me mete un empujón y al ir para atrás le toco un poco por la mano, nada del codo, ni nada. Un poco con la mano. De empatar se pasó al 0-2. Lo ha tenido muy claro el árbitro, no puedo decir nada más".

Arrasate y su cuerpo técnico vieron la jugada en la pantalla y no se creían que el tanto no hubiese subido al marcador. "Aimar le toca un poco con la mano, no puede ser falta en la vida. Me voy a perder dos partidos por decirle al árbitro que no es nada y con las manos en los bolsillos. Si digo algo más, me meten cuatro. Esta es LaLiga que quieren, nos están quitando la libertad de expresión. Es un gol clarísimo. El trato desde el minuto 1 ha sido muy diferente a los dos equipos. Pero no es nada nuevo. Tenemos una impotencia terrible. Hay un trato muy diferente en esta Liga. Algunos entrenadores somos expulsados, otros no. Me queréis tirar de la lengua, pero es que no puedo hablar. Venimos de lo de Kounde con Pablo Ibáñez que no pita falta. Giménez empuja a Aimar y le desequilibra. Por eso le toca con la mano. Si os fijáis pita después del gol", explicó el técnico. De hecho, todos hacían gestos de que no había ocurrido nada. Las protestas costaron la expulsión al técnico rojillo un minuto después. Y, desde entonces, el partido se calentó hasta llegar a extremos a los que jamás se deberían llegar. 

Álvaro Morata y el Chimy Ávila se enzarzaron. El rojiblanco dio un golpe en el hombro al de Osasuna, que se echó al suelo como si hubieran impactado en su rostro. El enfado del colchonero no sirvió para evitar su tarjeta amarilla. Una jugada después, los dos delanteros volvieron a chocar, alcanzando el peor de los desenlaces.

Morata cayó al suelo, el Chimy pugnó por un balón, saltó y acabó pisando la rodilla del rival, que, afortunadamente, se encuentra en perfecto estado. La repetición no termina de aclarar si fue un accidente o si el jugador de Osasuna, caliente por lo sucedido, buscó dejar un recado a su adversario. Martínez Munuera decidió sancionarlo con tarjeta roja directa para el local y la segunda amarilla y, por tanto, expulsión para uno de los pichichis del campeonato. Es la segunda del argentino esta temporada y su cuarta con el club, siendo el delantero con más amonestaciones de su historia.

Así enfureció un partido que había transcurrido hasta entonces con total normalidad. Una polémica decisión de Martínez Munuera calentó los ánimos, que no se apaciguaron tras el tanto de Rodrigo Riquelme, que sentenció el encuentro. Dos expulsiones en el campo, otra en los banquillos... El Sadar pudo ver uno de los duelos más tensos de la jornada.