Las Palmas congela al Valladolid jugando una hora con uno menos

Decía Diego Martínez en la previa que su equipo debía gestionar bien emocionalmente lo que ocurriese durante el partido y el encuentro los puso a prueba. Sandro adelantó a los suyos con fortuna y todo se torció con la expulsión de McKenna, pero los canarios jamás se derrumbaron. Latasa consiguió el empate y poco más, porque incluso jugando con Bajcetic como central improvisado Las Palmas congeló al Valladolid en el Zorrilla.

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El partido comenzó caliente no sólo por el ambiente del José Zorrilla, sino por una acción de Hein en la que McBurnie reclamó penalti, aunque De Burgos Bengoechea no lo comprara. Aquello sólo era la antesala de un partido más que accidentado. Los primeros veinte minutos transcurrieron sin pena ni gloria, hasta que la fortuna sonrió a Las Palmas.

El equipo canario, que atacaba sin premio ante un Valladolid tan replegado como indefenso, consiguió conectar al propio McBurnie con Sandro. El delantero canario no lo pensó dos veces y remató desde fuera del área un balón que iba hacia las manos de Hein, pero Javi Sánchez metió el pie para intentar frenarlo. La pelota se desvió en el capitán vallisoletano y aquello condenó al portero, que vio el balón pasar por encima suyo antes de abrazarse con la red.

El Valladolid reaccionó al tanto de Sandro dando un paso al frente sobre el césped y lo hizo evidente un par de minutos después con una acción en la que Marcos André marcó el empate pero un fuera de juego de Anuar invalidó el tanto. El Zorrilla, que en el inicio pitaba, aplaudía la valentía de los suyos hasta que Essugo les dio más motivos para creer. El mediocentro regaló un balón al propio Anuar y McKenna se vio obligado a derribarlo para evitar el mano a mano ante Cillessen. El escocés pagó el error del portugués y dejó a Las Palmas con uno menos a la media hora de encuentro.

A partir de entonces Grillitsch cogió las riendas del partido y ejemplificó el buen hacer del Valladolid, que al borde del descanso volvió a lamentar un gol anulado. Esta vez era de Anuar, que remató un gran centro de Raúl Moro pero estaba apenas adelantado respecto a la posición de Alex Muñoz.

Diego Martínez se encontró más problemas al llegar a vestuarios y ver a Mika Marmol cojo, por lo que tuvo que improvisar a Bajcetic como central para la segunda mitad. También entró Fabio Silva por Moleiro, que había visto la amarilla. Álvaro Rubio se dio diez minutos para analizar a su equipo hasta que optó por un cuádruple cambio que sacudió al Valladolid.

Latasa, uno de los que entró, estuvo a punto de marcar en la primera acción de ataque en la que Iván Sánchez, otro de los recién ingresados, colgó un balón tenso, pero la pelota se paseó por toda el área de Cillessen sin encontrar rematador. El delantero recibió pitos de su afición pero en apenas seis minutos los transformó en aplausos cuando Marcos André hizo bueno otro gran balón de Iván Sánchez y el propio Latasa fusiló a Cillessen. No sólo empataba el partido, sino que se estrenaba como goleador con la camiseta blanquivioleta.

El partido dio un vuelco desde el empate de Latasa que hizo creer al José Zorrilla. Álvaro Rubio simplificó el juego y su equipo comenzó a llegar por las bandas y buscar centros laterales para aprovechar las debilidad de Las Palmas en los centrales. Entonces emergió la figura de Cillessen con dos paradas espectaculares ante Raúl Moro y dos acciones defensivas de nivel de Álex Muñoz y Bajcetic, que se mostró muy sólido a pesar de jugar en una posición que no es la suya.

El Valladolid lo intentó centrando para buscar la cabeza de sus delanteros, regateando con sus extremos desde las bandas y aportando la llegada de jugadores como Mario Martín desde segunda línea, pero la moneda siempre salió cruz. Incluso Aznou apareció en terrenos de Cillessen para fusilar un balón muerto desde el punto de penalti, pero la pelota se escapó apenas por encima del larguero.

La fortuna que tuvo Sandro para adelantar a Las Palmas no la tuvo el cuadro vallisoletano en ninguna de las acciones en las que merodeó el área de Cillessen. Los canarios resistieron casi una hora con uno menos y un central improvisado para llevarse un punto que sabe a gloria en Canarias y no sirve de nada en Valladolid.