El palo de Arda Güler que es un toque para Ancelotti
El turco volvió a exprimir los pocos minutos que le dio el italiano con una genialidad que pudo ser el gol de la Liga.

Ancelotti dio entrada a Arda Güler en el minuto 84. El Real Madrid andaba de fiesta en El Sadar. Ganaba 1-4 con un Vinicius al rojo vivo. Pero el turco saltó al verde viendo el marcador a cero, el suyo. Sólo así uno es capaz de exprimir los minutos. Hasta ahora, su entrenador le está ahorrando mucha cuota de pantalla y él sólo pretende rebelarse con la pelota. Con el regusto de su actuación contra el Celta, donde saltó al campo en el minuto 89 y marcó su primer tanto de blanco en el 94', ante Osasuna se marcó una genialidad que a punto estuvo de convertirse en el gol de LaLiga o en un potencial Premio Puskas.
Poco después de que Iker Muñoz transformara el 2-4, en el 93', Güler tuvo una ocurrencia. La bombilla se le encendió en el centro del campo. El turco peleó un balón y, sin pensárselo, intuyó la gloria al ver adelantado a Sergio Herrera y, con un toque que fua casi una caricia, se sacó un zapatazo de 50 metros que acabó golpeando en el larguero. Un chispazo de talento y que hizo alucinar hasta Vinicius. Las cámaras de Movistar+ captaron al brasileño en el banquillo con gestos que iban entre la incredulidad y el entusiasmo por lo que había hecho su compañero.
Todos en el vestuario del Real Madrid son conscientes de la joya que tienen entre manos y de lo necesitada que está de respaldo. A Güler le estaba pesando en sus jóvenes espaldas tanto el poco protagonismo sobre el verde como su escasa aportación. Su gol contra el Celta, bautismo de blanco, fue como un descorche. Una liberación suya y de unos compañeros que corrieron a abrazarle y a reclamarle alegría. El más vehemente en sus gestos, cómo no, fue Rüdiger, que dibujó con la mano una sonrisa en el rostro de un futbolista que apenas lo celebró.
Contra Osasuna dejó otro highlight. Un no-gol que, en la caseta, se ha celebrado casi como si hubiera marcado. "Es un gran talento, sólo un gran talento puede ver una jugada así y él lo es. No importa que no haya marcado, para nosotros es gol", declaró Ancelotti en conferencia de prensa.
La temporada de Güler, fichado en verano desde el Fenerbahçe por unos 20 millones de euros cuando el Barça había tomado ventaja por hacerse con sus servicios, nació torcida y es ahora cuando parece enderezarse. Entre lesiones y decisiones técnicas, Güler ha jugado muy poco en lo que va de temporada: 98 minutos entre todas las competiciones. Incluso el jugador protagonizó algún aspaviento cuando vio que, después de calentar, no iba a jugar. Sin embargo, pocos pueden achacarle que cada vez que agarra la pelota no intenta dejar su marca. Firma cinco remates, dos a puerta, un gol y un penalti forzado.
Un empeño en cambiar el curso de las opiniones que hay en Valdebebas, donde elogian su calidad pero aseguran que le falta físico. En los despachos son conscientes de que viene de un fútbol muy diferente y se contaba con el periodo de adaptación, aunque sí han abierto un debate interno sobre cuáles deben ser los siguientes pasos a seguir con el joven futbolista. Además, con una competencia que se multiplicará con el aterrizaje de Endrick y Mbappé, en varias reuniones se ha abordado la posibilidad de buscarle un préstamo la campaña que viene que le permita competir con regularidad. Él, mientras, se afana por meterse en cada ventana que le deja abierta Ancelotti.