La paradoja con Vinicius y Araujo: son tan buenos como prescindibles
![Vinicius y Araujo, en el último Clásico en el que coincidieron. /GETTY](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202502/14/media/cortadas/vini-araujo-juntos-clasico-RBN0AKt39YRKv6nkVuTeOKJ-1200x648@Relevo.jpg?w=569&h=320)
Es muy duro y también reconfortante —según en la piel que habites, que diría Almodóvar— ver cómo alguien es el mejor en algo y una mayoría prefiere no contar con él y prescindir de sus servicios.
A todos nos ha pasado alguna vez. Recuerdo cuando Iván Violero, por gripe o una razón de insoportable peso, no podía salir un sábado junto al resto de la imberbe cuadrilla. Era tan insultantemente guapo y tan ligón que las probabilidades de que el resto pescáramos algo entre futbolines fluctuaba de manera espectacular dependiendo de su presencia.
Con Vinicius y Araujo sucede algo similar. Cuando están se les quiere y cuando se ausentan se les adora.
Son dos de los líderes de Real Madrid y Barcelona. Suelen prestar su imagen en las respectivas campañas de abonos como uno de los grandes reclamos. Y o son habituales en las galas de premios, como el delantero (a las que va), o hasta lucen el brazalete, como es el caso del central. Pero a día de hoy, como detesta leer y escuchar con razón La Libreta de Van Gaal, no incomodan a nadie si no están o si se van.
Y aunque parezca mentira, o directamente una locura, hay razones de peso que en buena medida comparto pese a reconocer que ambos, cada uno en su oficio, son diferenciales.
Vinicius decide él solito muchos partidos. Lo tiene todo y cada vez le sobran menos cosas. Pero, puestos a aventurar con ofertones de Arabia, hay que evaluar cuanto antes el precio que realmente se paga y el que se puede ingresar. Rodrygo y Mbappé, siendo muy buenos, son mucho mejores cuando arrancan desde el costado del brasileño. El luto sería protocolario. Y más allá de lo que resta, por lo que agita a la grada rival, echa encima a los colegiados y a veces desespera a los propios compañeros, qué decir del futuro: una hipotética venta, aparte de sanear unas cuentas delicadas, permitiría remendar con ese montante cada una de las líneas hasta el punto de rematar el plan con Haaland. Esta temporada Vini ya ha faltado en ocho partidos y no se le ha echado tanto de menos. Brahim era la imagen de mi infancia.
Con Araujo, más de lo mismo. Tiene unas condiciones físicas difíciles de igualar y su amor propio es complicado de importar. Pero tácticamente, por no centrarnos en la salida del balón que tan en cuenta se tiene en una filosofía como la del Barça, posee claras deficiencias. Por eso estos días se sitúa como la tercera o la cuarta alternativa en defensa. Preferir ahora mismo a Eric García que al uruguayo es duro de decir pero es la auténtica verdad. Con sus coqueteos con la Juve no vi ninguna manifestación ciudadana.
![Messi y Cristiano, en uno de sus últimos Madrid-Barça. GETTY](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202502/14/media/cortadas/messi-cris-clasico-U55438857017obK-624x385@Relevo.jpg?cw=780&ch=481)
Siempre pensé que la leyenda urbana de que "nadie es imprescindible" era un consuelo y no la realidad. Hasta que, más allá de vivirlo cada día en el trabajo o en los vestuarios, aprendimos a afrontar el porvenir sin Cristiano y sin Messi. Desde entonces, cualquier ausencia es llevadera. Con Benzema y Dembélé, un par de escalones ya por debajo, el dolor duró bastante menos. Así que a partir de ahí, todo es asumible.
Aquí, lo que de verdad preocupa al personal es cuánta cuerda tienen Ancelotti, Courtois y Bellingham; Flick, Pedri y sobre todo Lamine Yamal. Y a mis colegas que siguen solteros, en concreto, si este fin de semana Iván Violero va a salir o se va a quedar en casa.