Endrick, a corazón abierto: la verdad sobre su fichaje por el Chelsea, por qué estudia lenguaje de signos y una denuncia contra el racismo que no sirvió de nada
El delantero y su familia revelan en 'The Guardian' que tuvieron "acordado" su fichaje por los ingleses. El brasileño habla, además, del racismo... ¡y de su afán por aprender lengua de signos!
Endrick (17 años) ya cuenta los días para vestir de blanco, pero su futuro más inmediato pudo estar teñido de blue. Así lo revelan el delantero y su familia en una entrevista en 'The Guardian', en la que el delantero de Palmeiras, que se incorporará al Real Madrid en julio, profundiza sobre sus denuncias en vano contra el racismo, su deseo de "conectar con todo el mundo" ("quiero aprender cinco lenguas; una será la de signos") y su fichaje fallido por el Chelsea, con el que lo tuvo todo "acordado" a finales del 2022.
La operación estuvo prácticamente hecha, hasta el punto de que el club inglés pactó con el brasileño y su entorno hasta el último detalle: la iglesia a la que irían, su vivienda y el colegio para el jugador, que entonces acababa de cumplir 16. Un viaje a Londres para visitar Cobham (la ciudad deportiva), Stamford Bridge y su próxima casa pareció el último paso. "No podemos hablar del 100% porque no había firmado, pero el trato estaba acordado. Ya me había metido en la cabeza que viviría en Londres con ese frío", cuenta Douglas, el padre del crack. Todd Boehly, el extravagante dueño del Chelsea, lo echó atrás.
"Por la noche, después de ver un partido en Stamford Bridge, el representante de mi hijo me llamó por teléfono y me dijo que el propietario había reculado porque el precio que tendrían que pagar por Endrick inflaría el mercado. Eran 60 millones de euros por un chaval de 16 años que iba a llegar al país dos años después", desvela con detalle el padre del atacante, que también reconoce haber estado "muy cerca" de jugar en la Premier: "A mis padres les gustó mucho Londres y todo el mundo habla muy bien del club".
Fue ahí, tras esa negativa del Chelsea, cuando el Real Madrid irrumpió en la carrera y firmó a uno de los talentos más prometedores del fútbol mundial, que acaba de conquistar su segundo Brasileirão y que debutó con la selección absoluta de Brasil en el último parón. Tras finalizar el campeonato brasileño, el internacional tiene previsto desplazarse a la capital de España la próxima semana y presenciar el encuentro contra el Villarreal (domingo, 21:00) desde el palco del Bernabéu.
La infancia de sus padres y la lengua de signos
Endrick atraviesa ahora un momento de esplendor, pero sabe de primera mano que los "lujos" de su vida actual no son lo habitual. "Yo nunca pasé hambre, pero mis padres sí. Pasaron hambre por mí. Eso me dio mucha fuerza, porque no quería verlos con necesidad, darme comida y que ellos se quedaran sin nada", expone con crudeza la estrella de Palmeiras. Sus progenitores, criados en una zona (los alrededores de Taguatinga, en Brasilia) de altos niveles de violencia y pobreza, no lo tuvieron fácil. "Mi padre abandonó a mi madre y mi madre no tenía ni casa ni trabajo, así que tuve que crecer en un orfanato", relata Douglas.
Esos orígenes humildes de su entorno resultan claves para que Endrick, pese a su corta edad, marque de forma clara sus ideales... dentro y fuera del campo. "Me he propuesto aprender cinco idiomas. Uno de ellos será muy diferente, porque será muy importante para mí: la lengua de signos. Quiero conectar con todo el mundo y hablar con los mudos o con la gente que no oye", asegura. El español y el inglés, además del portugués, ya los domina a la perfección.
Su "corazón de hielo" le ayudó a aislarse de las críticas a comienzos de curso, cuando contaba poco para su entrenador, y a construir un escudo contra los comentarios negativos: "En algún momento me enfadé, porque quería demostrarles quién soy, pero luego comprendí que no lo necesitaba. Si quieren insultarme, no lo veré. Las críticas ya no me hacen daño". El racismo es otra de sus batallas personales.
"Sufrí racismo con 10 años; estoy con Vini, Rodrygo y los demás"
Jugador de Palmeiras"Yo lo sufrí con 10 años. Mi tía fue a la comisaría a denunciarlo, pero no sirvió de nada", lamenta. "Desde pequeños sabemos que no se castiga a los racistas, que no pasa nada con ellos. Así que estoy con Vini, Rodrygo y los demás". Ellos dos, como Bellingham, mantienen contacto habitual con la perla: "Son jugadores espectaculares. Siempre me mandan mensajes y comentan mis fotos en Instagram. Saber que un día estaré con ellos es algo buenísimo". Endrick se abre mientras prepara las maletas para venir a España... y cumplir el "sueño" que siempre tuvo. Pudo ser blue, pero vestirá de blanco y arranca las hojas del calendario para ponerse a las órdenes de Ancelotti.