Así pasó de un cajón a la calle el 'caso Negreira'... con un mensaje enigmático en un burofax: "¿Por qué le prometió exclusividad a Bartomeu?"
Sique Rodríguez, Jordi Martí y Adrià Soldevila cuentan las interioridades de la investigación que sacó a la luz el mayor escándalo del fútbol español.

Iba a ser un día cualquiera de noviembre de 2022 en la redacción de deportes de Ràdio Barcelona, en la primera planta del edificio histórico de la Cadena SER ubicado en la calle Caspe, a escasos metros de Plaça Catalunya. El Barça de Xavi Hernández había empezado como un tiro una Liga que se paraba por el Mundial de Qatar, un rara avis en el calendario, tanto como la frase que pronunció Jordi Martí, periodista de la casa curtido en mil batallas, y que recuerda Sique Rodríguez, el director de la sección: "Nos dijo 'chicos, hay que hablar de un tema'". En aquel momento nadie podía intuir la vorágine que se venía por delante en una de las investigaciones periodísticas más impactantes en el fútbol español.
"Nos miramos, vimos los papeles y nos dijimos: 'Esto no puede ser'", explica Adrià Soldevila. Ese primer documento al que tuvo acceso la redacción de Deportes era un informe de seis páginas de la Agencia Tributaria. "El input ya era casi definitivo, era una investigación muy avanzada de la Fiscalía. Los primeros datos que recibimos se acabaron confirmando casi todos", detalla Martí. ¿Y cómo le llegaron esos documentos? "Estamos en una emisora centenaria y era un tema tan grande... Ràdio Barcelona era una buena candidata para tener una pista fiable. Tenemos gente muy buena en muchos sitios. Era razonable tener una primera pista, pero luego llegó una tarea de equipo bien organizada, con roles ejecutados con rigor, cautela...", añade Martí.
"Sentimos vértigo desde el primer momento", apunta Soldevila. "Nos quedamos blancos", ironiza Martí, que no da puntada sin hilo. "No puede ser, decíamos, si eso es así... Vaya tema", apostilló Sique. De noviembre a febrero transcurrieron tres meses frenéticos donde se confirmó entre reuniones diarias, grupos de whatsapp, llamadas, entrevistas presenciales, presiones, evasivas y mil intrahistorias que la Fiscalía investigaba al FC Barcelona por los pagos al vicepresidente de los árbitros, José Enríquez Negreira, de 2016 a 2018. Con todo lo que eso suponía. Era solo la punta del iceberg.
"Fuimos extremadamente prudentes en la primera información. No podíamos pasarnos de frenada. Queríamos seguir los pasos que marcaba la justicia. Lo de Negreira ya estaba en la Fiscalía, pero por las razones que fueran, se intentó ocultar", cavila Sique. "Lo sabía la ATE, la Fiscalía, Negreira, el Barça, estaban citando a altos ejecutivos... Creo que lo sabía bastante gente", apostilla Martí. Pese a ello, y el miedo a que trascendiera por otro lado y que le birlaran la exclusiva, tuvieron paciencia: "Puedes estar un día parado porque esperas una llamada y te vuelves impaciente... No, no, aguanta, espera. Y eso desgasta", repite Soldevila. "La clave es que lo llevara un grupo reducido, que compartimos todo, siempre en un mismo documento. Y este proceso se coció aquí. Pedimos poca ayuda porque teníamos temor, porque si esto se va conociendo, sale una ramificación y se estropea. Esto era histórico", concluye Martí.
La X detrás de los pagos, el «trato neutral» de Negreira y los silencios
Con los documentos en la mano, empezó el reparto de funciones y encontraron el respaldo de la casa, que les dio independencia para gestionar el caso a su manera. "La empresa actuó como un solo hombre... y es que éramos conscientes de que era una herida histórica en la reputación del Barça". Mientras Adrià Soldevila se movía en las "fuentes abiertas" buscando la documentación de las empresas, a Martí y Sique les tocó hablar con los implicados, por ejemplo, con el propio Negreira. "Hablé varias veces con él y con su hijo. Hay aspectos que me llaman la atención, como la relación entre ambos. Aún me lo pregunto. El hijo se benefició del padre, pero parece que tuvieron sus historias... El hijo queda en un momento fuera de la causa y creemos que ha cantado, pero al final vuelve a ser investigado. El padre es el fanfarrón y el hijo el metódico, quizás él tiene más idea de todo...".
En la primera declaración de Negreira, Jordi Martí, quien detalla la magnitud de la investigación ("debíamos hablar con el entorno de la Fiscalía, que no es poca broma, nosotros somos periodistas deportivos; luego, con el entorno de las distintas fuerzas de seguridad, el entorno de la Agencia Tributaria y por último los presidentes del FC Barcelona, uno de ellos en activo. Y vicepresidentes, y directivos y ejecutivos..."), cuenta que el exárbitro sí habló y utilizó estos términos: "Hay una declaración a un funcionario público diciendo que el Barça buscaba un tratamiento neutral". También, como relata Soldevila, hablaron con Josep Maria Bartomeu, quien decidió cortar los pagos en 2018 por recortes en el club, y quien declaró que estos ya venían del año 2003. Laporta no quiso hacer declaraciones. Gaspart lo negó todo.
No fue posible hablar con todos los actores aunque se intentó, como es el caso de Anton Parera, director general del Barça en el periodo de Josep Lluís Núñez (hasta 1999), y que, en opinión de Sique Rodríguez, "es una de las claves. Es mi opinión, pero bastante compartida, la X es Anton Parera". "Empieza con Núñez y se explica en esa famosa frase de siempre toca el 36 (en referencia a que el sistema siempre favorecía al Real Madrid)", sentencia Soldevila. "Muchos directivos lo han justificado en privado", añade, abriendo un debate que tocarán después. "Es una época en la que se pensaba que todo se podía comprar", apostillan.
La «reflexión» del Barça y las dos semanas que pidieron de margen
La última llamada, antes de publicarlo, fue al Barça, con Joan Laporta de presidente y quien también había mantenido los pagos de 2003 a 2010 durante su primer mandato. Jordi Martí relata aquella llamada. "Nos hicieron una reflexión de lo que suponía publicar esta noticia. Era un punto de inflexión en las relaciones con el Barça... No fueron consecuencias graves: dificultad en alguna rueda de prensa o entrevistas, pero en aquel momento el Barça lo entendió así. Laporta siempre lo atribuye a una campaña y desde su punto de vista estaba todo acreditado. Y eso se ha demostrado que no es así (antes de 2013 no existían los famosos informes realizados por el hijo). Entendimos que debíamos actuar con cautela... Era una bomba". Y, además, el Barça les hizo una última petición: que dilate la publicación dos semanas.
"El Barça nos pidió dos semanas de margen porque había una rueda de prensa de Laporta para valorar la situación del club. Se lo concedimos. Los jefes de Madrid nos dijeron que decidíamos nosotros. Nos comentaron, incluso, que lo podían contar desde allí, por todo a lo que nos exponíamos, pero quisimos hacerlo desde el Què t'hi jugues. Creímos que era de cobardes y desde aquí controlábamos qué decir y qué no, nos guardamos cosas al inicio", recuerda Sique Rodríguez. Y llegó el día, el 15 de febrero de 2023, hace 25 meses. También apareció en el 'Hoy por hoy'.
De la fiebre del día D, al «teatro» de Laporta y las amenazas en X
"Tenía fiebre", rememora Sique. "Yo había pasado malos días", apunta Soldevila. "Me levanté a vomitar de noche, había nervios, apenas coges el sueño... Lo discutimos con los jefes de la casa. Y llegamos a realizar un texto en el que todos nos sentimos cómodos. Retrocedimos uno o dos escalones. Que no pasara como con el dedo de Colón, que lo cogen y destruyen la estatua. Era un texto impecable, granítico, no había fisuras", finaliza Martí. Y luego llegó otra guerra periodística y humana más cruda. "El Barça saca rápido un comunicado. Sabía que lo íbamos a explicar y estaban preparados", dice Sique. "Cuando Laporta habló de campaña, respiré tranquilo. Es de mi primero de manual", añadió Martí. "Laporta no podía asumirlo porque declaraba. Decir que es una campaña es la entrega de las armas". "Me pareció excesivo el teatro de mirar a cámara. 'No es casualidad que salga ahora', decía. Le trasladamos al club nuestra disconformidad con esas insinuaciones. Y Laporta era consciente de ello. Hubo un acto con bomberos en el Camp Nou que él pone en valor la importancia del periodismo, de la libertad de información, pero eso pasa desapercibido y no se le da bola... Pero es por nuestra queja. Una persona del club nos lo hizo saber", añadió Sique.
Pero la reacción del Barça no fue lo que despertaba más temor. Aunque en un principio "no éramos conscientes", después Sique y Adrià tuvieron que cerrar sus redes sociales por las continuas amenazas que recibieron. "Por cada diez alabanzas, había una amenaza", puntualiza Martí, pero sí, fueron continuas. Y con un trasfondo peligroso. "Algún amigo se ha peleado por culpa de esto. Sufrimos una campaña de asedio clarísimo y en gran parte organizada. No sabemos quién, si no lo diríamos", añade Sique.
Soldevila apunta primero a la propia red social, a Twitter, ahora X: "Nos sentimos desamparados por la red. Y por el Col·legi de Periodistes. No nos apoyaron. Denunciamos mensajes amenazadores a Twitter, uno a uno, y la respuesta fue que os den por el culo: este usuario no infringe las normas". Sique va a más: "Creo que los periodistas no nos protegemos porque hay una campaña orquestada de diferentes estamentos y ámbitos para atacar a la prensa convencional. Quieren erosionar la credibilidad. Lo vemos ahora en Estados Unidos, con el asedio a los meteorólogos por la gente que está en contra del cambio climático. Es un nuevo tipo de censura", cuenta. Y están seguros de que empleados del Barça colaboraron: "Se pudo frenar, algunas personas que forman parte de comisiones del propio Barça y tienen perfiles falsos nos atacaron y difamaron. Publicaron un extracto de Sique en un programa: con contexto se entendía; sin contexto, no. Hay gente que se le pudo dar un toque pero no se hizo y pudieron seguir difamando, y pongo al club como responsable", se queja duramente Soldevila.
"Puedes acabar tragado por la guerra de redes. Si hay un tsunami se te lleva por delante. No puedes ser responsable de lo que dices", resume Sique, que hubiera calculado más las consecuencias que les pillaron por sorpresas en las redes: "De los mensajes en contra, muchos eran de cuentas de gente cercana a Junts y en contra de ERC que ahora iban a por nosotros. Y que nunca habían hablado de fútbol. Hay algo orquestado", insiste. "Crean una mancha de aceite que se expande. Las personas reales están intoxicadas, pero cuando hablan con nosotros, desaparece y se convencen de que nuestro trabajo está bien hecho y de que el caso es gordo", indica Soldevila. "Os lo pasaron los de Fomento, que es propiedad de Florentino, porque no ganaron el concurso del Camp Nou... Eso nos llegaron a decir", explica Sique.
Recordamos la entrevista (de febrero) de M.Ángel Román (Dazn) a A.Soldevila (Qué T'hi Jugues).
— Fútbolgate.com (@futbolgate_ES) April 23, 2023
"No entendemos que Laporta o el club salga con esa frase 'no es casualidad que salga ahora'.
"Es política de comunicación chusca, para desviar la atención"pic.twitter.com/3UQRYEuffv
La «gasolina» de muchos medios y la pregunta en el aire con Negreira
"Yo no hubiera cambiado nada", añade Martí, que pone el foco en otro de los aspectos incontrolables que destapa la vergüenzas de parte del periodismo español en este asunto. "Hubo otros medios que frivolizaron y que a conciencia hicieron sangre, no hacía falta ponerle gasolina. Fueron a conciencia, y hubo una falta de prudencia. Desde muchos lugares de Madrid... Y desde Cataluña, un pacto de silencio que es una vergüenza", valoró Sique. Y puso algunos ejemplos sin citar nombres de medios: "He visto informaciones a cinco columnas basadas en documentos que era imposible que se supiera eso y otros que directamente eran falsos". "El Barça no es una broma", replica Martí. "Lo retorcieron todo", finiquita.
A la espera de acabar las investigaciones de la Fiscalía -ahora, con el cambio de juez, se ha prorrogado el periodo de la investigación y en junio deberán declarar Sandro Rosell y Bartomeu- hay evidencias y suposiciones. Los pagos quedan acreditados y también que "no todos están sustentados con informes". Y el trasfondo de todo está en las intenciones del Barcelona con esos pagos el vicepresidente de los árbitros desde 2003 -"Dasnil 95 es la empresa, por lo que se deduce que son anteriormente"-, algo que cuenta Sique Rodríguez en la opinión que se ha formado tras la investigación y las entrevistas con los actores de este escándalo. "Lo que dijo Núñez de siempre toca el 36... Gaspart nos habló mucho del caso Di Stéfano y defendía que el caso Negreira podía no ser ético, pero sí legal, y que sí se hablaba de ética que habláramos de Di Stéfano. El Barça ha estado maltratado y creía que pagando lo compensaba".
Y añade: "Es evidente que Franco beneficiaba al Real Madrid y lo que pasaba con Plaza como jefe de los árbitros (de 1967 a 1990 con algún paréntesis). Y eso no se reconoce. Entonces, desde aquí no se reconoce lo otro. Hagamos esfuerzos en saber cuántos Negreiras hay en España en otros ámbitos. Villar estuvo muchos años y creó una red clientelar, y de ahí se puede explicar todo eso".
Para cerrar el capítulo, resume todo lo que ha generado este caso y cómo es imposible que se observe desde un punto de vista objetivo: "Nos hemos dado cuenta de que no puedes aplicar la razón cuando hay tantos sentimientos". ¿Y cómo acabará el caso? "Desconozco si la justicia lo verá como corrupción deportiva y/o administración desleal. Creo que la instrucción se alargará. Porque al Real Madrid ya le va bien tenerlo ahí y al Barça igual, que el tema quede medio muerto en un juzgado de instrucción. Además, ha cambiado el juez porque el anterior se jubiló. Es mi opinión, pero sí que hay un tema interesante que ha intrigado a algún investigador: ¿por qué en los burofax que Negreira envía a Bartomeu le promete exclusividad...?".