Un Pedri extraordinario da otro paso hacia LaLiga

Pedri ha logrado una cosa que solo consiguió Leo Messi: convertir lo extraordinario en rutina. El canario es el guionista de este Barça, una máquina de generar fútbol y ocasiones. Es la pieza más imprescindible de este equipo. Remueve, se gira, reparte y dibuja pases de gol donde, antes de recibir el balón, solo había un puñado de defensas por delante. Un gol de Dani Olmo le valió al Barcelona para dar otro pasito hacia el título en una partido que se recordará como la noche en la que Ansu Fati volvió a emocionar a los culers. Un enorme Leo Román mantuvo la emoción hasta el final.

A pesar de la dinámica negativa en la que vive sumergido Ansu, hay en el barcelonismo un cierto negacionismo a aceptar la situación en la que se encuentra, una fe que sostiene que todavía está a tiempo de realzar el vuelo. En su primera acción encaró y disparó con la facilidad para finalizar que le catapultó a la élite, cuando se erigió como el pináculo del Barça del futuro. Empezó el partido fluido, con la confianza renovada y la ansiedad sacudida. Acarició el gol en varias ocasiones. El canterano fue uno de los siete cambios que introdujo Hansi Flick.

El entrenador apuntó que era necesario mejorar en defensa y en los primeros minutos, siguiendo la pauta del Celta el fin de semana, el Mallorca deshizo la línea adelantada en varias ocasiones. La falta de kilometraje que sumaban unidos sobre el verde dejaba siempre enganchada alguna pieza. Y a eso se agarraba Jagoba Arrasate, sujetado por una defensa de cinco -y Copete persiguiendo a Olmo-, para rascar puntos en Barcelona. Poco a poco se fue hundiendo.

El jeroglífico de los baleares lo descifró rápidamente Lamine. Con su pase de exterior, tan bello como práctico, plantó a Olmo solo en el área. Leo Román -y después el palo a tiro de Gav y un tiro franco de Araujo- hacía resistir el 0-0. A la media hora, el Barça lamentaba no haber dejado encarrilado el partido. Anotar el primer gol sería cuestión de tiempo porque atrás estaba Pedri moviendo los hilos del equipo. Habría que adaptar el calendario para que pudiera disputar todos los partidos de la temporada. Su talento lo merece. Escribe un manual de cómo jugar en cada encuentro.

Después de desactivar los intentos de salida del Mallorca, el Barça se instaló en una de esas fases del partido en lo que se dedica a ir ahogando al rival. Con Pedri inventando ocasiones donde no había nada -girándose, conduciendo, asistiendo-, los blaugrana se estamparon una y otra vez con múltiples obstáculos del área balear. Llegaron al descanso con cerca de dos goles esperados de 24 disparos, el tercer mejor registro en Liga y solo con 45 minutos disputados.

Olmo borró cualquier atisbo de preocupación y se encargó de marcar la primera ocasión del segundo tiempo. Recibió de Eric Garcia e hizo aquello tan suyo de congelar las acciones dentro del área hasta encontrarse en una buena situación para rematar. Ya con el 1-0, el Barça siguió remando para dar con el segundo. Héctor Fort aprovechó los minutos y se reivindicó como una buena y ofensiva opción para el lateral izquierdo. Superado el 60, entraron Raphinha y Fermín -por Ansu y Olmo- en el que fue un cambio de excel: la final ya se había empezado a jugar.

Con un Mallorca obligado a ser valiente y seguro en manos de Leo Román, picó al Barça en largo con Larin intentando cazar alguna pelota. Pedri hizo todo lo posible para que sus compañeros encarrilaran el duelo, pero el marcador ya no llegó a cambiar. Arrasate dibujó el partido que tenía que hacer para marcharse de Barcelona con puntos. Se acabó topando con Pedri, del que ya se puede decir que es uno de los mejores jugadores del planeta.