El día en el que TVE perdió la Liga: "Aquello fue un desastre, nuestro trabajo fue a peor"
El ente público puede ahora recuperar el partido en abierto, que perdió en 1990 en contra del criterio de sus trabajadores.

A mediados de 1989 hay una reunión importante en Barcelona. En ella están el director de TVE, Alfonso Cortés-Cavanillas, el jefe de programas, Juan Manuel Martín de Blas, el jefe de deportes de Cataluña, Sergio Gil y el subdirector de programas de deportes, Fernando Ors. Por primera vez, la opción de que el fútbol salga del ente público es real. Hay cierto miedo, empiezan a aparecer televisiones autonómicas, en un horizonte cercano se esperan también televisiones privadas. De repente, todo se ha puesto difícil para una corporación nada acostumbrada a tener que competir.
"Estuvimos prácticamente toda la noche analizando las posibilidades de compra. Llegamos a la conclusión de que había que comprarlo. Era muy caro, creo que eran mil millones de pesetas, me quedé con esa cifra, pero creímos que bueno, era audiencia, porque el fútbol no da beneficios, no genera publicidad y no lo puedes pagar, pero da audiencia. Cortés-Cavanillas aceptó y dijo que se lo comunicaría al director general", explica Ors, uno de los presentes.
"El caso es que cuando regresamos a Madrid nos encontramos con que el director de deportes, Julio Bernáldez, había hablado con el director general y cerró un trato para no dar el fútbol. Fue Luis Solana el que dijo que no al fútbol", explica el histórico periodista de TVE. La sorpresa fue mayúscula, más incluso que eso, fue una profunda decepción.
"Yo me quise ir a mi casa, estuve a punto de dedicarme a otra cosa, porque no podía ser, estás trabajando para una cosa y no le ves sentido ¿qué pasa, esta casa es el hazmerreír, estás trabajando para otro?", cuenta Sergio Gil, otro de los asistentes a la reunión y que solo unos meses después le tocaría gestionar los restos del naufragio cuando fue designado jefe de Deportes del ente. Si tiene que buscar un responsable, la respuesta es fácil: "El principal problema de Televisión Española siempre ha sido Moncloa, esté quien esté".
No es este mal momento para explicar algunos conceptos que, con el paso de los años, suenan a historia antigua, pero eran clave. TVE era la única cadena, por lo que poco menos que ponía el precio del fútbol. A los equipos ni siquiera les gustaba mucho que diesen sus partidos, temerosos de que la televisión pudiese costarles la taquilla, que era la principal fuente de ingresos hasta entonces. Después del Mundial de 1982 hubo un gasto importante y los clubes estaban endeudados. El problema era multifactorial.
El fútbol hasta entonces era de TVE, los sábados, a las 20.00 h. La voz, José Ángel de la Casa. "No había la sofisticación que hay ahora, se hacían los partidos con siete cámaras, más o menos, igual en un Madrid-Barcelona había alguna más. El equipo de retransmisiones iba unos días antes a hacer lo que llamábamos la localización, dónde se ponían las cámaras… estaba José Ángel y luego algún comentarista técnico, que iba cambiando en función de los partidos", remarca Gil.
El sábado era un festín de deportes en televisión, el partido era la guinda de un menú muy polideportivo: "Teníamos un programa que se llamaba Estadio 2, que comenzaba el sábado a mediodía, y era un programa que emitía la liga, el fútbol inglés, el tenis, el golf, el atletismo, la natación, la gimnasia… toda una serie de deportes que desgraciadamente hoy no se ven en la televisión en abierto", relata el exjefe de deportes.
La llegada de Dorna
El panorama televisivo empezaba a cambiar y algunos vieron en esa zozobra una manera de sacar dinero. Es el caso de Dorna, una empresa que se iba a convertir en clave para entender el deporte en España. "Empezaron como una agencia que llevaba la publicidad estática de los campos de fútbol, llevaron la publicidad rotativa aquella que daba vueltas. Ahí empezaron a crecer, porque ese sistema lo pusieron no solo en el fútbol, sino en otros deportes, yo coincidí con ellos en alguna reunión con la NBA incluso. Crecieron de tal manera que se dispararon y empezaron a comprar derechos de los clubes y a meterse en el fútbol más a fondo", recuerda Gil.
"Yo lo que recuerdo es que hubo un concurso y nosotros fuimos los mejores, los que más ofrecimos", cuenta Carlos García Pardo, uno de los fundadores de la empresa que sería clave para entender el boom de los derechos en el fútbol español. "Pensamos que ese producto lo íbamos a colocar en cualquier televisión, en La Forta o en la española, o incluso en las privadas que salieron después", rememora el dirigente de Dorna. Sin duda fue rentable.
"Todo el fútbol pide mucho dinero. Empezando por el Real Madrid, que pide muchísimo dinero, el Barça también. Y el Barça, por ejemplo, negociaba con TV3 a espaldas de Televisión Española. Eran acuerdos medio políticos, TV3 pagaba al Barça lo que no está escrito en los libros", comenta Ors. Ese nuevo rival tenía como cabeza pensante al jefe de producción de la cadena, Jaume Roures, que más adelante saldría de la pública catalana y trabajaría mucho con Dorna. El Barcelona encontró en la pública autonómica un filón. En los años siguientes el club despegaría y ganaría cuatro ligas, en ese Dream Team de Cruyff también hay algo de TV3.
"Las administraciones son distintas y hay unos gobiernos que necesitan invertir y que necesitan una televisión que defienda su política y hay otro gobierno que ya tiene la televisión normalizada. El nuevo juguete de Convergencia en aquel momento era tener la TV3. Para ellos era el gran juguete, y lo que hiciese falta, el fútbol era el gancho para ganar la audiencia y conseguir con esa audiencia llegar a otro tipo de programas, les interesaba mucho y estábamos en desventaja totalmente", explica Sergio Gil.
Los negocios de los clubes
"Los clubes eran todos un poco impresentables, actuaban un poco como gánsteres", explica Ors. Aquí hay una voz que discrepa, es la de Toni Fidalgo, secretario general de la LFP, lo que hoy es LaLiga: "Pasamos de que nos dieran los partidos por TVE, primero sin cobrar, luego cobrando cuatro perras, pues empiezan las otras televisiones y empresas como Dorna, la decisión la tomaba el comité ejecutivo y la sometimos luego a las asambleas de Primera y Segunda división y ellos acordaban las cantidades y demás…".
Las cantidades no eran todavía lo que serían más adelante, pero sin duda era un salto adelante tremendo. "Había que negociar con los clubes, porque cada uno tenía sus historias, sus problemas, y todos querían sacar algo de más, y había algunos más complicados y otros menos", explica Gil.
Gil, que había estado en la reunión de marras, fue nombrado jefe de Deportes en septiembre de 1990. Le tocó recomponer la casa a una nueva realidad: "Tuve dos misiones muy concretas, una urgente y otra a medio plazo. La urgente era tener fútbol. Hubo una negociación con las televisiones autonómicas y llegamos a un acuerdo para emitir en las zonas donde no había autonómicas. El de medio plazo fue que tuvimos información de que UEFA estaba hablando para cambiar la Copa de Europa y en la 92-93 empieza la Champions. Ahí no nos pilló desprevenidos y el nuevo director general, Jordi García Candau dijo que había que ir a por ellos, tuvimos la Champions durante muchísimos años".
Para TVE ya nunca volvió a ser del todo lo mismo, todo se volvió más complicado. "Nuestro trabajo empezó a ser bastante peor, de eso que no te quepa la menor duda. Aquello fue un desastre para TVE, cualquier persona que tenga dos dedos de frente te lo dirá", zanja Fernando Ors.