SERIE A

Philipp Lahm acribilla a la Serie A y ofrece una solución a su hundimiento: "Toda Italia debería jugar como el Atlético"

El exfutbolista desgranó en profundidad la caída del fútbol italiano, dando una clave: "Afán incansable de conquista, el estilo Simeone".

Philipp Lahm./
Philipp Lahm.
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Ya hace un tiempo que la Serie A perdió ese prestigio internacional que prácticamente le colocaba como la mejor liga de todo el planeta. La Premier y LaLiga, en sus años dorados, le han sobrepasado por derecha e izquierda. Mientras, la Bundesliga o la Ligue 1 van ganando autoridad mediática y poderío en las competiciones europeas. Realmente se trata de sensaciones, ya que, por ejemplo, la Atalanta triunfó en la pasada edición de la Europa League. O el Inter alcanzó la final de Champions de la 22-23. En esta edición, de hecho, ya están en cuartos de final con un buen cartel. Puede, por tanto, que la percepción general sea errónea, aunque una voz autorizada como Philipp Lahm lo tiene bien claro.

Tanto que en una columna publicada en The Guardian, sentencia de inicio: "Los equipos italianos no pueden con la intensidad del fútbol moderno, necesitan un reinicio". Y les ofrece una solución: todos ellos deben jugar... como el Atlético de Madrid. El mítico lateral, a lo largo de su artículo, viaja hacia su juventud, cuando miraba atónito el soberbio nivel de los italianos, su enorme respeto a nivel mundial. De hecho, viaja al 4-0 del Milan al Barcelona en la final de Champions de 1994 y cómo aprendió de ello para labrar su carrera: "¿Qué distancias mantenemos, quién es responsable de recuperar el balón, cuándo están prohibidos los pases cruzados? Ningún otro partido fue mostrado con tanta frecuencia por nuestro instructor Bjorn Andersson".

Después, ya como futbolista, define: "Jugar contra equipos italianos era una pesadilla. En los torneos de Sicilia, Viareggio o Cerdeña, no recibíamos nada gratis y siempre recibíamos una paliza". Las semifinales del Mundial 2006, la Eurocopa 2012... Decenas de capítulos en los que Italia dominaba con puño de hierro. Lahm también lo vivió en sus propias carnes en Champions, con José Mourinho como rival: "Éramos tácticamente inmaduros y estábamos desbordados como colectivo".

Aquella Champions del Inter de Mourinho en 2010 ha sido la última de un equipo italiano. Y, para entonces, Lahm ya veía cómo algo estaba cambiando: "Mourinho probablemente lo intuyó, se marchó como triple ganador y se marchó a Madrid. Antes, todos querían ir a Italia. Milán era la capital mundial del fútbol". Tras un repaso a un sinfín de éxitos, el mítico futbolista comienza a desgranar con detalle el declive. En primer lugar, por el origen del dinero: "Ya no están en manos de patrocinadores de su país, sino de inversores estadounidenses. En Inglaterra se acepta el capital extranjero, pero en Italia la identidad y el significado se han perdido como resultado de esta venta".

Incluso compara la caída con la belleza indiscutible de Italia como país: "Se nota en los estadios anticuados. Me sorprende. Al fin y al cabo hablamos del país donde se encuentra el Coliseo. Una sociedad necesita lugares sostenibles y familiares donde reunirse y celebrar el fútbol como un bien cultural".

El Atlético de Simeone

Sin embargo, Lahm prefiere no ceñirse a lo extradeportivo, sino analizar las causas de la caída desde un punto de vista futbolístico. Su sentencia es firme: "En el campo, falta iniciativa, compromiso y capacidad atlética. Los jugadores corren menos". Más allá del bajo gasto en fichajes del torneo o datos como que el equipo que menos corre de la Bundesliga corre más que el que más corre en la Serie A, el exfutbolista vuelve a viajar al pasado para sacar conclusiones: "Los equipos italianos de hoy me recuerdan a un Ferrari al que le han reducido la potencia desde los 200 caballos, con el depósito medio lleno, y que se queda sin combustible a 10 vueltas de la meta. Italia jugó contra Alemania en la Nations League como un tanque vacío".

Pese a ello, sí sabe sacar rédito del talento del país: "Los futbolistas italianos siguen siendo buenos, sobre todo en comparación con los alemanes e ingleses". Sin embargo, los grandes talentos del país, como Carlo Ancelotti, han cosechado éxitos fuera de las fronteras: "Hay que remontarse a los años 90 para encontrar la época en la que Marcello Lippi, Trapattoni y Fabio Capello eran los grandes entrenadores".

Como ante los problemas siempre hay que buscar soluciones, Philipp Lahm ha sido capaz de encontrar una vía de escape... en el Atlético de Madrid. Para ello, viaja a la época en la que los rojiblancos pasaron por encima del Bayern, su club para entonces: "Nos dieron 180 minutos de máxima intensidad. No nos regalaron nada en ningún momento. El fútbol de Simeone me sigue impresionando".

Y cierra: "La grandeza por sí sola ya no basta. Hay que añadir algo más: potencia en la recuperación, actividad en la posesión, un afán incansable de conquista y ataque, al estilo Simeone. Se puede aprender mucho de la pasión de este entrenador argentino. De hecho, toda Italia debería jugar como el Atlético".