¿Qué quiere Chen del Espanyol?: "El abandono es el mayor fracaso"
Desde la llegada del chino en 2016, el club perico redujo su deuda, pero ha descendido dos veces y se mueve en las contradicciones.

Se podría consensuar entre los más viejos del lugar y los libros de historia que el Espanyol atraviesa uno de los momentos más delicados de sus 123 años de existencia. La radiografía es meridiana: el equipo milita en Segunda División y no está en ascenso directo; el Femenino pelea por regresar a la elite (fue campeón de la Superliga en 2006); la cantera ha sufrido una serie de cambios estructurales en los cursos últimos que la han hecho perder nivel en el año de su centenario; y el club vuelve a la deuda que tenía cuando llegó Chen Yansheng (67 millones, más ordenada y sin pagar el estadio) y acumula tres años de pérdidas... aunque en mente tiene generar más patrimonio. ¿Para qué quiere, por lo tanto, Chen el Espanyol? ¿Qué quiere de él?
La pregunta es tan simple como compleja. Ante la imposibilidad de que el presidente conteste (reside en China y ha viajado a Barcelona dos veces en los últimos cuatro años y según el CEO, Mao Ye, está valorando regresar en enero) desde la entidad blanquiazul remiten a la filosofía del mandatario chino para dar respuesta a su persistencia pese a las decepciones: "Es emprendedor, hecho a sí mismo, y en su cabeza personal y profesional no le cabe el fracaso. Nunca renunció. El abandono es el mayor fracaso". También apuntan que "siempre fue un gran amante del fútbol y el Espanyol es una ilusión personal".
La misma percepción tiene una de las personas que ha formado parte del organigrama durante al menos dos de los siete años que lleva Chen. "Le gusta el fútbol. Él tenía la ilusión por dirigir el club a su manera. Su cultura es más… piramidal, digamos que le gusta mandar. Si tuvo éxito en otros negocios, él consideraba que también lo tendría en el fútbol", apunta. "Las condiciones de venta son inamovibles. Ellos son de una cultura que no toleran intromisiones ni deslealtades", cuenta otro de los extrabajadores del Espanyol, que ha seguido desde fuera los constantes movimientos que existen por la compra de la entidad, circunstancia que nunca se ha negado en el Espanyol de Chen, pero que tampoco se ha producido pese a los constantes rumores. "Chen no se fía de los occidentales", llegó a concluir el exdirector general, Josep Maria Durán, en una entrevista a Tiempo de Espanyol tiempo después de ser 'despedido'.
De los "tres años en Champions" a los dos descensos
La idea inicial de Chen, su enamoramiento por el Espanyol y sus altas pretensiones se percibieron en su primera conferencia de prensa, en la que dejó el titular que le ha ido acompañando desde ese enero de 2016: "En tres años estaremos en Champions". Chen tejió un plan para liquidar la deuda de 170 millones brutos y para potenciar la plantilla. En estos años ha metido hasta 220 millones y el Espanyol tiene el estadio pagado. Se involucró en la elección de Quique Sánchez Flores como primer entrenador de su proyecto, pero después del primer año todo un giro de 180 grados.
El Espanyol del dueño de Rastar, una de las mayores empresas jugueteras de China, hizo una gestión poco profesional, lo que le ahogó con el límite salarial. Y empezó el vaivén de entrenadores (11), directores deportivos (6) y directores generales (4), unido a las restricciones del gobierno chino a invertir en el extranjero, a la pandemia y al primer descenso (2020). Siete años después, el Espanyol no solo no ha ido a Champions, sino que ha descendido en dos ocasiones y en el RCDE Stadium se ha cantado en numerosas ocasiones el "Chen vete ya".
"Posiblemente pensaba generar negocio extra con su conglomerado en China..."
Presidente de la AMPAE"¿Para qué quiere Chen el Espanyol? Gran pregunta. Su hermetismo y comunicaciones corporativas han guardado mucho silencio sobre esto...", explica Carles Bosch, presidente de la Asociación de Pequeños y Medianos Accionistas, ahora residual, porque Chen evitó que las grandes familias pericas entrasen en el Consejo y redujo esa participación a la nada: posee el 99,6% del capital. "No queda claro por qué lo hizo en su día... Posiblemente Míster Chen o bien mejor dicho Rastar pensaba generar extra negocio para su conglomerado en China. Las circunstancias le han hecho reajustar sus expectativas, de ahí que esté siendo más conservador en los últimos años", argumenta Bosch. En la época Chen, el Espanyol tiene un saldo a favor en traspasos de 15M.
Un único plan (ascender) y las alianzas norteamericanas
"Chen es consciente", se explica desde dentro, "de la percepción del corto plazo en Occidente". "Él no ha venido a hacer negocio", añaden. Al margen de la desafección social con el accionariado (este curso hay más socios que el año de Primera aunque los abonados son a mitad de precio) y el letargo en el que está sumida la entidad especialmente deportivamente, donde se han acentuado todas las contradicciones, el Espanyol espera cortar sus pérdidas en la temporada 2024-25 aunque todo pasa por ascender. "Subiremos", aseguran, dejando claro que no hay un plan B, porque el club se abocaría a una situación de colapso en la que solamente Chen y su chequera serían de nuevo la salvación.
Paralelamente, el Espanyol explora otros mercados. Fue el primer club de LaLiga en llegar a un acuerdo con Stage Front, empresa estadounidense de ticketing que ahora es patrocinador también de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Vendieron el 'naming right', el tercer por el que más se paga a la espera de lo que decida el Real Madrid con el Santiago Bernabéu. También se inició un proyecto con el gobierno de Quintana Roo, de México, para construir una ciudad deportiva en la que el Espanyol será uno de los partners. "El acuerdo nos dará una cantidad de siete cifras anuales", añaden desde dentro. Proyectos a largo plazo, como la ciudad deportiva alternativa a Sant Adrià que quieren construir a la espera de encontrar unos terrenos que, meses después, siguen pendientes.
El Espanyol pretende ser "autosuficiente" aunque solo lo logra cuando es capaz de vender por cantidades elevadas o cuando logra clasificarse para Europa, como ocurrió el curso 2018-19, con Rubi. Un punto de inflexión que fue todo lo contrario a lo que se esperaba. Ni Champions, ni inversiones, el Espanyol empezó una caída hacía abajo, y ahora lucha por regresar mientras los aficionados se siguen preguntando, ¿qué quiere Chen del Espanyol?