Los lazos vasco-mexicanos de Javier Aguirre enseñan su lado más desconocido: "El Javier que yo conocí era distinto"
Los primos y un gran amigo del técnico bromean y cuentan anécdotas del entrenador del Mallorca, su conexión con Bizkaia y la relación con el club rojiblanco.

"Todos los años le mando un mensaje y le digo lo mismo: 'Javitxu, órale wey, ya sabes que te aprecio un carajo pero que ganes todos los partidos menos dos, los dos contra el Athletic' [con acento mexicano]". Jon Onaindia, primo carnal de Javier Aguirre, se ríe cuando cuenta una de las innumerables conversaciones que suele mantener con él. Su relación ―como la de su hermana Idoia y su hermano Mikel― con el entrenador del Mallorca va mucho más allá del parentesco. Tienen algo mucho más importante en común: sus padres emigraron a México en los años 50 y ellos nacieron y crecieron allí, aunque regresaron a casa en 1974, alejándose de Javier y sus hermanos.
Sin embargo, hay lazos que pueden a la distancia. Y más aún cuando existe un lugar de unión como la Euskal Etxea (Centro Vasco) de México D.F., al que acudían desde pequeños. Un punto de conexión todavía hoy para más de un centenar de familias con raíces vascas afincadas en la capital mexicana y que, según cuentan, genera una relación íntima. Casi familiar. Que se lo digan a Julen Ruiz de Asua, desde hace cinco años Lehendakari de este centro, y que como los Onaindia Guena también nació en el país norteamericano por el exilio de sus padres. "Yo les llamo primos aunque no lo sean. Tengo más cercanía con ellos que con muchos familiares porque nos conocemos desde pequeños, desde que cada domingo los padres de Javier, los de ellos y los míos, se reunían para jugar al dominó".
Julen está estos días en Gernika, aunque siga residiendo en la capital mexicana. Y no es casualidad. Ha viajado al pueblo que siempre quiere ―y de vez en cuando puede― visitar por una ocasión muy especial. Esta semana viajará a Sevilla por carretera junto a un grupo de amigos mexicanos que residen en Gernika, entre los que se encuentran también algunos familiares del técnico, como Idoia y Mikel. Jon se quedará cuidando al perro de su hermana y, aunque todavía no ha decidido dónde seguir la final, todo apunta al frontón del pueblo donde habrá una pantalla gigante. En Sevilla unos pocos disfrutarán de tener entradas y otros simplemente viajarán para "apoyar al Athletic" y, sobre todo, disfrutar de "una auténtica locura".
La familia Onaindia Guena viajará a Sevilla por carretera junto a un grupo de mexicanos afincados en Gernika que aman al Athletic
A pocos días de emprender el viaje, atienden a Relevo en pleno corazón de Gernika. Una charla distendida, un repaso de anécdotas, de historias que derivan en otras y que irremediablemente vuelven al mismo lugar. Hablando de los valores del hoy entrenador del Mallorca y su relación con Euskadi. Las frases caen por sí mismas: "Es que Javier es así, se hace querer y siempre consigue que la gente esté unida". "Algo muy vasco". "Se involucra con las familias de los jugadores y todos sus vestuarios son una piña". "Si le quieres ganar le tienes que ganar de verdad". "Allí en México es una institución y la gente le quiere mucho pese a todo lo que han dicho de él". "Ha levantado a equipos que estaban muertos"... Más adelante volveremos a hablar del Athletic.
También cuentan, aunque parezca mentira, que la fama y la presión de un país tan futbolero como el mexicano le ha hecho retraerse, cerrarse y ser muy celoso de su intimidad. "El Javier que yo conocí antes de ser futbolista era aún más bromista y abierto. Imagínate, con las salidas tan buenas que tiene todavía", asegura Julen. El objetivo de esta charla es conocer más sus vínculos con Bizkaia y Euskadi, más allá del 'viaje' que en los años 50 emprendieron Basilio y Mari Carmen, sus padres, rumbo a México.
Sus lazos vascos
En la capital mexicana creció un Javier que era habitual en la antigua Euskal Etxea, que por entonces incluso tenía habitaciones para dar cobijo a las muchas familias que se exiliaban allí, llegando a superar las 200 familias asociadas. El flujo fue menguando, pero la relación y la pasión de Aguirre por sus raíces se mantuvo intacta. Por eso, cuando se convirtió en futbolista, lució con orgullo su apodo de 'El Vasco' y no dudó en hacer honor de él. Los nombres vascos de sus hijos lo demuestran.
Quizá aún más una anécdota imperdible que cuenta Jon sobre el vínculo de la descendencia y esta tierra. Javier había fichado por Osasuna tras el Mundial de 1986 y por entonces el técnico y su esposa buscaban un primer embarazo. Este llegó en pleno proceso de recuperación de una dura lesión que sufrió en Pamplona y que, por cierto, posibilitó entonces el fichaje de Michael Robinson por el club rojillo. "Jontxu, fíjate que aquí en Pamplona en tres chispasos quedó embarazada, cabrón", le dijo Aguirre a Jon nada más verle, cuando le visitaba por la dura lesión.
Aquellos fueron los años en los que se reencontraron por la cercanía entre Pamplona y Gernika, aunque unos meses antes su relación se había hecho aún más fuerte después de muchos años de distancia. Aunque han visitado su país natal alguna vez más desde que partieron en 1974, uno de los viajes más bonitos y especiales fue el que vivieron en 1986. El Mundial de México, en el que Aguirre lo jugó como futbolista. "Era un locura ir con él por México. Allí nos dimos cuenta de la repercusión que tenía en su país. Daba igual dónde fuésemos que todo el mundo se le echaba encima. 'El Vasco, el Vasco'. Se acercaba todo el mundo...", cuenta Idoia.
En aquel viaje le vieron jugar y también disfrutaron del histórico Argentina-Inglaterra en el que Maradona se convirtió en Dios, además de vivir la final ante los alemanes desde el palco del suegro de Javier, con Basilio -padre de Javier- y Antonio -padre de Jon, Idoia y Mikel-, además de Severino, otro de los tíos del técnico. Precisamente este último protagonizó otra anécdota imperdible con relación rojiblanca.

Aprovechando el viaje, se fueron de excursión a la pirámide del Sol Teotihuacán y cuando se dieron cuenta, Severino había salido por su cuenta. "Con su txapela y su corpachón de luchador", inicia Jon riéndose, con la mirada de Idoia fija, consciente de lo que se viene. "Pasó una hora y no aparecía. Me subí a buscarle y a mitad de camino me encontré con Andoni Goikoetxea allí sin camiseta, de turista porque a España le habían eliminado ya. Le saludé, le dije que éramos de Gernika y le pregunté por mi tío. '¿Un tío con txapela? Le he visto arriba del todo'. Pues me acompañó hasta arriba y nos sacamos una foto los tres". Su amor por el Athletic hace que aún hoy guarden aquella histórica instantánea.
Una final muy especial
Esta relación tan especial vivirá un momento culmen este fin de semana, cuando el Mallorca y el Athletic se enfrenten en La Cartuja en una final de Copa inolvidable para ellos. Mikel es el único que quiere que ganen los bermellones por los lazos familiares, aunque Idoia no consiga entenderlo. "Dice que como el Mallorca no tiene muchos títulos, le gustaría que uno de ellos sea con el primo. Vale, pero no ahora. Lo que ha conseguido está muy bien y ya ha hecho historia, ahora ya vale".
"Queremos lo mejor para Javier y lo que ha conseguido está muy bien. Ya ha hecho historia, ahora ya vale. Todos queremos que gane el Athletic"
Prima de Javier AguirreJulen es más explícito: "Lo conozco y lo quiero mucho, pero voy a decir lo que diría él: ¡Que se chinge! Aupa Athletic". "Es que él ya lo sabe", insiste Jon: "Yo siempre digo que tengo el corazón partido: ventrículo derecho e izquierdo. Ahora, por lo demás, del Athletic". "Todos queremos lo mejor para Javier pero es que ese es su mundo laboral. Queremos lo mejor como entrenador, pero somos todos del Athletic", completa la prima. Durante la charla llega también Andoni García, marido de Idoia, otro ferviente aficionado rojiblanco. "Mira, yo fui a la final de 2005 entre Osasuna y Betis e iba a muerte con los rojillos. Pero ahora... ahora no hay ninguna duda. Eso sí, va a ser jodido porque este no regala nada, eh".
Lo sabe bien el entrenador, que también bromea cuando puede. "En 2022 cuando empataron en San Mamés le mandó un audio a mi aita y le decía riéndose que nos sacó un punto", recuerda Julen. En la conversación también aseguran que el técnico tiene mucho cariño por el conjunto rojiblanco y que incluso "quiso ser jugador pero no pudo". "Sería entrenador del Athletic sin cobrar", dice Julen.
La pasión por el deporte
La vinculación también es deportiva. La familia Onaindia es una enamorada del deporte, mucho más allá del fútbol. La pelota estaba muy presente con Dionisio Onaindia, pero también el padre de Mikel, Idoia y Jon era un gran pelotari (campeón de España de aficionados) pese a que jugaba con el hándicap de no tener los dedos índice y medio de la mano derecha desde los 7 años porque le atrapó la amasadora de harina en la panadería que regentaba su padre, abuelo de Javier.

Jon también fue pelotari de cesta punta profesional desde 1979 a 1981 hasta que una lesión acabó con su carrera. Entonces nació el proyecto del Bar Onaindia, epicentro de historias y anécdotas familiares en pleno corazón de Gernika y que todavía recuerdan. Allí, y en todos los rincones donde viaje esta familia, el Athletic estará tan presente como el cariño por un tipo "entrañable, cercano y muy de su familia" como Javier Aguirre Onaindia.