RAYO 1 - BARCELONA 1

El Rayo le quita oxígeno a Xavi y a un Barcelona que empieza a preocupar

Al Barcelona le volvió a faltar fútbol y sólo pudo empatar en el tramo final del partido.

De Jong reapareció en Vallecas./GETTY
De Jong reapareció en Vallecas. GETTY
Jordi Cardero

Jordi Cardero

En Vallecas nunca se gana con esmoquin, aunque la realidad es que el Barça hace tiempo que no se lo pone. Los blaugrana se están acostumbrando a vivir escapando más que a imponer su narrativa. Porque no hay semana tranquila en Barcelona. Un parón de selecciones acaba con Gavi lesionado por lo que resta de temporada y el Camp Nou y sus obras patas arriba. El Barça vive constantemente en el prólogo de algún susto. El Rayo lo corroboró.

Xavi se quedó sin Gavi en el partido en el que más lo necesitaba. Regresó De Jong, que puso su firma al fútbol blaugrana. Mejoró la salida y el Barça tuvo tramos lúcidos, pero volvió a embarrarse donde más cirugía demandaba el Rayo. Los vallecanos le quitaron oxígeno a Xavi. Salvó la sangría un balón largo de Iñigo, uno más, que desembocó en una gran centro de Balde que Lejeune metió en su propia portería. Esta vez, la épica blaugrana se quedó en empate. El Barça sigue cayendo.

EL REGRESO DE DE JONG

😬 No me ha hecho cambiar de opinión

"Estem amb tu, Gavi", llevaba el Barça en el pecho. En el primer partido que el canterano tuvo que ver por televisión, De Jong volvió a coger las llaves del equipo. Sus primeros minutos marcaron el guión del partido. Mostró atisbos de liderazgo, de tiranía, que no se habían visto sin él. Xavi apartó a Oriol Romeu de la zona del pivote y fue Frenkie quien acompañó a los centrales. La salida del Barça fue más líquida. Por delante, bloqueo. El mismo de siempre.

 

De Jong pintó al Barça de colores más vivos. En el segundo tiempo, Xavi le puso a Gündogan al lado. El Barça sumó talento y comenzó a asentarse en campo contrario. El Barcelona jugó mejor con De Jong, pero las sensaciones no superaron lo visto hasta ahora.

ÓSCAR VALENTÍN

💯 Mis 'dieses'

Óscar Valentín llegó tarde a LaLiga. Debutó con 26 años. El pasado verano cumplió 29 y juega como si llevara compitiendo en la élite desde la adolescencia. El Rayo perdió al ideólogo Iraola y a Santi Comesaña, uno de sus faros durante las últimas campañas. Valentín ha ido ganando ascendencia en un centro del campo que fue zona de paso. El Rayo no se apalancó en la sala de máquinas, no podían esperar las carreras al espacio de De Frutos y de Isi. En defensa, detuvo inteligentemente el juego del Barça cuando la jugada lo pidió. A su lado, Unai López fue un obrero más. Vallecas volvió a poner a raya al Barça.

LA PIZARRA DE XAVI NO CAMBIA AL BARÇA

💡 La decisión

Hay quien se pone un Rayo-Barça y duda de si el partido es de otra temporada, si es repetido. Las camisetas no engañan, pero sí la puesta en escena. En Vallecas hay tormenta hasta cuando luce el placentero sol invernal. Nunca hay tregua para la franja. Xavi, consciente de qué le esperaba, de la caída del año pasado y que hacía falta una sacudida, retocó su pizarra.

Puso a De Jong delante del timón, con Oriol Romeu por delante y un Pedri más enfocado al último pase, mediapunteando. Huérfano de balones, el canario tuvo que retroceder varios metros para participar. Cancelo jugó por dentro, pero con más cadenas que de normal. Xavi sabía que el Rayo martillearía a su espalda con el Pacha Espino y De Frutos. Soltarse en ataque tenía peaje. Balde, que se quedó en Barcelona durante el parón, compaginó la banda izquierda con Ferran.

La salida del Barça fue más fluida con De Jong. A partir de tres cuartos, el equipo se encomendó a la lámpara mágica que tiene Lamine en su bota izquierda. En el segundo tiempo, Xavi volvió a invertir en los cuadrados, con Pedri y Joao Félix en el balcón del área. El Rayo exigió acupuntura para conectar entre líneas y al Barça le temblaron las manos.

Xavi, sobre la mentalidad del equiipo: "Tenemos que cambiarla".

IÑAKI PEÑA

😥 ¡Vaya día!

En apenas cinco minutos, el Rayo ya había disparado tres veces. Isi fue el primero en intentarlo. A la segunda, Iñaki Peña detuvo el intento en dos tiempos. Con los nervios sacudidos, al portero no le tembló el pie a la hora de jugar el balón. Con el paso del tiempo, como el resto de sus compañeros, comenzó a sentir cómo Vallecas se convertía en la boca de una ballena que trataba de engullirle.

Se mantuvo firme. Hasta el gol. Un tiro irrepetible de Unai López acabó en el fondo de la portería. En la segunda mitad apenas tuvo que intervenir. La mala suerte en el rechace del gol dejó un gusto amargo. Podría volver a aparecer ante el Oporto.

UN LAMINE NECESARIO

🚨 Poco se habla de…

Lamine no sintió vértigo en su primera vez en Vallecas porque lleva toda una vida bajando a jugar a la cancha de su barrio, en Rocafonda. El canterano no pregunta a la hora de encarar, pero todavía es algo tímido a la hora de hacerlo con más constancia. Como si supiera que dentro de él está incubándose una futura estrella mundial, como si supiera que su momento de estallar todavía no ha llegado.

Su primera gran jugada llegó en un doble caracoleo. Primero sobre el Pacha Espino. Luego sobre Lejuene. Desembocó en un tiro tímido a las manos de Dimitrievski. Poco a poco fue ganando protagonismo, como a quien le van picando en una pachanga y se empieza a calentar. El Barça le pide actos heroicos a un niño.