REAL MADRID

El Real Madrid teme que el anuncio del adiós adelante la 'oficialidad' de Mbappé y choque con su plan de esperar a junio

El club y el vestuario insisten en que no quieren ni oír hablar del futuro hasta junio. Eso sí, puestos a que salte el bombazo al haber quedado eliminado y anunciado su adiós al PSG, mejor el domingo o el lunes que 'en mitad' de la final.

Mbappé, después de ser eliminado de la Champions. /AFP
Mbappé, después de ser eliminado de la Champions. AFP
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

La pelea más humana, manida y estresante del mundo siempre se disputa entre lo que se puede controlar y lo que no depende de uno. Y en ese alambre es donde se está moviendo el Real Madrid en estos momentos para no empañar una semana gloriosa, para no hacer de menos a unas estrellas que han elevado de nuevo a esta plantilla y, sobre todo, para que temas externos no desvíen la atención de lo realmente importante, que es la final de Champions del próximo 1 de junio.

Como ya desveló Relevo, los planes en Valdebebas con este asunto pasan por no oficializar nada hasta junio, una vez que haya concluido la temporada regular y los futbolistas, aplaudidos a rabiar, estén ya de vacaciones o convocados con sus selecciones en la Eurocopa. Mbappé 'molesta' hasta entonces y preguntar por él se ha convertido en un ejercicio arriesgado y casi de mal gusto. Sin embargo, había un escenario si tanto el Real Madrid como el PSG llegaban a Wembley y se enfrentaban, y otro bien distinto si uno o los dos clubes quedaban eliminados, como ha sucedido. Ahora, con el PSG y su estrella apartados por Hummels y con el anuncio oficial del francés de que deja el Parque de los Príncipes, hay temores de que salte todo por los aires.

Ahí es donde algunos directivos del Madrid andan preocupados porque no tienen del todo la sartén por el mango. E incluso en la caseta saben que cualquier comentario de un dirigente parisino o de un familiar de Kylian, o que el hecho de que propio delantero dé un paso adelante en su prudente forma de proceder tras comunicar su adiós, desaten la tormenta y propicien que se empiece a hablar mucho más de su presentación, del dorsal que lucirá o del puesto que ocupara en el plan de Ancelotti que del Borussia Dortmund. El Madrid tiene claro que no oficializará su fichaje ahora y que lo suyo es esperar a cuando ya no tenga contrato con el PSG (expira el 30 de junio), pero otra cosa es que una frase contundente, que hasta este instante no se ha dado, cierre un culebrón de manera oficiosa, que es casi lo mismo.

Mbappe anuncia que no continuará en el PSG.

El equipo dirigido por Luis Enrique disputa su último partido de la Ligue 1 en casa ese domingo ante el Tolouse (21:00), ya que después concluirá el campeonato visitando al Niza y el Metz. Y, tras el vídeo de la estrella, se producirán actos para homenajear por todo lo alto a Mbappé. Esa noche quedará cerrado el círculo de su salida de París, y hay quien piensa en Madrid que será muy complicado que la emoción, la necesidad de justificar su decisión e incluso la estrategia o la liberación de su actual club puedan llevar a cometer alguna imprudencia que envíe definitivamente la pelota al tejado del Real Madrid. La esperanza blanca es que el propio PSG no quiera perturbar a su propio vestuario antes de la final de Copa que disputa el 25 de mayo ante el Lyon y ya después...

Algo bueno dentro de lo incómodo

Por eso, varias fuentes consultadas, más allá de repetir que el Madrid no piensa en estos momentos en Mbappé y que ese tema, llegado el caso, se afrontará en su momento, también reconocen que puestos a que se produzca el bombazo fuera de plazo la noticia tendría una mejor digestión en estos momentos, cuanto antes, mañana o el lunes como colofón a la celebración por LaLiga, que en mitad de la final de la Champions con todo el mundo pensando en cómo alzar la Decimoquinta. Si salta estos días la liebre (nunca mejor dicho), sería imposible contener el caudal informativo liderado por L'Equipe o Le Parisien durante la siguiente semana del 13 al 19 de mayo, pero aun así quedarían más de 10 días para recuperar la calma, el puso y el norte, normalizar un secreto a voces y pensar de nuevo en el Dortmund.

En el club, los trabajadores tienen esta semana la misión de librar menos de lo debido durante el fin de semana dado el volumen de trabajo que se les viene encima. Pero todo en clave Cibeles y la rúa. Nada de Mbappé. Pase lo que pase en Francia, y lleguen las noticias que lleguen desde París, el Madrid no oficializará nada. Eso sí que depende de él. La consigna ahora es, si acaso, ir anunciando renovaciones (Lunin, Lucas Vázquez, a ver qué pasa con la continuidad de Joselu, Modric y Kroos, ojo con Mendy y que nadie descarte un premio muy merecido a Carvajal...) y dejar lo de Mbappé para junio (el reconocimiento de la contratación), a poder ser después de Londres y antes de la Eurocopa, y que luego ya se haga en julio la presentación.

La agenda aprieta y eso también condiciona. El 1 de junio es la final y, por tanto, el 2 tocará fiesta o jornada de reflexión, dejando pocos días de esa primera semana de junio para la hipotética anunciación de Mbappé. Y menos para una presentación. Aunque todas las partes quisiera. El Bernabéu, que ya es el principal escenario de eventos del país, tiene conciertos programados para esas fechas, como el del 8 de junio (Duki). Si a eso se suma que los internacionales tendrían que incorporarse de inmediato con sus selecciones para preparar la cita de Alemania que arranca el 14 de junio, más los compromisos de Florentino Pérez y ACS, habría muy pocos huecos libres en el calendario. Mbappé jugará con Francia un amistoso el 5 ante Luxemburgo y otro el 9 ante Canadá y deberá estar en Alemania desde el 10, donde a los pocos días se medirá en la fase de grupos a Austria, Países Bajos y Polonia. La galáctica puesta en escena, de hacerse en junio en el Nuevo Bernabéu (algo improbable) sólo sería posoble el 3, 6 o 7 de junio o ya después de la Eurocopa, cuando realmente haya finalizado su contrato con el PSG, y antes de los Juegos si es que va, algo también casi descartado. Pase lo que pase, ahora sí que sí la cosa se calienta rumbo a un desenlace.