Un 'reality show' en China era un anzuelo para invertir en el club de fútbol de Laporta
Las hermanas Tartas explican cómo las convencieron para poner 400.000 euros y que "querían montar un Gran Hermano con jugadores chinos".

"Nos llamó Sandra Solé, que era nuestra inversora de confianza, y nos habló de invertir en dos clubes de fútbol, uno era el Reus, y el otro estaba en China", explica una de las hermanas Tartas, que son protagonistas del documental 'Laportagate', que se estrena este miércoles en los Cines Texas de Barcelona. Ambas decidieron invertir 400.000 euros en las empresas Core Store y CSSB Limited con la promesa de una rentabilidad del 6%, pero apenas recibieron esos intereses los primeros meses (solo les devolvieron 32.000 euros)... Después no han visto nada del dinero y denunciaron. El caso está ahora en fase de investigación. El testimonio de las hermanas es parte central de esta película que se adentra en esta supuesta estafa agravada y que salpica de forma directa al presidente del FC Barcelona.
Las hermanas inician su caso con la llamada de la intermediaria, que les habló de "una oferta interesantísima". "Nos asustamos", dijeron. "Les dijmos que nuestro perfil de inversor es diferente. Nos dijo que detrás había personas solventes, que era algo seguro con el gran economista Sala i Martí. Y nos insiste, ¿no conocéis a Laporta? Os lo presento, es muy simpático", cuentan. La empresa en la que finalmente metieron 400.000 euros era propietaria del Reus y del club chino BIT. El propio Laporta, en su declaración al tribunal, habló de que "todavía tenemos el BIT" y en primera persona del Reus, de hecho, dijo "tendríamos que haberlo vendido tras ascender".
Después de la primera reacción de las hermanas, Sandra Solé las intentó convencer con todos los proyectos que tienen en mente en China. "Nos hablaron de que harán una especie de Gran Hermano, como un 'reality show' del fútbol chino en el que estaba metido Toni Cruz, ahora en Barça One, que es éxito seguro", explican ellas. Toni Cruz es conocido especialmente en Catalunya por ser uno de los miembros del grupo humorístico La Trinca. Esa especie de show televisivo era, según sus palabras, uno de los aspectos clave para el crecimiento del club en un país que había apostado por el fútbol con medidas hasta gubernamentales. China se convirtió en un mercado en expansión: llegaron futbolistas y empresas a realizar inversiones. Como Arabia Saudí ahora. De la misma que se incentivaban los negocios en el exterior -como la compra de club extranjeros-, se buscaba un crecimiento del fútbol del país atrayendo a grandes figuras, a entrenadores y a empresarios, pero finalmente eso expiró en 2017.
De hecho, y siguiendo las conversaciones con Sandra Solé, a las hermanas les llegó un documento por error de Manana Giorgadze, la secretaria de Laporta en su buffet, con los datos bancarios de Toni Cruz, quien también había invertido.
El objetivo deportivo del club era ascender "de Tercera a Primera" y el aval era la experiencia en el fútbol de todas las personas que estaban detrás, que antes habían tenido un exitoso paso por el FC Barcelona de 2003 a 2010 cuando Laporta fue presidente. Olivé destacó en sus intervenciones que querían copiar la metodología de La Masia en China y ser una referencia.
Finalmente, las hermanas decidieron firmar los contratos pese a la "insistencia machacona" de la intermediaria. "A nosotras no nos gustaban las prisas, pero ellos tenían ya la necesidad del dinero y firmamos un 31 de agosto", cuentan. Era la primera temporada en la que el Reus jugaría en Segunda A. En 2016. En los primeros meses, recibían el dinero de vuelta, esos intereses del 6% estipulados. "Los intereses llegaban desde el despacho de Laporta", comenta.
El Reus anuncia la compra del BIT y llegan los impagos
En abril de 2017, Joan Olivé, presidente del Reus, anunció que el club había comprado un 23% del BIT. Y presentó así el acuerdo: "Queremos ser un punto de referencia de otra forma de trabajar... un país lleno de gente con mucho dinero y poca experiencia en el fútbol... Somos gente de fútbol, no somos el típico inversor que tiene el capricho de comprar un club... Queremos incrementar muy significativamente la participación accionarial... Las cosas hay que hacerlas paso a paso".
El hermano Tartas, a quien también quisieron convencer, no veía nada claro el asunto. "Nos decía que éramos idiotas", dijeron las hermanas, pero finalmente él también puso 50.000 euros siete meses después. En ese documento de compra de acciones del BIT, la firma es de Joan Laporta, que siempre negó su vinculación con CSSB Limited. Y en ese periodo empezaron a llegar los impagos. En octubre de 2017 el propio gobierno chino legisló una normativa para frenar las inversiones extranjeras en distintos sectores, uno de ellos el de los clubes deportivos. Uno de los objetivos de los intermediarios, según el abogado Pere Oriola, era el de encontrar perfiles de inversores que no tuvieran mucho conocimiento de fútbol.
En diciembre de 2017, el BIT hizo una estadía en Reus de más de dos semanas donde pudo entrenar en las instalaciones, jugar partidos y hacer una gira turística por Cataluña, como parte del acuerdo de colaboración y de propiedad entre ambas entidades. Si de cara a la opinión pública, el BIT debía ser La Masia del Reus ("yo sueño con que haya jugadores chinos formados en el BIT jugando con el Reus, pero no es tan fácil. Hoy por hoy, la distancia entre el fútbol de la Liga y el fútbol de China es muy grande", dijo Olivé), en las declaraciones en el juzgado Laporta habló de que "el Reus fuera La Masia del club chino".
La estrategia del "no contestan" y de la época de la COVID
"No nos contestaban, no sabíamos qué pasaba, al final nos dijeron que tranquilas, pero iba pasando el tiempo, llegó la COVID... No nos dijeron que el club estaba disuelto (por el Reus, en 2019)". Y luego fue cuando la intermediaria Sandra Solé les comentó la posibilidad de trabajar en el Barça "sin ir al lugar de trabajar" para recuperar el dinero como había sucedido con otros que también invirtieron y no denunciaron. "Ellos lo que querían era dilatar el proceso para que se llegara a la preinscripción", cuenta Oriola. Si el 31 de agosto de 2016 pusieron los 400.000 euros, la denuncia tenía que llegar antes de 2026, ya que el delito de estafa agravada caduca a los 10 años y el de estafa a los cinco.
Finalmente, llegaron las denuncias después de que se intentara llegar a un acuerdo que, según ellas, Laporta y Olivé incumplieron de nuevo, por lo que volvieron a denunciar. Al haber tantos casos ya el juzgado de Instrucción los ha juntado. Paralelamente hay una investigación de la Agencia Tributaria sobre las cuentas de Core Store y de su filial CSSB Limited. "Hay dudas de dónde viene el dinero", dice Oriola.