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La rebeldía de García Pimienta ante la desconfianza

El catalán llega al Sevilla consciente de las dudas que su figura genera en parte de la afición, y la confrontación existente con los dirigentes.

García Pimienta se despide de la afición de Las Palmas./EFE
García Pimienta se despide de la afición de Las Palmas. EFE
Alonso Rivero

Alonso Rivero

Habrá que otorgarle un tiempo prudencial a García Pimienta para valorar su trabajo como entrenador del Sevilla. Como con cualquier entrenador que llega a un nuevo club, es imposible saber qué impacto tendrá su modelo de juego y sus ideas, ni que resultados alcanzará con el paso de la temporada.

García Pimienta llega a Sevilla.

De lo que sí es consciente el técnico catalán es que su figura genera cierta desconfianza en la afición del Sevilla. En gran parte, porque aquellos que lo han elegido no estuvieron acertados la pasada temporada. Esas críticas, desavenencias y dudas en sus decisiones arrastran al nuevo entrenador sevillista, y él lo sabe. Tampoco ayuda el no tener un curriculum demasiado extenso (Barcelona Athlètic y Las Palmas).

"Ha transformado esa desconfianza en rebeldía. Está convencido de que con su trabajo y el de su equipo de trabajo conseguirá los resultados deseados", revelan los más allegados a Relevo. Xavier García Pimienta tenía un año más de contrato con Las Palmas. En ese acuerdo se especificaba que, al terminar la temporada, tanto su antiguo club como él podían decidir unilateralmente continuar juntos o separar sus caminos. Él empezó a sentir semanas antes de la conclusión del curso futbolístico que necesitaba otro reto mayor en el que focalizar toda su energía.

El técnico se convenció de que su ciclo en Las Palmas estaba acabado. Un playoff de ascenso, la consecución del mismo y la permanencia debían poner fin a más de dos años de éxitos en el equipo canario. Asumir un salto en sus desafíos como el que le propone este Sevilla que quiere poner en marcha un proyecto renovado le motiva.

En ese momento no conocía las intenciones de los dirigentes del Sevilla que, aun gustando la figura del entrenador barcelonés, emplazaba la decisión a la conclusión de la temporada, no sin antes realizar algunas entrevistas a entrenadores como Maresca, Juric o los agentes de Arrasate, entre otros. Saben que no pueden fallar. A pesar de todo, mantuvo su idea de dejar Las Palmas con el riesgo de quedarse un año en blanco.

Ha tenido algunas propuestas, incluso de Arabia, pero el difícil reto de un club ganador como el nervionense provocó en él el entusiasmo y la motivación que necesitaba. Sabe que no será fácil. Conoce la situación económica y la fractura social existente, pero está convencido de que está capacitado para volver a construir un equipo competitivo. El tiempo dará o quitará razones. Difícil lo tiene.