El regreso de Alaba llena de confianza al vestuario del Madrid: "Es de los que mandan"

En mitad de la celebración de la plantilla del Real Madrid sobre el césped del Camp Nou, unos minutos después de conseguir el pase a la final de Copa, Luka Modric y David Alaba se quedaron juntos en el campo. Se abrazaron, y Modric le repitió una frase en tono efusivo: "Hermano, me encanta. ¡Has vuelto!".

Con el regreso de Alaba al once en un Clásico, el Real Madrid logró una victoria histórica en el feudo de su máximo rival. En 2023 se habían enfrentado en tres ocasiones; en ninguna jugó el central austriaco, en todas ganó el Fútbol Club Barcelona. Con Alaba los de Ancelotti son un equipo distinto.

El exfutbolista del Bayern de Múnich firmó una segunda mitad soberbia en el Camp Nou, que anuló por completo al ataque culé, y también resistió en la primera parte. Pero Alaba no es sólo un jugador que se note sobre el césped: el '4' blanco es uno de los jefes del vestuario del Real Madrid.

Ya demostró su personalidad en su fichaje, sucediendo a Sergio Ramos con su dorsal y tomando el timón del equipo de Ancelotti. Junto a Militao, han formado una dupla defensiva imponente. En Valdebebas todos coinciden: "Alaba es de los que mandan en la plantilla del Madrid". El austriaco hizo muy buena relación con Marcelo y también con Modric, con el que se llama Frate de manera cariñosa.

A sus 30 años, una edad espléndida para un central, Alaba no estaba viviendo un 2023 positivo. De los 21 partidos del Madrid este año, sólo ha jugado nueve. Dos lesiones le habían apartado del equipo, y sus compañeros se resintieron. Su sobresaliente actuación en el Camp Nou fue el debut de Alaba en la presente edición de Copa del Rey. Hasta el miércoles, no disputó ni un minuto.

Desde dentro, se confía en la vuelta de Alaba como una noticia clave para el final de temporada del Real Madrid. Su importancia es vital para el cuerpo técnico y los jugadores, por la personalidad del austriaco sobre el césped y en el vestuario. Su primer pase para iniciar jugada, la valentía para anticipar duelos y su gen ganador elevan el techo competitivo del cuadro merengue.

En el curso pasado Alaba dejó una imagen para la historia, en la que levantó una silla en plena celebración del Bernabéu, justo tras eliminar al PSG en Champions. Esta temporada, contra el máximo rival del Madrid y en otra celebración, Modric y Alaba ofrecieron otras imágenes para el recuerdo. Han vuelto. Y quieren repetir el desenlace.