REAL SOCIEDAD 0 - REAL MADRID 2

Rodrygo pierde otra bala... y el relato

El '11' pasó desapercibido. En las últimas semanas, ha reclamado ser finalista del Balón de Oro o ser miembro extra del tridente.

Rodrygo, ante la Real Sociedad./EP
Rodrygo, ante la Real Sociedad. EP
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Carlo Ancelotti sorprendió dejando en el banquillo a Rodrygo Goes. Los motivos pueden ser diversos, pero el brasileño tuvo oportunidad de sobra para tratar de demostrar que su técnico se había equivocado en la decisión (por descanso o por creencia). La lesión de Brahim Díaz a los 23 minutos le dio unos minutos muy valiosos, con el Real Madrid aún sin carburar y en un campo en los que se deciden Ligas. Sin embargo, su participación fue insuficiente, casi inexistente. Pasó inadvertido, no generó, no chutó y no respaldó su discurso de las últimas semanas de incluir su inicial en las siglas de las estrellas blancas o merecer estar en el top del Balón de Oro.

Sus números retratan su actuación: 27 toques, 17 pases, dos duelos ganados, seis pérdidas de balón, una falta recibida, cero disparos a puerta, cero disparos fuera, cero regates completados... Y casi lo que es peor: solo un regate intentado. Una participación irrelevante, pasó absolutamente desapercibido. Mientras, un errático Vinicius buscaba con ímpetu el triunfo del equipo. Su insistencia le llevó a marcar desde los once metros y forzar el segundo penalti.

Por su parte, Mbappé cuajó una de sus mejores actuaciones como madridista. No dejó de buscar la portería, mareó a la zaga realista, transformó el segundo penalti y brilló en el triunfo. Entre tanto, Rodrygo, que partió de banda derecha, buscó moverse más por dentro con pequeñas apariciones por la izquierda. Ni consiguió entrar el contacto con el balón ni sus compañeros le encontraron.

Antes de su entrada, Ancelotti había planteado un equipo de vocación ofensiva, pese a no contar ni con Tchouameni ni con el lesionado de larga duración Camavinga. Podía dar la sensación de equipo partido, pero en los primeros minutos el bloque carburó. Brahim bailó por la derecha, tratando de dar facilidades por dentro y moverse entre líneas. Después Rodrygo fue más estático y no conectó con Güler. El turco se movió por dentro y, aunque le faltó gasolina, dio brotes verdes sobre su papel en la creación en la medular.

¿Molestias, rotación, rol...?

Un engranaje que sigue encontrando con facilidad defectos. Rodrygo fue uno en la noche de este sábado en el Reale Arena. Y el problema está sobre la mesa: más apático que errático. Eso sí, venía fundido, tras jugar los dos partidos con Brasil y sufrir la 'paliza' del largo viaje. Su compañero Vinicius también. En su caso, completó los 90 minutos, no tuvo tanto protagonismo como otros días y resultó decisivo.

Su suplencia continúa resultando una incógnita, ya que otros de sus compañeros también venían de cargar en exceso las piernas en este parón internacional. Incluso se especuló con que sintiera molestias y que eso fuera la causa de quedarse en el banquillo, aunque que calentara de inmediato tras el contratiempo de Brahim indica que su condición era perfecta o casi.

Ancelotti ya anunció en su día que había planteado un sistema de descanso y vacaciones para los jugadores tras los parones internacionales. Este método, en principio, se basaba en que ni siquiera acudieran convocados. Quizás las circunstancias, con la plaga de lesiones, dificultaba enormemente hacer descartes de calibre.

Otro asunto es que este Rodrygo ya no sea un titular indiscutible en el Real Madrid. Sus compañeros de delantera sí: el Bellingham-Vinicius-Mbappé no da lugar a dudas. El otro brasileño pidió que se le incluyera en las siglas, después lo borró, argumentó que era un 'fake' y el asunto ya cayó en el olvido. Fuera o no así, el primer paso para formar parte de la nueva BBC es ser día tras día parte del once inicial.

De momento, parece el engranaje más prescindible del once hipotético que cualquiera pueda dibujar en este Real Madrid 2024-25. Su actuación ante la Real Sociedad no le da un altavoz para el reclamo. Entró como revulsivo tras la lesión de Brahim y su actuación dejó dudas.

Mientras, desde dentro defienden a ultranza al talentoso jugador. Preguntado directamente por si podía sentir Rodrygo celos de su rol, Ancelotti sentenció: "Si hay un problema de este tipo lo voy a detectar. En el vestuario no comentamos lo que dice un jugador con su selección. El ambiente en el vestuario es muy sano". El '11' tendrá una nueva oportunidad en la Champions donde, salvo sorpresa y más con las circunstancias de la enfermería, partirá de inicio.