Rodrygo deja una dedicatoria especial... y un mensaje a Ancelotti: "El problema el año que viene es para él"
El brasileño derribó la muralla del Athletic con un doblete desde su sector favorito. No marcaba con el Madrid desde el 10 de febrero.

Sobrepasado el minuto siete, mientras la grada le cantaba a Juanito, Rodrygo arrancó por la izquierda, levantó la mirada y clavó un zarpazo en la escuadra de Agirrezabala. Fue un gol importante, para derribar el muro del Athletic y colocar el 1-0 al poco de comenzar; y especial para el brasileño, que no marcaba con el Real Madrid desde hace casi dos meses. Lo celebró dedicándoselo a uno de los fisios del equipo, Jaime Salom, que perdió recientemente a su madre. Nada más hacer el tanto, el jugador se tocó dos veces la cabeza, gesto inequívoco hacia su destinatario, corrió hacia el banquillo y, tras chocar la mano con Ancelotti, se abrazó con el preparador.
El 11 repitió en el minuto 73, después de un contragolpe comandado por Bellingham en el que recibió en la izquierda, burló a Lekue con un genial amago corporal y superó al meta. El 2-0 confirmó que está de vuelta después de un mes y medio rodeado por alguna que otra crítica por su falta de puntería.
Su último tanto databa del 10 de febrero, ante el Girona y también en casa. Desde entonces enlazó siete partidos sin anotar (sólo repartió una asistencia, en Mestalla) y se marchó al parón seco, sin ser capaz de participar con cifras en las goleadas a Celta (4-0) u Osasuna (2-4) que dejaron paso a los encuentros de selecciones. Con Brasil, el paulista recuperó sensaciones y puso fin a su pequeña sequía, precisamente, en el amistoso frente a España que se disputó en el Santiago Bernabéu.
Hace sólo cinco días, en ese duelo, Rodrygo aprovechó un regalo del athleticzale Unai Simón (esta noche en el banquillo) para dejar su sello en el 3-3. En su regreso a casa con su club sólo necesitó una cabalgada por la banda para poner en pie a Chamartín.
"Marcar siempre me da confianza. El otro día, contra España, me dio mucha confianza. Hoy salió todo bien. Estuve un tiempo sin hacer gol. Estaba jugando bien pero no me salían los goles. Hoy salieron. He jugado como siempre. Y estoy muy contento. Estoy siempre tranquilo. Todos en el equipo me ayudan bastante. Cuando no marco estoy con la cabeza tranquilo. Siempre voy a volver y quería volver cuando el equipo más me necesitase. Ahora viene el City y quiero estar bien. Quiero marcar más goles que la temporada pasada", declaró el brasileño al finalizar el encuentro.
Rol importante ante la ausencia de Vinicius
Ancelotti festejó ambas dianas con rabia desde el banquillo, especialmente porque la cita contra los bilbaínos se preveía difícil de abrir: nadie deja más porterías a cero que ellos (15 en lo que va de Liga) y son el segundo equipo menos batido del campeonato, sólo por detrás del Madrid. Destapar temprano la lata facilitó el guion.

Faltaba, además, el segundo máximo goleador de los blancos, Vinicius, que cumple ciclo de amonestaciones después de ver cuatro amarillas consecutivas en los últimos cuatro partidos. Ante la ausencia de su compatriota, Rodrygo se ubicó en el sector izquierdo (partiendo desde la delantera, pero cayendo constantemente a ese costado) y pareció sentirse más cómodo. "Es verdad, ahí siempre lo hago mejor. Por el estilo que juega el equipo, favorece al que juega en la izquierda. Quiero hacer esto por la derecha también", dijo el atacante brasileño.
Es su demarcación favorita, pero el papel preponderante de Vini le obliga recurrentemente a acostarse en la derecha y perder la capacidad de tirar diagonales y acabar las jugadas con disparo. Sin el 7, esta vez sí pudo quitarse un peso de encima y liderar la victoria momentánea de los suyos.
¿Y qué pasaría si llegase Mbappé la temporada que viene? Pues sería un bendito problema para Ancelotti. Porque a pesar de que aterrizara el francés, como publicó Relevo el 20 de febrero, esto no obligará al club a desprenderse de una estrella. Y menos de Rodrygo, uno de los ojitos derechos del presidente, como se demostró al finalizar el partido entre la Selección española y la brasileña, cuando le pidió la camiseta.
Preguntado por esa confluencia de astros, el bigoleador ante el Athletic señaló: "Somos muchos. A ver. No sé de Mbappé, creo que está cerca porque todos lo dicen, pero tampoco sé lo que pasa. A ver qué decide el míster .Yo no pienso nada, pienso sólo en estar centrado, terminar bien la temporada y el próximo año es un problema del míster. Es un buen problema. Yo estoy tranquilo".