Sampaoli busca en Sevilla lo que le negaron en Argentina: "Me dieron muy duro"
El cargo como seleccionador argentino marcó un antes y un después también en su vida personal.

Jorge Sampaoli regresa a Sevilla después de su marcha en el verano de 2017, cuando fue a buscarle la 'Albiceleste' y no pudo decir que no. Era el sueño, aunque no tardó en convertirse en su pesadilla. El Mundial 2018 fueron las peores semanas de su vida, no sólo como entrenador. Sus capitanes Mascherano y Messi tomaron el control absoluto de aquella selección, perdiendo él y sobre todo su segundo, Sebastián Beccacece (candidato a entrenar al Elche), toda autoridad posible, tanto en el vestuario como en el área técnica, donde se pudo ver el completo divorcio que existía con el grupo.
"Me dieron muy duro", confesó en privado. Y quiso desaparecer. El clima hostil que le esperaba en Argentina, donde no podía apenas salir a la calle, le hizo tomar distancia e irse a trabajar a Brasil, al Santos y al Atlético Mineirao. Allí encontró un buen refugio y precisamente fue ahí donde recibió la semana pasada la llamada del Sevilla.
Desde entonces ha estudiado al equipo hispalense, con el mismo entusiasmo por volver donde fue feliz, pero con el recelo por ser una plantilla que no conoce, sin tiempo apenas para ello y con el riesgo de seguir el mismo camino de Julen. Lo ideal para él hubiese sido esperar al parón del Mundial y participar en el mercado de invierno. El desafío le ha podido y sin horas de sueño, ya ha dirigido su primer entrenamiento.
Pronto aterrizará en Sevilla su compañera sentimental, la chilena Paula Valenzuela, 22 años más joven que él y a la que conoció en 2008, cuando entrenaba a O'Higgins. Con ella tiene dos de sus cuatro hijos, el último nacido en 2021, es decir, Jorge se convirtió en padre a los 60 años.
Fanático del rock argentino, sobre todo de las bandas Callejeros y Los Redondos, y de los tatuajes… De hecho, numerosas frases de canciones las convirtió en tinta. 'No escucho y sigo, porque mucho de lo que está prohibido, me hace feliz' es uno de sus tatuajes y pertenece al tema 'Prohibido', de Callejeros. Con el cantante del grupo mantiene una gran amistad y por ello se ha visto envuelto en distintas polémicas en Argentina, ya que era el líder de la banda que tocaba en aquel trágico concierto, en el que murieron 194 jóvenes a por el incendio que provocaron varias bengalas. El cantante permaneció en prisión durante siete años y Sampaoli se dejó ver en varias manifestaciones en apoyo al cantante.
Antes, a principios de los 90, cuando entrenaba a Casilda, un modesto club de la provincia argentina de Santa Fe, le sancionaron e impidieron la entrada al estadio. Le vieron subido a un árbol dando órdenes como un loco. Aquella imagen llamó la atención de muchos, como del presidente de Newells, al que terminó entrenando poco después.
Le ha costado llegar a la élite, mucho, tampoco destacó como futbolista profesional a causa de una grave lesión, así que primero pisó el barro de los banquillos de Argentina y después hizo historia en Chile, donde se le recuerda todavía como el seleccionador que ganó a Argentina en la final de la Copa América 2015. Con Sampaoli se cumple a la perfección aquello de no ser profeta en tu tierra.
Intenso, atrevido, rebelde y apasionado. Así es Jorge Sampaoli, en la vida y en el fútbol.