Seirul·lo, 'maestro' de Guardiola: "Ver jugar al City me recuerda a un partido de balonmano"
El expreparador físico del FC Barcelona atiende a Relevo en la presentación de su libro "ADN Barça".

Paco Seirul·lo (Salamanca, 1945) no es un cualquiera en la historia del deporte español. No ha sido campeón olímpico, ni medalla de oro mundial en una disciplina atribuible a sus capacidades físicas y nunca, nunca, marcó un gol en un Mundial, en una Eurocopa ni siquiera en Tercera, pero bueno, tuvo un récord menor en 200 metros vallas, tocó la guitarra en un grupo revolucionario en su época universitaria –"Los Bulbos, no sabes el éxito que tuvimos con las chicas" (se ríe)- y en verdad se casó con una mujer maravillosa, que lleva siendo su esposa desde que tengo uso de razón y con la que tuvo una hija fantástica.
Probablemente es de eso de lo que más orgulloso se siente aunque en verdad, si le recuerdas que ha sido profesor de decenas, centenares o miles de estudiantes de educación física, que le reconocen como su maestro, no puede ignorar que finalmente, algo deja en él el legado de una metodología que ha impregnado una manera de hacer en el trabajo físico diario durante 46 años en el FC Barcelona.
No resulta casual que Cruyff le reclutara para crear el Dream Team y Guardiola para poner los cimientos del mejor Barça de la historia porque Paco Seirul·lo es, en sí mismo, el hombre que inventó el deporte moderno en España. Ha escrito un libro que remite por definición a lo que es y debe ser el Barça. ADN Barça de Roca Editorial. Si alguien quiere ser algo o saber algo en este mundo, ya tarda.
¿Qué tal la cadera?
Bien, bien, gracias.
¿Y el libro?
Bueno, ya me diréis. Igual no le gusta a mucha gente, pero creo que a otros les será útil.
Usted le ha resultado útil a mucha gente. Se licenció en 1972. ¿Qué había en España en 1972, Carmen Valero?
No, mucho no había, pero yo ya estuve en los Juegos de Tokio en el 64.
¡No! ¿Ya estuvo allí?
Sí, y en México en el 68. En el 72 ya fui de entrenador a los Juegos de Múnich. Fui con la Selección española de Atletismo, con el encargado de la velocidad, Carlos Gil Pérez. Estuvimos a punto a punto, de ser terceros, corrimos a final. Pero en el cuarto relevo, tac, al suelo. Íbamos terceros.
Usted viene del atletismo, incluso fue plusmarquista de España.
De nada. Yo personalmente de nada. Corrí en 200 metros vallas. Fui récordman de mi barrio. En Salamanca, mi barrio. Tuve el récord de Salamanca de 200 metros vallas. Que no se corrió nunca más. Yo empecé a hacer atletismo en el 63. Y el 64 fue mi primera idea de los Juegos. Con Luis Felipe Areta, a ver qué era eso.
¿En Madrid?
Solo se hizo en Madrid.
¿Quién se inventó el INEF (Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, ahora)?
Un cura. Jose María Cagigal creo el instituto nacional de educación física. Se salió de cura y se metió en cosas de deporte y tal.
¿Y cuántos le siguieron? ¿34?
En la primera promoción debieron ser veintitantos. Y le llamamos la promoción cero. La nuestra, que fue la segunda, la llamamos la promoción una. Están cabreados siempre con nosotros toda la vida (ríe). Porque eran tan pocos y además no tenían sitio donde dar clases y era una cosa así como clandestina así que nosotros siempre somos la primera. Luego ya, todo parecía de verdad, tuvo buen apoyo, fue la segunda promoción.
¿Y chicas?
Chicas no había entonces, no se podía ni pensar que podían existir. Existían las Almudenas, que era un colegio mayor de chicas, donde se hacía deporte y estudios de educación física. Para ellas era tremendo, claro. No podían hacer deporte con nosotros, hacían deporte con pololos en el 72. Tenían muchísimas. Qué país. Pero en todo, a nivel de conocimiento, en aquella época España estaba muy a la cola, muy a la cola.
¿Pero usted estuvo en la Europa del Este acaparando conocimientos o me lo invento?
No, no, es así, Yo tuve muchísima, muchísima, muchísima suerte. Porque en ese segundo año Cajigal nos dio todas las posibilidades de poder ir a sitios, contactar con gente, traía gente allí a darnos cursos. Había mucho dinero. Se ayudó mucho en ese momento, no sé por qué. No sé si fueron los jesuitas, o fue los directivos, o los dirigentes. Y levanté la mano y me fui. "¿quién quiere ir a Rusia o a Rumania?" preguntaron. Y yo me fui y yo estuve con Mabellev, con el jefe máximo de la metodología de Rusia entonces. Estuve en Alemania en la DDR. Estuve en Alemania también. Luego fui a Le Bouch, a Francia, a estudiar psicomotricidad. Tuvimos una suerte de locos. No me digas por qué pero en ese momento alguien nos ofreció aquella opción y yo me ofrecí como loco. Y hubo quien no lo aprovecho pero yo sí, lo disfruté y aprendí mucho. Decían: "hay cinco que pueden ir a Rumanía" y yo me apuntaba.
En aquellos años en la Europa del Este vería algo de dopaje, ¿no?
Bueno, había sitios con cristales, que te decían que allí no te acercaras. Algo flotaba en el ambiente,
Decía lo de Rumanía... Usted se apuntaba el primero.
Sí. Por eso, yo creo que fui el número uno de la promoción. Por estar formado en todo. Porque yo dije, bueno, es que esto es lo mío. Y me metí, me metí. Sentí que tenía que adquirir conocimiento. Es que allí nos daban clase a Mitua, que era un catedrático de anatomía de la facultad.
¿La psicología le enseñó que solo se mejora el juego a través del entrenamiento?
Somos capaces de hacer algo porque en el momento en el que lo vamos a hacer estamos seguros de que lo haremos. Si no, no lo haríamos.
¿De qué se siente más orgulloso en la vida?
De la sección de balonmano que creamos con Valero, nadie nos ayudó.
¿Núñez no lo dio todo?
Núñez nos ayudó lo justo. Valero era un altísimo trabajador y un amante de su deporte, como Guardiola. Estoy orgulloso de lo que crearon ambos. Y de mi hija, que estudió Económicas. Estoy muy orgulloso de ellos.
En el prólogo de su libro ADN Barça, Pep Guardiola le da las gracias. Será por algo. ¿Sabe por qué?
Sí, no sé, ahí lo pone. Lo sabrá él, supongo. Yo le estoy agradecido por todo lo que ha conseguido y por lo feliz que me hace cuando le veo feliz.
Usted suele explicar que le conoció cuando era un imberbe, sin un pelo en el cuerpo, y acabaron afeitándose juntos. ¿Cómo fue la transición?
Sí, esa es la verdad. Le conocí siendo un niño, en La Masia. A veces le llevaba a casa para que pasara el fin de semana en Santpedor... si estaba un poco triste trataba de animarle, esas cosas de críos. Y ahora cuando veo como juega el Manchester City me hace feliz que haya conseguido que su equipo juegue como el quiere que jueguen sus equipos.
¿Cómo?
Entendiendo como transmitir la idea que él tenía. Eso es lo mas importante siempre. Y él ha conseguido eso, lo más importante, que su equipo entienda como quiere que juegue su equipo.
Si le da las gracias es por algo. Resulta un tipo agradecido.
Sí, lo es. La verdad es que la gente con la que he tratado en el deporte, casi todos, siempre me han tratado muy bien después. El agradecido soy yo.
¿Y por qué no ha ido nunca a Manchester a ver a Pep?
Porque no he querido ir. Ellos me han invitado 25 veces, la verdad, no será culpa de ellos, de Pep, de Manel, de Loren (Lorenzo Buenaventura). Es que me da pereza.
¿Es usted un poco vago? Después de cien años trabajando.
No, si ya me dicen pero ellos están trabajando y yo qué pinto ahí.
¿Usted cuando ve jugar al City, ve jugar a un equipo de balonmano?
Se parece un poco, sí, tiene algo por esa manera de atacar primero en vertical, pararse a jugar en horizontal y buscar el tiempo y el espacio para atacar otra vez en vertical. Cuando los veo me recuerda a un equipo de balonmano.
¿Y eso a qué le remite?
A cuando Pep era joven y se sentaba en el Palau a ver los entrenamientos del Barça de Valero.
¿Y puede ser que el balonmano se parezca al fútbol?
Sí, puede ser, cuando llegas al área y te encuentras a defensas como las que se encuentra el City de Pep y la gente se coloca en dos líneas, en el balonmano en una línea, para superar eso, no puedes ir a lo bravo, en vertical, porque te estrellas con una pared tienes que ir de lado a lado, buscando el tiempo y el espacio.
¿Y Pep veía los entrenamientos de Valero?
Sí, conmigo todas las tardes. Íbamos a trabajar al gimnasio con los del balonmano. El quería hacer cosas que yo le decía que no, que eso no le servía para nada, que a nivel muscular algunas cosas a él no le servían de nada, que el tenía que hacer su trabajo. A mí me hacía mucha gracia, el quería estar cachas como un jugador de balonmano, le costó entender que su cuerpo tenía que ser otro. Yo le decía, tú juegas con las piernas, no con los brazos, pero era un alfeñique; pero hicimos muchas pesas, era muy aplicado. Luego se quedaba a ver los entrenamientos de Valero y entendió muchas cosas.
¿Ya parecía tan listo?
Era listo y sobre todo era muy aplicado.
¿Aplicado que significa?
Que cuando dices una cosa no tienes que decírsela dos. Basta con que veas su carrera y veas donde ha llegado. Pocos son capaces de llegar donde él ha llegado.
¿Xavi le ha llamado?
Bueno, en su día Xavi tampoco preguntó mucho, casi nada vamos.
¿De jugador no tenía inquietudes de entrenador?
La verdad es que me ha sorprendido que Xavi fuera entrenador, nunca se preguntó los porqués. Pep sí se interesaba. Iniesta se interesaba y Busquets continuamente. Esa fue mi experiencia al respecto, la verdad.
Valverde sostiene que el ADN Barça habla de los buenos jugadores. Su libro se refiere a ese ADN. ¿Existe el ADN Barça?
Eso está en el libro. Yo creo que existe y sé que existe. Y sale de tres palabras: jugar de cara, jugar al pie y jugar al primer toque (cómo mucho dos). Eso lo dijo Cruyff.
Su libro se llama ADN Barça, en mayúsculas. Dicen que el ADN se ha de reinventar para competir en el fútbol actual, ¿se lo cree?
No, solo hay que creer en el ADN Barça y educarlo de base. Si haces lo que hacen los demás, tienes casi las mismas opciones juegas al cara o cruz, pero si haces lo que no hacen los demás tienes otras alternativas juegas con otros elementos. No más deprisa. Hay ejecuciones que necesitan velocidad. Pero se trata de aunar el tiempo y el espacio. El tiempo siempre te gana hay que utilizar el tiempo para ser superior, ¿cómo? A través del pase. Normalmente se defiende el espacio pero si mezclas el espacio con el tiempo, esa es la esencia. Modificar aspectos del pase para que los que están en el entorno de esa acción tengan dificultad de interpretar esa acción. Y eso se educa. El espacio lo vivimos y el tiempo lo sentimos. Iniesta el espacio y Messi y Xavi el tiempo. Andrés nunca chocaba con nadie porque escogía los espacios.
¿Y qué sería del Barça sin ese ADN?
Un equipo normal representando a un país que quiere serlo y no puede. El Barça no debe renunciar a esto. El mundo está lleno de triángulos, no de cuadrados. Si ves como se representa Dios es un triángulo con un ojo en medio que lo ve todo. Porque tiene las tres direcciones del espacio, y ese es el fundamento del ADN Barça. Triangulación, multi direccionalidad para que no se identifique lo que quiero y voy contra el movimiento del contrario. El espacio que dejas nunca lo vuelves a mirar. El problema es llegar a entender que el balón es único protagonista fundamental del juego.

¿Por eso dijo usted que la preparación física no existe?
No existe en tanto en cuanto lo importante es la idea del juego, el jugador debe estar preparado para la manera en la que pretendes jugar es mucho más importante que cualquier otra cosas. Tú te has de preparar para cómo pretendes jugar así que tu entrenamiento, tu trabajo preparatorio está en función con el desarrollo de lo que pretendes hacer durante el juego. No juegas como trabajas, te ejercitas en función de cómo pretendes jugar. Por eso la preparación física no existe, existe el juego en sí mismo. Porque te preparas para jugar.
¿Y eso de que todo está en la mente? Usted me lo dijo una vez, algo de los conquistadores.
Bueno, la voluntad, el sacrificio, el querer es importantísimo. La voluntad en el deportista es innegociable. Lo de los conquistadores es que quisieron llegar a América y llegaron... comiendo ratas.
Hasta qué punto, conociendo a Pep, ¿cree que ha luchado, o es más talento o esfuerzo?
Sí, Pep tiene mucho de eso. Un tipo desgarbado, que nunca dirías que podía jugar como jugaba. Pero lo hizo porque pensaba mucho.
Ahora entiendo porque Foden en el City juega tan bien, ¿por qué piensa antes que los demás?
No sé Foden, pero Guardiola lo entendió.
¿Últimamente está metiendo goles ese Foden?
La de Dios, nunca mejor dicho. Será por algo.
Hablando de Dios, usted conoció a su hijo, a Jordi Cruyff... quien hace un prólogo en su libro.
Lo tuve en el Barça B dos años. Querían pasarlo al primer equipo, la valentía de los holandeses, que corren mucho. Le dije a Johan que aguantara. Aguantó lo justo. No fue fácil ser el hijo de Johan en el Barça.
¿Y la famosa Quinta del Mini? ¿La aguantaron bastante?
Los tuve yo desde los 12 hasta los 18. Había mucho talento allí. De la Peña es de lo mejor que vi. De vacaciones me iba a Santander y el padre quería que lo entrenara. Me lo llevaba a un parque y nos poníamos a jugar al tenis de mesa. Velamazán era capaz de crear cualquier cosa con el balón, pero quería hacerlo todo. Fue una pena perder aquella generación. De la Peña, Toni Velamazán, Juan Carlos Moreno, Quique Álvarez, Óscar y Roger Garcia, Celades ... qué grupo. Los trabajó Quique Costas... Charly y él eran unos cracks, pase mucho tiempo con ellos en el Muntanyà. Y mira como son las cosas. Una tía de Quique estaba casada con un señor salmantino de Ciudad Rodrigo y yo con veinte años tocaba un grupo, en la universidad.
Si en Los Bulbos, me lo contó una vez...
Si en Los Bulbos, tocaba la guitarra. Y un día conocí a una chica que era amiga de una amiga de mi novia, en carnavales. Y voy un día a casa de Quique y se me acerca una chica y me dice: 'Tú no te acuerdas de mí, pero yo estuve en una fiesta de carnaval en Salamanca y tu tocabas la guitarra'. Las casualidades existen y en mi vida he disfrutado mucho gracias a esas casualidades
¿Qué le ha enseñado el deporte?
Que nada es fácil, pero todo es posible.
¿Y de qué está orgulloso?
De aquel equipo de balonmano, mucho. Pero pensar lo que ha conseguido Guardiola me emociona. Le estoy viendo de niño, le he visto ganarlo todo en el Barça y le veo ahora en el City feliz con su mujer y sus hijas y me emociono, que quieres que te diga. Nada es fácil pero si ves a Pep entiendes que todo es posible.