Otro fin de semana de vergüenza: triple racismo en LaLiga, una provincia en huelga arbitral y dos hospitalizados en una pelea

Bienvenidos al fútbol español. Un fútbol que se autoproclama como el mejor del mundo. Y futbolísticamente si no tiene razón, poco le falta. Pero el deporte también es la vida y, al ir de la mano, no podemos rompernos en elogios por tener a Vinicius, Lamine Yamal, Mbappé, Julián Álvarez, los Williams o la Selección como campeona de la Eurocopa, si en las gradas nos dedicamos a impartir vergüenza y odio semana tras semana.

Donde no ha ocurrido nada este fin de semana es en Salamanca. Los árbitros fueron a la huelga después de que un campo de Regional de Aficionados hubiera amenazas de muerte contra los colegiados. Sí, en Regional de Aficionados. También un entrenador de fútbol base de Unionistas trató de propinarle un cabezazo a un árbitro. Fue expulsado del campo y del club, como no podía ser de otra manera. Gran respuesta negándose a pitar este fin de semana, que pronto debería ser secundada a nivel nacional si se producen más incidentes de este calado.

Como adelantó El Chiringuito, la Federación, vistos estos acontecimientos y otros muchos que se repiten semana sí, semana también, ha convocado el próximo 6 de febrero una jornada de conciliación entre clubes y árbitros para "intercambiar opiniones y conocimientos y buscar puntos en común para implementar y potenciar el avance del fútbol español". Esperemos que tenga resultado y se apueste por la paz, dentro del clima de tensión que siempre tiene que tener este deporte.

Esta sección semanal nació con la intención de reflejar los problemas salidos de tono con árbitros, racismo, jugadores, gradas... en las cuatro principales categorías del fútbol español. A lo largo de estos meses, esta sección se ha inundado de protestas excesivas que no han ido a mayores, algo normal y que simplemente se debe recoger para no olvidar que en el deporte debe primar el respeto. A estas alturas, son tantos los bochornos graves que esos pequeños incidentes son casi hasta motivo de alegría.

Viajamos hasta la Preferente de Ceuta para un ejemplo bien claro. El Inter Ceuta-Sporting Ceuta dejó a dos jugadores del equipo local en el Hospital Universitario por contusiones derivadas de una trifulca infame que obligó al árbitro a dar por finalizado el encuentro. Todo comenzó cuando un jugador empujó a un defensor del Sporting y fue respondido con un puñetazo del portero. Y acabó, insistimos, con dos en el hospital. No hay palabras.

Ver para creer, en dos campos del fútbol profesional español hubo gritos racistas este fin de semana. En el Coliseum, la víctima fue Alejandro Balde, que lo comunicó al colegiado al descanso y este aplicó el protocolo. No se repitió. El asunto ha tenido escala mundial e incluso ha sido condenado por Gianni Infantino. Quizás otro de los problemas que tenemos es que solo fue público cuando el blaugrana lo contó. No hubiera estado mal que los que rodeaban al racista le hubieran señalado y hubiera sido expulsado de inmediato. De momento, el asunto está investigándose.

En una fase más avanzada está lo ocurrido en el partido entre Sporting y Elche en El Molinón. Bambo Diaby se lanzó a recriminar enérgicamente a un individuo que se hace llamar aficionado después de que le dijera "mono" y "negro de mierda". El jugador de los ilicitanos insistió a gritos una y otra vez: "Mira cuántos niños hay, mira cuántos niños hay". Afortunadamente, la Policía estaba presente, lo escuchó, el club ya lo ha identificado y tomará medidas una vez concluya la investigación pertinente. Dos casos en el fútbol de élite en un mismo fin de semana. Es innegable que el problema existe y no cesa pese a los intentos de erradicar a estos radicales. Ojalá llegue el día en el que se extinga por completo.

Para cerrar el festival del bochorno, en Mestalla se dirigieron así a Take Kubo: "Abre los ojos, chino" o "chino, que eres chino". Barrenetxea, que estaba junto a él, tuvo que escuchar las siguientes frases: "Etarra, hijo de puta", "vete a poner bombas, hijo de puta", "metete por el culo el palo", "luego a vivir de España, hijo de puta", "etarra", "ahí te pongan a ti una bomba y que te explote la cabeza".

Dados estos capítulos, ahora toca un punto de relajación, aunque no por ello lo expuesto a continuación quede exento de gravedad. Óscar Mingueza se enfrenta a dos partidos de sanción por enfrentarse, valga la redundancia, al clásico Ortiz Arias: "Ha habido cuatro faltas y a mí no me pitas ni una, es increíble. Tú eres un chulo". Por lo demás, reinó la tranquilidad, que, visto lo visto, no es poco.

En Segunda, además del capítulo de El Molinón, en el Castellón-Córdoba se lanzó una botella de agua al campo, sin que impactara con nadie. Llegará el día en el que se prohíban las botellas hasta sin tapón y nos quejaremos. Pero razones habrá más que de sobra.

El fútbol modesto siempre es más motivo de conflicto. Por ejemplo, José Ignacio González Saenz, del Amorebieta, fue expulsado por un "te quedarás a gusto" mientras señalaba al árbitro con el dedo en actitud desafiante. Tampoco tuvo un día tranquilo el filial del Athletic. Mikel Legarreta se fue a vestuarios por gritar al asistente "eres un chulo" y Jokin Arambarri por dar una patada a una botella de agua. Otro que se pasó fue Rodrigo Sanz, jugador de la Gimnástica Segoviana: "Vaya partido llevas, eres malísimo".

En el Alcoyano-Ibiza se lanzó un balón a quemarropa a un futbolista visitante, sin causarle daño, pero sí teniendo que activar el protocolo de objetos. En el Ceuta-Sevilla Atlético se lanzaron dos al campo, pero no intentando golpear a un adversario, sino perdiendo tiempo. La paciencia que tienen los colegiados... A veces por esto o a veces por casos como el del Recreativo-Atlético B, donde se paró tres veces el partido por apagones, incluso en una ocasión deteniéndose ocho minutos. Acabaron con luz que "no era plena, pero sí suficiente para un correcto desarrollo del encuentro".

En Segunda Federación también fluye la magia del perdón. El Escobedo-Laredo fue dirigido por Villanueva Amorrortu, al que se le dirigió un visitante así: "Vaya robo habéis pegado". Posteriormente y más en frío, se disculpó. No consta que lo hiciera Daniel Martínez Monzón, del Barbastro, camino de vestuarios por protestar en exceso y con los brazos en alto. Al menos, no insultó.

Sí sobrepasó los límites un trabajador del Alzira no identificado, que chilló de forma exaltada: "Sois malísimos, hijos de puta". Siempre de alto voltaje el Grupo III, Sergio Escobar, del Badalona Futur fue expulsado por protestar y, lejos de asumirlo, invade el campo, grita "y a ellos qué, y a ellos qué", se encara con el banquillo rival y le acaban sujetando jugadores de su propio club para evitar un mal mayor.

Visto lo visto, casi ni merece la pena comentar cosas como la roja a Francisco Corrales, del Xerez, por protestar en repetidas ocasiones. Si cae en el olvido y apenas tiene sentido comparado con asuntos como el del Balompédica Linense-Almería B. Lanzaron una botella medio llena tras finalizar el partido con el objetivo de golpear al asistente. No lo lograron. En el Orihuela-Deportiva Minera, Francisco Manuel Zapata entró cinco metros al campo y gritó: "No tenéis ni puta idea". Otra más.

La protesta de Corviriano González, del Tenerife B, podría haber sido normal. Dijo "esa qué falta es joder", pero a viva voz y golpeando el banquillo. El Cacereño ganó al Colonia Moscardó y ni aun así quedaron conformes un par de aficionados que escupieron al asistente. Fueron identificados por las fuerzas del orden público.

Pues otra semana más en la oficina, ¿no?

Así se dio la jornada arbitral en las cuatro principales categorías del fútbol español. Desde Relevo, no hemos detectado más episodios de especial gravedad en Tercera Federación o fútbol base, lo que no quiere decir que no existan. En caso de que conozcas alguno, háznoslo saber a través de nuestras redes sociales.