SEVILLA 2 - ALMERÍA 1

El Sevilla sale del descenso con la alarma aún encendida

Ocampos, de penalti, y Lamela propician la primera remontada de la temporada.

Lamela celebra su gol./EFE
Lamela celebra su gol. EFE
Alonso Rivero

Alonso Rivero

Hay equipos que cuando están en la zona de la quema desprenden un perfume barato al margen de lo futbolístico que invita al pesimismo. Todo se ve negro. Y los errores aparecen hasta en las jugadas más inocentes. Eso le está pasando al Sevilla desde la segunda mitad de la temporada pasada. Lesiones poco frecuentes, tanto en entrenamientos como en partidos, múltiples recaídas musculares y hasta una mononucleosis infecciosa en un jugador fundamental como Fernando. Guiones que señalan que el futuro pinta a tragedia. Así fue lo que ocurrió en la primera parte ante el Almería, donde un estadio casi lleno esperaba una fiesta, no un drama infartante. Salir del descenso era la prioridad. Se consiguió. Pero a qué precio. Una felicidad incompleta por ver que el camino para salir del hoyo tiene demasiados baches. No se puede casi ni caminar.

Con una afición otra vez entregada, a los 2 minutos el Almería se puso por delante. En el enésimo fallo de concentración defensiva, Luis Suárez encuentra un agujero para darle un buen pase a Pozo en banda derecha y permitir que Akieme, llegando solo desde atrás, fusilara a Bono. Para colmo el meta marroquí, el único jugador fiable del equipo, tuvo que marcharse en ambulancia tras despejar un centro y chocar con Babic. Otra vez un giro de guion, con la afortunada noticia de que Dmitrovic está bendecido. Ya fue el salvador el jueves en la Europa League. De nuevo el serbio le dio a los suyos la necesaria ayuda para mantenerse de pie en el partido.

Una primera parte de posesión estéril y sin velocidad en la circulación de pelota, que permitió al equipo de Rubi no sufrir en defensa. Sólo la imprudencia de Alejandro Pozo en una internada de Alex Telles y la experiencia del brasileño para buscar el contacto, le otorgó un penalti que transformó Ocampos. En los pocos minutos que Bryan tuvo libertad para adelantar su posición, llegó el segundo y definitivo tanto, obra de Lamela, al rematar un centro medido del de Barbate. Hasta el final, Dimitrovic hizo de Bono, sacando un cabezazo a Luis Suárez evitando anteriormente un mano a mano al delantero colombiano.

Sampaoli y su cuerpo técnico deben hacer una reflexión profunda y evitar caer en los mismos errores de siempre. Sus jugadores no están para sacar la pelota jugando en cada acción, complicándose la vida y dándosela al rival. Los tres centrales, al menos en casa, se cortocircuitan dejando sin físico al centro del campo y Bryan Gil sufre de carrilero. Son vicios adquiridos que no dan solución a un equipo bajo en lo moral, que sigue con la alarma de peligro encendida y al que se le aprecia cierto cansancio las semanas que compite en Europa. El problema es más de cabeza, aunque hay jugadores que no pueden tampoco con las piernas. Muchas molestias. Y para llegar al parón queda aún una semana con dos partidos trascendentales.

El Sevilla consigue la primera remontada de la temporada, otro dato que deja claro el mal momento del equipo andaluz esta temporada, en un momento vital de la misma. La semana era muy importante y el futuro del cuerpo técnico sigue estando en juego. No disipa casi ninguna de las dudas surgidas en las derrotas ante Osasuna y Atlético. Al menos gana una vida extra para tratar de recuperar a un equipo que sigue sin tener un plan para elevar el número de victorias. Nervión reventó con el pitido final del colegiado. El tanto de Lamela prolonga la estancia de Sampaoli en el Sánchez-Pizjuán.

Badé está de vuelta

Badé volvió a jugar después de estar de baja 21 días. Una lesión de la unión miotendinosa, a nivel proximal, del bíceps femoral de su pierna izquierda, le ha privado al Sevilla de contar con un futbolista que eleva notablemente el nivel defensivo. Se ha perdido 5 partidos en los que los andaluces han demostrado nuevamente una fragilidad defensiva preocupante. Ante el Almería, fue el mejor de su equipo junto a Marko Dimitrovic. Rápido al corte, bien con el balón, fue decisivo sacando una pelota rematada por Centelles que ya había superado al guardameta serbio. Con Badé, los sevillanos se sienten más seguros.