ENTREVISTA

El calvario de Sisi: "Pasé gran parte de mi carrera lesionado, tuve siete operaciones de rodilla"

El centrocampista brilló en el Valladolid y estuvo seis temporadas en Primera División. En 2021, con 34 años, tuvo que retirarse por culpa de las lesiones.

Sisi jugó cinco temporadas en el Real Valladolid./El Norte de Castilla
Sisi jugó cinco temporadas en el Real Valladolid. El Norte de Castilla
Álvaro de Grado

Álvaro de Grado

El cuerpo le fue dando señales. Cada vez era más evidente. "Yo no quería dejar el fútbol, quería seguir. Es que tenía muchas ganas de jugar", cuenta con una sonrisa irónica, nostálgica, por el capítulo que estaba a punto de cerrar. "Me he pasado gran parte de mi carrera lesionado", afirma Sisinio González (Albacete, 1986), al que seguramente recordarás como Sisi, un pequeño mediapunta que brilló con la camiseta del Valladolid. "Llegó un momento en el que el cuerpo me decía que parase. Lo tuve que aceptar. He tenido siete operaciones entre las dos rodillas", cuenta. Y eso, por ejemplo, sin contar otras operaciones en el peroné o en el tendón isquiotibial.

Sisi ahora se mueve de forma diferente. Los gestos, las zancadas, los giros de rodilla. Se retiró con 34 años, pero llevaba varios yendo a contracorriente y fuera del foco. Tras salir de Osasuna, estuvo en el extranjero y finalizó su carrera en el fútbol japonés. "Tengo dolor crónico, esto no se me quita. Cuando tienes 25 años no lo notas tanto, pero para la vida te influye. A mí me encantaría salir a correr todos los días... pero no puedo", explica a Relevo desde Albacete, su lugar de residencia actual mientras se saca los títulos de entrenador para dar el salto a los banquillos.

Con sólo 1'65m de altura, "aunque mucho más fuerte de lo que muchos se pensaban", Sisi fue un habitual protagonista en los resúmenes de LaLiga entre 2006 y 2012. Un futbolista dinámico, ágil, con un punto de magia para llamar la atención: al lado de Mendilibar, uno de sus mejores amigos, o junto a Djukic, con quien entendió mejor el fútbol. Defendió a la Selección española hasta la categoría Sub-21.

"Tengo dolor crónico, esto no se me quita. Me encantaría correr todos los días... pero no puedo"

Sisi Exfutbolista profesional

Al final, golpeado por las lesiones, tomó la decisión de irse de España: "Me decía: yo no quiero que me vean a este nivel y yo tampoco quiero verme así".

La decisión la tomó después de su último año de contrato en Osasuna. Había firmado tres temporadas, pero sólo jugó una de ellas, la tercera, después de dos lesiones consecutivas en la rodilla. "Oye, Sisi, has corrido 11,3km y no sé cuántos a alta intensidad, no puedes estar mal. Y yo contestaba: 'Ya, pero yo sé cómo voy, y no voy bien'. Me hacía resonancias y salían bien. Fui a Cugat y le dije: 'ábreme'". Me abrió la rodilla, que ya la tenía operada cuatro veces. Cuando te operan el menisco, hay una pieza que a veces se te queda ahí, un flap [fragmentos de menisco roto que causan dolor y bloqueo]. Como yo tenía una sutura delante, en la resonancia no se veía".

Los mejores años en Valladolid

Antes de comenzar la charla con Sisi, realicé una encuesta entre mis compañeros de oficina para enfocar bien el tiro: "¿Con qué camiseta recordáis a Sisi?", pregunté. La respuesta fue unánime: "Real Valladolid". También lo cree así él mismo: "Los cinco años que estuve fueron todos buenos. Jugué mucho, batimos un récord de estar 29 partidos sin perder en Segunda, nos mantuvimos en Primera...".

Y coincidió con José Luis Mendilibar como entrenador, pero allí descubrió un amigo: "Lo adoro y lo idolatro. Siempre simplifica mucho el mundo del fútbol. Cuando tenía 21 años, en esa época, me sentía muy superior a los rivales", rememora Sisi, que logró el ascenso a Primera División con el conjunto vallisoletano.

Entre las anécdotas, muy variadas, las tres veces que lo cambió antes del descanso, como el propio entrenador vasco desveló hace meses en un artículo en Relevo: "Mendilibar no era paciente, necesitaba hacer cambios. A mí me cambió tres veces en la primera parte, a mí me daba vergüenza, y encima casi siempre remontábamos. En Zaragoza me cambió perdiendo 2-1 y ganamos 2-3. Contra el Vecindario, íbamos 1-0 y ganamos 1-3. Y después, contra el Atlético, ahí sí que perdimos", se ríe. "Si en el minuto 25 hace dos cambios, como es evidente, el jugador se quiere cagar en todo lo cercano a Mendilibar. Pero también hay que ser autocríticos: ¿Por qué me ha cambiado? ¿Estaba jugando bien? ¿Podía hacerlo mejor?".

"Mendilibar me cambió tres veces en la primera parte, a mí me daba vergüenza"

Sisi Exfutbolista

Sisi se fue cedido al Recreativo de Huelva una temporada. Pasó de ser entrenado por Mendilibar a hacerlo por Lucas Alcaraz. Dos planteamientos muy distintos: "Con Mendi era apretar y dejar el espacio atrás y con Alcaraz era un bloque bajo y si empatamos es un milagro... y si ganamos, hacemos la mayor fiesta del mundo porque somos el Recre. Camuñas, Javi Guerrero, Arzo, Jesús Vázquez, Colunga... Era un gran equipo. Podría haber aprendido mucho más de Alcaraz, tengo mal recuerdo de esa temporada por la manera en que yo decidí vivirla", explica.

Tras volver al Valladolid, su experiencia con Djukic le hizo madurar futbolísticamente. Y así lo recuerda con otro ascenso: "Cuando Djukic estuvo en el banquillo y también ascendimos a Primera, noté que sintonizaba más con el juego. Disfrutaba más porque tocaba más la pelota: la tenía menos veces, pero la tocaba más y el rival corría detrás de nosotros. Ahí es cuando aprendí que a partir del pase y de la posición podíamos ser mucho mejores que los demás... y que yo destacaba. Cuanto más tocas la pelota, más confianza coges. Aunque había rivales muy superiores en esas temporadas: "El Barcelona de Guardiola era intratable, no lo voy a descubrir yo. No daban opción a tener el balón. Contra ellos sabías que eran 90 minutos de sufrimiento. Al Real Madrid parecía que lo dominabas, pero luego te machacaban".

Víctor y Sisi celebran un ascenso del Valladolid. El Norte de Castilla
Víctor y Sisi celebran un ascenso del Valladolid. El Norte de Castilla

Alguna oferta, Osasuna y más lesiones

A su etapa en el Valladolid le siguieron tres temporadas en Osasuna. "La gente de allí me tiene cariño y no sé por qué. Bueno, es que los navarros son increíbles: a poco que le des, te dan mucho. Me rompí la rodilla dos veces consecutivas y no pude jugar y luego, en el tercer año, jugué cojo 40 partidos", explica Sisi.

Por el camino, y antes, intereses de otros equipos que nunca se materializaron. "Cuando estaba en Primera me salieron equipos como Getafe, Mallorca, Betis... Eran similares a mi nivel. Pero nunca tuve la oportunidad de un Valencia, Villarreal o Sevilla. Sin tanta lesión, igual ése hubiera sido mi techo", recuerda sobre esos años.

"Me rompí la rodilla dos veces consecutivas y en el tercer año jugué cojo 40 partidos"

Sisi Exfutbolista

A partir de ahí comenzó una aventura por el mundo que empezó en Corea del Sur con el Suwon ("no es un país futbolístico"), siguió en el Lech Poznan polaco ("me maravilló jugar en uno de los dos grandes del país"), continuó en el Veria griego para demostrar que todavía podía seguir en activo y finalizó en Japón, que fue una sorpresa positiva: "No sabía que Japón tenía ese fútbol, ese colorido, esos estadios".

Sisi firmó tres temporadas con Osasuna en 2012. EFE
Sisi firmó tres temporadas con Osasuna en 2012. EFE

La aventura japonesa

"Los japoneses son muy reflexivos, piensan mucho en el de al lado. En una cultura donde constantemente tienes que pensar qué estás haciendo: lenguaje corporal, cómo te expresas, qué grado de respeto, si le molesto con la música, si este gesto le irrita, si vas al baño cómo dejas las chanclas colocadas... Tienen tanto autocontrol de sus sentimientos y sus emociones que no las dejan salir", cuenta.

Gifu, Tokushima Vortis y Ehime, tres clubes en algo más de tres años. Pero quería probar la experiencia... y aprender el idioma: "El extranjero que llega a Japón llega con traductor. Si no aprendes el idioma, él te soluciona los problemas. Pero yo ni siquiera hablaba inglés, así que lo aprendí sin tener ninguna vergüenza. En Japón tienes que medir tus palabras y tus actos una barbaridad. Hasta que no lo ves, aunque te lo expliquen, no lo vas a entender. Los entrenadores japoneses pueden ser muy militares, pero no gritan. Palillos, no ensuciar, dejar salir en el autobús, lenguaje corporal en una conversación... Si brindas con alguien, dependiendo de la edad o de la jerarquía, tienes que brindar por debajo o a la misma altura", recuerda.

Sisi acabó su etapa en Japón siendo asistente de Beñat Labaien, pero volvió a España con el objetivo de formarse para ser primer entrenador. "En el fútbol, en general, amigos se tienen pocos. Mi gran amigo es David Silva. Empezamos juntos con 14 años. También Jorge Alonso (Salamanca, Valladolid o Hércules), Óscar (Valladolid, Zaragoza) y aquí hasta te metería a Mendilibar", finaliza Sisi sobre el entrenador que le hizo brillar y que, también, le quitó tres veces en el primer tiempo.