OPINIÓN

Tengo motivos para sospechar de partes médicos como el de Vinicius

Vinicius sale dolorido en el partido ante el Villarreal. /REUTERS
Vinicius sale dolorido en el partido ante el Villarreal. REUTERS

Siempre que leo un parte médico siento cerca el engaño. Bien porque me niego a aceptar que es verdad, como en el caso de la triple rotura en la rodilla de Dani Carvajal, bien porque creo que no me cuentan la historia completa. Mis sospechas habituales, con el mundo en general y con este tipo de comunicados en particular, se han ido reforzando con el paso del tiempo. Por la experiencia (la edad) y los testimonios. Recuerdo cómo el director del UEFA Elite Club Injury Study, el sueco Jan Ekstrand, desveló en una entrevista con El Confidencial lo siguiente: "Somos los únicos que tenemos los datos sobre lesiones. A veces, lo que los clubes reportan a los medios de comunicación no refleja la situación real". Y puso como ejemplo la depresión. Hace años, cuando a la enfermedad la teñían del color del tabú, se encubría con otra patología. "A menudo, los clubes suelen decir que es un problema de espalda o algo así", aclaró. Santi Cañizares, un tipo que no enmascara las cosas, declaró en otro momento: "La experiencia me dice: servicio médico de un equipo de fútbol, ¿te puedes creer lo que digan? No. Ya está. Y algunas veces dicen la verdad, sí...".

Si mi recelo congénito se ve alimentado con este tipo de dudas, entenderán que no me hayan sorprendido algunas bajas de última hora. Como la de Vinicius, por ejemplo, quien el lunes, a pesar de no ser mostrado en los medios oficiales del club, ya se entrenó. Antes del parón internacional de septiembre, alguien que convive cerca del vestuario del Real Madrid llegó a decir: "Que no te extrañe que se lesionen varios...". Casualidad o no, Militao fue desconvocado por Brasil después de sufrir "una lesión muscular por sobrecarga en el recto anterior de su pierna derecha", Mendy fue liberado por problemas en la tibia, al igual que Tchouameni, con molestias en el pie. Sólo Aurelien fue baja en el partido inmediato de Liga, ante la Real.

En esta ventana FIFA de octubre los comunicados médicos fueron cayendo como fichas de dominó. Vinicius "sufre una lesión cervical", Militao padece "una lesión en el cuádriceps", Lunin no fue con Ucrania por un "proceso vírico"... Los males no son propiedad única del Real Madrid. Los problemas físicos han condicionado varias convocatorias de selecciones: Nico Williams, Upamecano, Havertz, Bryan Gil, Onana... Luego hay casos particulares. Como el de Vlahovic, que no fue con Serbia aduciendo problemas familiares, o el de Mbappé, exonerado en Francia tras un pacto con Deschamps que ha armado un sonoro revuelo en el país. Fue el seleccionador galo quien reflejó perfectamente la tensa situación en la que se encuentra el triángulo jugadores-equipos-selecciones: "Los intereses de los clubes y los intereses de las selecciones nacionales necesariamente divergen, tampoco debemos olvidar que el empleador es el club y que no es la federación la empleadora del jugador".

Esa es la madre del cordero. Yo no dudo de que los futbolistas en cuestión arrastren algún dolor, pero sí de que esas molestias les impidieran acudir con la selección a partidos verdaderamente trascendentes. Es decir, que antes de verse enfermos por el Virus FIFA, los clubes miran por sus intereses y la fatiga de sus trabajadores. Y es normal. Porque son los que pagan los sueldos y, frecuentemente, acaban pagando el pato de un calendario congestionado por las ocurrencias de FIFA y UEFA. Aunque, en este sentido, en las quejas influye a veces el estado de ánimo. Por eso, en el Madrid rezan por que Modric se dé un respiro nacional mientras que en el baby Barça aplauden cada convocatoria.

Lo que es evidente es que el fútbol de clubes y el de selecciones deben convivir porque ambos son foco de atracción para el espectador. Aunque haya quien pondere el primero y menosprecie el segundo ("Ahora tenemos dos semanas sin fútbol", se llega a escuchar en los parones), éste no es anodino, como se apreció en la última Eurocopa que devolvió el brillo a España. Lo que debe existir es mesura a la hora de organizar calendarios e inventar competiciones. Las federaciones tienen la sartén por el mango y utilizan a los jugadores no sólo cuando los necesitan, sino siempre. Y a menudo son los clubes, pagadores, los que deben costear la factura.

Algo hay que hacer para salvaguardar la salud del futbolista y del fútbol porque tanto sobreesfuerzo acaba desfigurando el juego y aumentando en grado preocupante el número de lesiones. Rodri amenazó con la huelga (luego se rompió el cruzado) y su discurso obtuvo el respaldo general de su gremio. Ancelotti también compartió la preocupación. Nada cambiará esta temporada, afirmó, pero expuso: "Es importante reflexionar sobre esto y que piensen que los jugadores se están cansando. El calendario de este año no va a modificarse pero los jugadores están pensando en cambiar el futuro del fútbol". Y mientras ese cambio llega, se multiplican los partes médicos por "molestias", que también es sinónimo de fastidio.