Soumaré, el diésel por el que apostó Orta y que ya justifica Diego Alonso

A la décima jornada de LaLiga y un cambio de entrenador debió esperar Boubakary Soumaré para estrenarse como titular en el Sevilla. El franco-senegalés fue una de las apuestas principales de Diego Alonso para medirse al Real Madrid y le salió cara. Aplaudido por la grada, que tenía ganas de examinarlo tras ese periodo de adaptación que le recetó José Luis Mendilibar, Soumaré exhibió potencia física pero también buen manejo de la pelota.

"Fue de menos a más y acabó haciendo un gran partido", dijo el preparador charrúa para evaluar el rendimiento del centrocampista, que actuó como pivote y dejando a Fernando en el banquillo. Con ese motor diésel que exhibió ante el conjunto madridista y que le permitió finalizar el encuentro casi con la misma energía con la que lo empezó, algo que agradeció la medular sevillista.

La llegada de Soumaré fue una apuesta personal de Víctor Orta, que lo conocía desde sus tiempos en la Ligue 1. Aunque la pasada campaña no fue la mejor del centrocampista, que acabó descendiendo a la Championship, el director deportivo tenía bien apuntado su nombre en la agenda. Como Sow o Lukebakio -también algún otro que no acabó viniendo- el fichaje de Soumaré era una prioridad para darle físico al mediocampo del Sevilla, uno de esos puntos débiles detectados por los técnicos.

Pese a esa preferencia de Orta, el fichaje se acabó cocinando en los últimos días del mercado, lo que también ha influido en ese proceso de adaptación a un nuevo entorno como el sevillista. Soumaré, que realizó un esfuerzo económico rebajándose la ficha en un gran porcentaje para jugar en un equipo de Champions, también se vio envuelto en las polémicas de Mendilibar. "Soumaré no me entiende", dijo en su momento el de Zaldibar para justificar las suplencias del franco-senegalés. Aquello se entendió como una barrera idiomática -el futbolista asiste a clases semanales de español- cuando, según la percepción del entrenador, el problema radicaba en esa aclimatación al juego colectivo.

Con casi dos semanas de trabajo, Diego Alonso sí apostó desde el inicio por Soumaré, que formó en la medular junto a Sow y Rakitic. Tras unos dubitativos minutos iniciales, el franco-senegalés se fue haciendo fuerte en el partido y no sólo por su calidad física sino también por sus conducciones. "Con el paso del tiempo, empezó a asumir su rol. Acabó haciendo un gran partido. Hacía mucho tiempo que no jugaba como titular y ayudó mucho al equipo", reconoció Diego Alonso, que ya empezó a justificar esa apuesta de Orta el pasado verano.