Tchouameni es el protagonista inesperado del resurgir del Real Madrid y justifica la paciencia de Carlo Ancelotti: "Brillante"
El francés, sin hacer ruido, encadena varias actuaciones de nivel y disipa parte de las dudas. El vestuario y 'Carletto' le respaldan.
![Tchouameni, antes del partido en el Etihad. /REUTERS](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202502/11/media/cortadas/tchouamenicity-RzGJQCJJcHLlanZYkU76EDJ-1200x648@Relevo.jpg)
"Quiero decir una cosa… Tchouameni y Asencio han estado brillantes". Jude Bellingham pidió una pausa en su intervención en la BBC para poner en valor el partido de la improvisada pareja de centrales del Real Madrid, hábiles a la hora de frenar a Haaland y que apenas sufrieron con el noruego. Si Raúl se las tuvo tiesas con Erling, con el que protagonizó agarrones y algún pique, Aurélien no necesitó de alboroto para destacar: tres despejes, un 100% de duelos ganados y dos intercepciones clave para colaborar de forma decisiva en la victoria (2-3).
Además de Bellingham, Carlo Ancelotti también se pronunció en favor del francés… con una pequeña pulla a medios y opinión pública. "No es que los cuatro de la línea de atrás no hubiesen jugado nunca juntos, es que nunca se habían entrenado juntos. Y han hecho un encuentro brutal. El muy criticado Tchouameni ha jugado un partido espectacular", aportó el entrenador, que siempre ha confiado en el '14' y ahora ve recompensada su paciencia. El francés copó los dardos tras la derrota en Cornellà y desde entonces encadena tres actuaciones de alto nivel.
En Leganés, primero, completó un encuentro notable como mediocentro. "Le he visto feliz, pero le he dicho que no lo esté por mucho tiempo", comentó el míster. Sabía que, por las bajas de Rüdiger y Alaba, debería tirar de él en el eje de la zaga en el derbi y en Mánchester. Y en la primera prueba ya cumplió con nota: tuvo a raya a Griezmann y Julián Álvarez y no cometió apenas fallos. Sólo el penalti, cuando menos dudoso, empañó su mejor choque del curso hasta la cita de ayer en el Etihad.
Cuando el City exigió en busca de la velocidad de Haaland y Savinho, Tchouameni no erró al corte. Cuando los mancunianos apretaron en la salida, el galo siempre aportó una solución. Y, cuando hubo que mandar con balón, ni se complicó ni se angustió para encontrar vías de pase que diesen opciones de progresar. Los elogios del míster a la defensa fueron repartidos ("Valverde ha estado muy bien, Mendy también, Raúl sigue sorprendiendo por la madurez que tiene…"), pero Aurélien, tantas veces asediado, sale como el mayor vencedor por su revindicación. De Fede o Asencio ya no dudaba nadie y Ferland tiene dos Champions y tres Ligas…
Qué partido de Asencio, un central al que en la cantera jamás se le auguró el techo que ahora parece tener. Rápido al corte, concentrado los 90 minutos, seguro con balón y una máquina de ganar duelos. Capital hoy. Y Tchouameni lleva dos partidos a muy buen nivel también.
— June Lavín (@junelavin6) February 11, 2025
A pesar del bajo rendimiento del ex del Mónaco en muchas fases de la temporada, Ancelotti nunca pensó seriamente en bajarle del once. En cuanto se lesionó Militao, y se quedó solo con Rüdiger y Vallejo, el míster ya habló con Tchouameni: quería que fuese su central hasta el final de la campaña. El mediocentro nunca recibe con agrado que el técnico le descabalgue de su posición ideal, pero aceptó el recado. Luego su rendimiento no convenció. El Bernabéu le pitó con fuerza contra el Milan, salió señalado del 2-5 de la Supercopa contra el Barcelona y vivió su día más complicado hace menos de un mes: en la goleada al Celta para pasar a cuartos de Copa.
Ese día, a la vuelta de Arabia, Chamartín la tomó con él. Le silbó en las alineaciones y regó sus oídos cada vez que tocó la pelota, hasta el punto de que, en el inicio del duelo, sus compañeros evitaron pasarle el balón para sortear que el Bernabéu 'hundiese' a un hombre querido en el vestuario y convertido en el gran apoyo de su amigo Mbappé. Aurélien demostró personalidad, se rehízo, fue de menos a más y desde entonces, con el borrón de la visita al Espanyol, ha convencido a los escépticos.
Para su fortuna y la del cuerpo técnico, Tchouameni regateó la amarilla y podrá jugar la vuelta. Una tarjeta, como a Bellingham, Camavinga, Modric y Endrick, le hubiese apartado del partido del próximo miércoles y obligado a forzar a Rüdiger. Ahora, Ancelotti sabe que puede contar con Aurélien y Asencio en noches grandes y que en el francés, un pivote de 80 millones, hay hoy una madera de central que hace apenas tres semanas no se atinaba. Otro triunfo del entrenador.