FC BARCELONA

Teléfono encendido 24 horas y un confesionario al que acudir: así es la vida del médico, la "pieza más importante en un vestuario"

La figura del doctor se encuentra a medio camino entre el técnico y el futbolista. Está disponible las 24 horas del día.

Carles Miñarro, a la derecha de Marc Bernal, le ayuda a abandonar Vallecas./AFP
Carles Miñarro, a la derecha de Marc Bernal, le ayuda a abandonar Vallecas. AFP
Jordi Cardero
Alberto Martínez

Jordi Cardero y Alberto Martínez

Solo hay que ver cómo se volcaron los futbolistas del Barcelona para entender la magnitud que tenía Carles Miñarro en el vestuario blaugrana. Los médicos, en un equipo de fútbol, no son solamente eso. Se convierten en una persona de confianza para el futbolista, en prácticamente un hombro al que acuden a arrimarse y confesarse. Están las 24 horas del día disponibles para ellos. Y también para sus familiares. Son el epicentro de un vestuario, aunque no metan goles ni elijan la formación del equipo.

"Los médicos somos médicos las 24 horas del día, los 365 días al año. Es algo totalmente vocacional. Un médico del deporte que forma parte de un club profesional trata con jugadores que lógicamente requieren de una atención más constante", explica Ramon Cugat. La clave de la buena integración de un médico en un vestuario, como en toda relación, es generar un vínculo de confianza. Miñarro lo logró primero en el fútbol sala y después en el fútbol once. Y allá donde fue: pueden dar fe los Olmo.

"En un vestuario todo gira en torno al médico. Normalmente, tienes más relación con él que con el entrenador. Es la pieza más importante junto a la de los fisios", explican desde un cuerpo técnico de un equipo profesional. "La del doctor es una figura cada vez más relevante. Antes no venían diariamente, ahora no tiene que ver con el cuerpo técnico pero son clave. Que haya una buena relación es fundamental", explica José Luis Oltra, actual entrenador de Eldense, con cerca de 500 partidos disputados entre Primera y Segunda División a sus espaldas.

Misael Rivas fue médico en el Espanyol y después en Arabia Saudí. Su experiencia corrobora lo que comentaba Oltra y Cugat: "La figura del médico es una pieza clave dentro del equipo, para mí su importancia está a la par, tal vez mayor, que la del entrenador. Me explico, somos los gestores de la salud, y la salud es indispensable para el máximo rendimiento, así que la influencia del médico es enorme en el desempeño diario del jugador. Intentamos ayudarlos en todo lo que necesiten, cuando ellos toman confianza te consultan aspectos de sus familiares (esposas, hijos, padres, etc); muchas veces solo los orientas o diriges al lugar indicado".

Principalmente, la confianza llega con la paternidad y con el cuidado de los hijos: "Especialmente preguntan dudas sobre eso". Lo que hace pasar la barrera del vestuario: "Pero con algunos se llega a crear un vínculo muy cercano, te cuentan confidencias, te dan opiniones, te platican cosas personales".

La capacidad de 'negociar' con el doctor

"Tiene que haber un sentir común. A los entrenadores no nos gusta que los médicos nos hablen de fútbol de la misma manera que a ellos no les gusta que hablemos de tiempos de recuperación o de tipo de lesión, por lo que nos dice la experiencia. Un cruzado no es lo mismo en un jugador que en otro, o en una posición que en otra", continúa Oltra. "Hay veces que también hemos utilizado al médico. Le decimos que alargue un poquito el tiempo de baja porque igual no te interesa que vuelva ya por la gestión del vestuario. O incluso pides arriesgar y tenerlo lo antes posible porque estás en un momento delicado. Si hay buena conexión, es más fácil", reconoce el entrenador.

Sucede lo mismo al otro lado. "El médico también hace la vista cuando un jugador igual no está al 100%, pero le dice al entrenador que está listo para jugar", cuentan desde un cuerpo técnico, donde recalcan que cada médico conoce a fondo las aptitudes físicas de los futbolistas. "Es un servicio muy agradecido y al pasar tanto tiempo con futbolistas empatizas mucho con ellos. Se crea una relación muy bonita y constructiva. Al final los jugadores agradecen tener la figura de un médico en el equipo. Proporciona seguridad y alguien con quien poder hablar y confiar", comenta el doctor Cugat.

Y el mejor ejemplo es cuando Miñarro mandó al banquillo a Gavi por un fuerte golpe en la cabeza. "Para que alguien con el carácter de Gavi, tan temperamental, te haga caso al momento...", reflexiona alguien que conoce bien al andaluz. "Algunos de mis mejores amigos han sido futbolistas a quienes he ayudado durante su carrera. Yo jugué en las categorías inferiores del Barça antes de empezar medicina", cuenta el Cugat.

Llamadas a medianoche y ayudas a las familias

Los doctores se sitúan al medio de la ecuación. "También son el confidente del entrenador, está presente en todos los saraos", detallan desde un staff. "Esto puede implicar recibir llamadas de madrugada y estar disponible en cualquier momento que se te pueda requerir", explica Cugat. "Lo puedes llamar a medianoche y te responde. Te aconseja, te asiste o te dice qué hacer o a quién tienes que visitar", cuenta un entrenador con experiencia en varios banquillos.

El médico es el primer al que se llama cuando surge algún problema. No solo del futbolista o de miembros del cuerpo técnico, también de su entorno. "Si hay algo que preocupa, ahí está él para solucionarlo. Porque al final es algo que puede afectar al rendimiento del equipo. Un nervio en la muela de la madre, fiebre alta en hijos… todo esto puede provocar que no estés bien", explica el entrenador, que ha vivido estos casos en diferentes continentes.

"Solucionan muchas papeletas a nivel familiar. Un jugador quiere estar bien atendido y los clubes quieren quitarles todas las excusas. Que no tenga ningún problema. Esto conlleva atención para mujeres, hijos… o búsquedas de especialistas con la mayor brevedad posible. Los médicos cada vez más no solo atienden al futbolista, sino también a las familias", cierra Oltra. Con Miñarro se despide mucho más que un doctor.