ENTREVISTA

Dani Toribio y su paso por La Masia: "Algunos te hacían la vida imposible... hasta que dije se acabó y ardió Troya"

El actual jugador del Santa Coloma de Andorra repasa su carrera en Relevo, especialmente sus "duros" y anecdóticos inicios en el Barça y el Málaga.

Dani Toribio, jugando con el FC Santa Coloma de Andorra. /FC Santa Coloma
Dani Toribio, jugando con el FC Santa Coloma de Andorra. FC Santa Coloma
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Dani Toribio da sus últimos coletazos a sus 35 años en el FC Santa Coloma de Andorra como Sergio Busquets lo hace en el Inter Miami junto a Leo Messi. Los tres tienen muchas cosas en común: crecieron en La Masia y compartieron formación hasta que el argentino explotó y dejó a ambos mediocentros como competidores en el filial que dirigía Pep Guardiola (2007-08). Toribio, criado en una Girona "donde ningún joven quería formarse", pudo ser del Espanyol pero "el fútbol es así", por lo que el Barça no perdió la oportunidad de hacerse con él. Una carrera que luego prosiguió en Málaga y que da para mucho.

Vives en Andorra, donde juegas, pero eres de Girona y creciste allí. ¿Los niños querían jugar en el Girona 25 años antes?

De lo que es a lo que era hay un 0,5% de parecido. Nunca me hubiera imaginado todo lo que están consiguiendo. Al Girona no iban los jugadores, no tenían divisiones importantes, ningún niño quería jugar allí. No se nombraba en mi época. Te ibas al Vilobí, por ejemplo.

Creciste en la comarca hasta irte al Barça. ¿Tuviste una infancia cómoda?

Mi padre era una persona que me ayudaba, que me dejaba hacer lo que quisiera, que me decía que disfrutara del camino que yo eligiera… Ahora ves determinadas situaciones de padres que son para hacérselo mirar. Mi padre nunca me corrigió, siempre me animó, nunca me dijo un 'no.' Todo empezó porque mi padre me motivó a jugar al fútbol. Yo lo probaba a todas horas en el barrio. Empecé en el Salt y siempre me subían de categoría. Aunque a mi padre no le gustaba demasiado, él prefería que se respetaran las edades.

¿Y cómo surgió lo del Barça?

Fui al Espanyol a probar junto a otro compañero. Jugué el torneo de Brunete y me fue muy bien, a mi compañero no tanto. Me reúno con Óscar Perarnau, a quien le tengo un gran cariño, y me dice que me quiere pero que decidirá el entrenador. Pero en el último momento se decantan por el otro. No entendía nada hasta que descubrí la mentira del fútbol. Yo había jugado ocho partidos y él, uno.

¿Qué mentira?

El padre de ese jugador le hizo un regalo importante al entrenador, y por eso lo fichó. Lo que es la vida, ese chico dejó el fútbol dos años después y yo seguí mi carrera en el Barça. Fue un momento complicado, pero tienes que convivir con ello.

¿Sabe qué le regaló?

Sí, todo esto se acaba sabiendo. El entrenador era además de Girona y solo duró una temporada. Pero se llevó un buen Rolex. Aprendí mucho de ese golpe. Mis padres no podían ni querían hacer esas cosas.

Pero entonces le llega el Barça...

No decaigo, decido seguir en Vilobí, pero a los días el Barça nos explica el proyecto, vino Amor a mi casa y me convocaron para el Campeonato de España… Mi padre me dijo que era una buena oportunidad, pero que yo decidiera. Me hago un esguince nada más llegar, y el Barça me dijo que no pasaba nada, que me recuperara y que fuera al campeonato. Tenía el tobillo como una pelota y quedamos campeones de España. Hubo mucho esfuerzo, taxis de Girona a Barcelona… Pero lo conseguí, aunque los inicios fueron duros. Hay mucho cabrón. Estaba justo una categoría por debajo del mágico Barça, el de Piqué, Cesc, Messi... Algunos compañeros te hacían la vida imposible, tienes que remar contra viento y marea.

¿Por ejemplo?

Las novatadas. Te tiraban las bolsas de basura en la cama. Hasta que dije se acabó el show y ardió Troya. O te rebelas o te comen, y más en el Barça donde pasan millones de jugadores. Se lio, pero fue un punto final. La gente que era polémica no se dedica al fútbol, siempre dura poco.

En el césped todo era distinto. ¿Qué recuerdas de Messi, Cesc, Piqué...?

Los jueves subía con ellos a entrenarme y el aprendizaje era increíble, ese fútbol no lo conocía, no existía. Con el movimiento de la cintura ya giraban… Luego en el Barça B con Guardiola aprendí muchísimo. Había tocado poco banquillo, pero Guardiola apostó por Busquets… Nos iba combinando. No entendía porque tenía que estar en el banquillo yo. Un día Guardiola me cogió y me preguntó que qué me pasaba. Le dije que quería jugar y me replicó que 'los suplentes me ganaréis el campeonato'. Y, evidentemente, Busi y yo acabamos juntos y él me dio el pase de gol hacia el playoff. Parece anecdótico, pero fue la hostia.

Te enfadas porque jugaba Busquets en tu lugar...

Con el tiempo lo veo increíble. Era un jugador enorme, pero me costaba mucho entender por qué jugaba y yo no. Él ha llegado, a mí me ha ido muy bien, pero siempre te queda esa espina de decir que estaba con él. Pero a veces aprovechar esa oportunidad es clave para volar.

"Guardiola apostó por Busquets... No entendía porque yo tenía que estar en el banquillo"

Dani Toribio Jugador del FC Santa Coloma

La temporada de la que habla Toribio es la 2007-08, la primera del Guardiola entrenador en el Barça, la única en el filial. Aquel equipo estaba formado por jugadores que después vivieron largos años en Primera División como Oier Olazabal, Alberto Botía, Marc Valiente, Víctor Sánchez, Xavi Torres, Abraham González, Jeffren, Iago Falqué, Pedrito o Víctor Vázquez. También Toribio, que jugó ocho partidos de titular pero fue clave en el tramo final, y un Busquets que se consolidó como mediocentro.

¿Viviste el cambio de posición de Busquets de delantero a mediocentro?

Estamos en el Juvenil y veíamos a Busquets de delantero, pero no pensábamos que sería su mejor posición. Guardiola lo puso de seis y vimos que ahí era increíble. Jugaba a un toque… Nació para esa posición. Le decíamos, ¿quién te puso de delantero? Nunca más cambió su posición.

¿Y cómo Guardiola cambió tu manera de pensar o de jugar?

Marca mucho mi carrera porque me guía hacia un camino que no conocía, que era el respeto al compañero. También, yo era un jugador muy físico e iba a todos los sitios del campo, pero él me marcó la parcela. Y lo mejor era la ejecución de sus entrenamientos, que se plasmaban en sus partidos. Me abrió un mundo que desconocía. Pasaba lo que él decía.

¿Con quién más tuvo esa sensación?

Lo volví a tener con dos entrenadores. Lo conseguí con Muñiz, quien me hizo debutar en Primera en el Málaga, y con el de ahora, Fede Bessone.

¿Cómo te fue tu única experiencia en Primera con el Málaga?

Fue un inicio duro, salía primera vez de casa. Salía llorando las primeras veces en el coche. Mis padres me acompañaban, es para hacerles un monumento. El primer partido con el filial recibo un golpe en el ojo, se me dilata la pupila, me desvían el tabique nasal y me dicen que tendré complicada la visibilidad. Pensaba que mi sueño se truncaba. Fui a un oftalmólogo importante, pero me pidió calma porque esto tenía un periodo… Yo, que soy un loco y quería llegar a Primera, seguía entrenando con un parche. Enviaban las pruebas a Estados Unidos para ver la graduación de mi vista. Se portó genial el oftalmólogo. Muñiz me llamó para entrenar con el primer equipo y yo veía borroso. Mi padre me dijo que no me presionara, que si no podía, volvería a casa. Mejoro, hago una semana genial y me dijeron de quedarme en el primer equipo.

Todo fue rápido pese a tus problemas. ¿En qué momento te das cuenta de que eres jugador de Primera?

Esa semana jugamos contra el Real Madrid. Me ponen con Weligton en la habitación. Ya sabía que sería titular y él no me lo dijo. Me veo de inicio, creía que no lo había escuchado bien. El primer balón que toco, la tiro fuera. El campo lleno, no escuchaba nada. Pensaba, cómo la liaré. La segunda, casi la sacó del estadio, y pensé que se acababa mi carrera. Muñiz me dijo que disfrutara, que no tendría más oportunidades… luego hice el partido de mi vida y llegué la Selección Sub-21.

"La segunda que tocó casi la saco del estadio: pensé que se acababa mi carrera"

Dani Toribio Jugador del FC Santa Coloma

Toribio jugó 21 partidos en Primera y fue convocado con la Selección sub-21. Después intentó rengancharse sin éxito al tren de la máxima categoría, pero fue importante en los que clubes en los que jugó en Segunda. Pasó por el Villarreal B y jugó cinco partidos con el primer equipo en Segunda, luego participó en 48 partidos en un Murcia bipolar que el primer año estuvo a punto de ascender a Primera y después descendió; lo fichó el Alavés, con el que disputó 35 partidos en un curso, y entonces inició su etapa más larga: 120 partidos en el Alcorcón en cuatro años. El Racing, que descendió en la pandemia, fue su último etapa en Segunda A (22 partidos) para después seguir en inferiores categorías en Extremadura, Lleida y ahora en Andorra.

¿Muñiz dio con tu tecla?

Por eso los entrenadores son importantes. Esos entrenadores que tienen 12 o 13 jugadores o que dan a entender que no jugarás más, no los entenderé nunca. Cuando tienes un gran vestuario vienen grandes éxitos. Si hay roces…

¿Qué opinas, desde tu experiencia, de las plantillas extra pobladas y de los cuerpo técnicos de 20 personas?

Plantillas grandes, cuerpos técnicos enormes… Es preferible menos y de calidad. En Murcia quedamos segundos y jugamos playoff con 18 jugadores y cuatro personas en el cuerpo técnico. En plantillas cortas, sabes que en algún momento vas a jugar… En Villarreal teníamos 15 personas en el cuerpo técnico, con muchos de ellos nunca tuve una conversación individual. Para mí no tiene sentido. Lo más probable es que te intenten apuñalar, que digan 'este jugador no sirve'. ¿Ha hecho dos partidos mal? No pasa nada, debes darle más.

No te muerdes la lengua, no sé si eso te generó problemas en Alcorcón, donde hay declaraciones tuyas algo altisonantes.

Hay momentos muy duros. Me lleva Muñiz, hacemos un año increíble y me siento como pez en el agua. Pero luego está el compañerismo. Muchos se pensaban que cuando un entrenador te lleva tienes que jugar todo, y eso no es así; ese también se tiene que ganar el puesto. Quizás al inicio juega, pero luego te lo debes ganar. El entrenador cortó en seco aquello, pero hay momentos con cambios de entrenador y he sido capitán de los equipos, y se creen que el rol es llevar el brazalete y ya está. No es así, hay compañeros que no sonríen, hay problemas internos y tienes que buscar soluciones. Toribio ha informado de situaciones malas del vestuario no para destruir o matar; casualmente, cuando pasó eso, todo despegó.

¿Has ganado dinero suficiente para vivir del fútbol?

Entra la figura de mi padre, que fue ordenado económicamente. Nunca hice locuras, solo comprarme un cochazo cuando estaba en Primera, pero lo vendí a los cinco meses. Son locuras. Tuve buenos contratos. Soy un afortunado.