SEVILLA FC

El trabajo invisible de Mendilibar

El técnico vasco mantiene su prioridad de hacerle la vida fácil al jugador generando un buen ambiente. En Relevo, desvelamos de dónde proceden sus famosas volteretas.

Mendilibar celebra el título de la Europa League junto a Jesús Navas./GETTY
Mendilibar celebra el título de la Europa League junto a Jesús Navas. GETTY
Alonso Rivero

Alonso Rivero

Poco más de tres meses lleva José Luis Mendilibar en el Sevilla. Una estancia que se ha prolongado debido a los buenos resultados cosechados desde su llegada. Levantó a un equipo que coqueteaba con el descenso, dejándolo duodécimo, y conquistó la séptima Europa League para la entidad de Nervión, la primera en su palmarés. Desde su llegada, su empeño no sólo estuvo en sacar un mejor rendimiento a la plantilla, sino que también intentó generar un ambiente de confianza con los jugadores.

Tras las sesiones previas a los partidos, la clásica ronda de tiros. Hasta ahí todo normal. Mendilibar mantuvo una tradición que tenía de sus anteriores etapas como entrenador. A cada fallo de los futbolistas en los lanzamientos, voltereta en el suelo. Al principio causó estupefacción en los dirigentes e incluso en la plantilla pero pronto se convirtió en algo más. "Nos sorprendió, pero al final es un detalle que nos ha dado más unidad al grupo", nos comentaba Nemanja Gudelj tras el acto de su renovación. Algunas de ellas se hicieron virales en la celebración del heptacampeonato europeo.

"En un partido contra el Villarreal se apostó que si marcaba Inui hacia la voltereta y cuando marcó la hizo en el área técnica". Esta anécdota la cuenta Iván Ramis. Para aquellos que hayan hablado con Mendilibar sabrá que es su niño bonito en el Eibar. Siempre apostó por él. Incluso cuando la dirección deportiva armera no lo tenía claro. "Mendilibar es tal y como lo veis en las entrevistas y en los entrenamientos, un entrenador cercano al jugador, con su idea de juego y que hace rendir muy bien al equipo, le hace competir al 100%", nos cuenta.

"Tengo otra anécdota con él. Mendi fue un entrenador que cuando me quería buscar me encontraba porque siempre he sido muy competitivo tanto en los entrenamientos como en los partidos. En muchas ocasiones en los entrenamientos me lanzaba algún dardo hasta que llegó el día que me vio un poco desanimado en una pretemporada. Vino a hablar conmigo y le dije, ´creo que tienes que aflojar un poco. No estoy pasando por un buen momento ́. Lo entendió y me respondió: ´Puede ser verdad. intentaré meterte menos caña´. Eso era en el entrenamiento de la mañana. Cuando llegamos al entreno de la tarde creo que se le olvidó lo que hablamos a la mañana", confiesa entre risas. A veces esa naturalidad en la sala de prensa le ha jugado alguna mala pasada. Le pasó con Suso y su frase "si quiere jugar más tendrá que correr más". A la mañana siguiente se acercó a él y lo arreglaron.

No sólo humanizó el día a día con ese detalle. Al vasco le gusta estar pendiente de sus jugadores. Entiende que facilitarles el día a día, conocer sus problemas e intentar ayudarlos es parte de su trabajo. Le permitirá sacarles el máximo rendimiento y compromiso a cada uno de ellos. Suele ser habitual, que incluso al llegar a la ciudad deportiva, no sólo se interese por las cuestiones personales de los jugadores sino que también se adentre en muchos de los juegos que hacen o charle de manera distendida con ellos en alguna mesa. "Nunca vi tanta cercanía de un entrenador con sus futbolistas", nos cuenta un empleado del club.

"La verdad que el míster me está dando confianza después de la lesión, que siempre es difícil volver después de una lesión tan larga. Me da minutos, me pregunta cómo estoy, me siento querido y eso es lo más importante", confesaba el Papu Gómez en una entrevista. La plantilla del Sevilla venía de una etapa anterior en la que Jorge Sampaoli prefería guardar la distancias y que fueran algunos de su cuerpo técnico los que tuvieran un mayor acercamiento con los jugadores. Sólo a petición del futbolista, el argentino accedía a sentarse en su despacho y departir con ellos. Tres meses de trabajo con el técnico de Zaldívar cambiaron al Sevilla. Ahora viene lo más complicado. En un verano de cambios e incertidumbres, la exigencia de la grada seguirá estando presente.