Unai Hernández, el 'Gavi' del filial que se subió al último vagón del tren del Barça

Jordi Cardero

Publicado24 de noviembre de 2023, 18:12 h

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Unai Hernández (2004) se subió al último vagón del último tren del FC Barcelona. Los ojeadores del fútbol formativo blaugrana le seguían el rastro desde hacía temporadas. Tenían controlado al interior del Girona, pero si aún no lo habían fichado era porque la posición estaba cubierta. Su traspaso, al fin y al cabo, era algo irremediable. Dos grandes partidos contra el Barça terminaron decantando la balanza.

Xavi se llevará a Unai a Vallecas. No es la primera vez que atiende la llamada del primer equipo. A causa de las bajas, el entrenador ya le convocó anteriormente ante el Betis y el Athletic, la noche en que Marc Guiu volvió a poner a La Masia en el escaparate. Tras una primera temporada en Barcelona jugando en el Juvenil A de Lamine Yamal, en su segunda campaña como blaugrana se ha convertido en un intocable para Rafa Márquez.

Si hay un futbolista parecido a Gavi en el fútbol base, ese es Unai. De hecho, el camino que marcó Xavi con los cuatro centrocampistas lo siguió, con matices, Márquez con el ex del Girona. Cuentan desde el cuerpo técnico del filial que había ciertas dudas sobre si jugar con Unai como interior o que partiera como falso extremo, como Gavi. Creen que su fútbol se potencia más naciendo desde la banda y los interiores han quedado reservados para Aleix Garrido, Moha o Marc Bernal.

Unai se ha afianzado como el extremo izquierdo del Barça Atlètic. Desde allí traza las diagonales sobre las que pivota su juego. Tiene un golpeo poderosísimo que potencia con ese movimiento. De hecho, el Juvenil A de la temporada pasada ganó la liga matemáticamente ante el Cornellà. Aquella mañana, Unai anotó el primer gol del partido con un gran tiro desde fuera del área. En la grada observaba el partido Lamine Yamal, que todavía no sabía que unas horas después debutaría con el primer equipo.

El caso de Unai Hernández es poco común en el fútbol base blaugrana. Los scouts del Barça tenían su nombre apuntado en la base de datos. Si su fichaje no llegó hasta la categoría juvenil fue porque la posición ya estaba cubierta. En su último año como jugador del Girona, cuajó dos grandes partidos contra el Barça. En uno de los partidos, hasta marcó. "Aquel día decidimos que había que ficharlo", reconocen fuentes de La Masia. Unos meses después, Unai ya vestía de blaugrana.

Unai ha recorrido un camino distinto al de la gran mayoría de sus compañeros. Si algo demuestra la estadística es que, cuanto más tiempo pasa un futbolista en La Masia, más fácil le es escalar hasta el último nivel, el primer equipo. "Cuando son pequeños son esponjas y tienen más tiempo para aprender. La clave está ahí, en trabajar desde abajo, en degustar la idea", explica una figura del fútbol base culer.

Ahí están los casos de Lamine, Balde, Marc Guiu, Pau Cubarsí, Pau Prim, Héctor Fort o Aleix Garrido. Varios de ellos, liderando a España en el Mundial Sub-17. Tienen en común que ficharon todavía jugando en canchas de fútbol siete. Un poco más tarde, ya como infantiles, llegaron Fermín López, Marc Casadó o Ángel Alarcón. Unai se saltó pantallas por el propio peso de su talento.

No es el caso de su hermano Unax, que también fichó por el fútbol base blaugrana y sobre quien los formadores de La Masia recomiendan estar atentos de cara al futuro. Tanto Unai como Unax comenzaron a jugar al fútbol en el CD Malgrat, el pueblo del Maresme donde nacieron.

Los casos de Unai -por el momento en que llegó- o Fermín -por la cesión a Linares- demuestran que el ascenso hacia el primer equipo no siempre es un camino lineal. Unai es uno de los jóvenes que se postulan para comenzar a sacar la cabeza en el primer equipo a raíz del vacío que supone la lesión de Gavi. Ya debutó en un amistoso en Kobe, en la despedida de Andrés Iniesta. Su fútbol tiene trazos del del manchego. Su buena temporada en el filial es el último nivel antes de debutar con el primer equipo. Es cuestión de tiempo.

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