REAL MADRID

Bellingham, un 'box to box' más cercano a Valverde y Camavinga que a Kroos y Modric

El Dortmund ha hecho oficial que el centrocampista inglés jugará en el club blanco los próximos seis años a cambio de 103 millones.

Jude Bellingham durante un partido. /GETTY
Jude Bellingham durante un partido. GETTY
Albert Blaya

Albert Blaya

Es imposible analizar la década ganadora del Real Madrid sin poner en el centro del debate el elemento vertebrador de su dominio europeo, allí donde el fútbol empieza a vislumbrar nuevos escenarios, donde lo que funciona el sábado y domingo puede que no lo haga entre semana, como si el hechizo desapareciese. La técnica levantó un muro inmenso entre el Real Madrid y el resto, haciendo casi imposible eliminarlos cuando la pelota era puro nervio, un objeto consagratorio con Marcelo, Ramos, Kroos, Modric, Cristiano, Benzema. El Real Madrid ganó mucho porque, sencillamente, tuvo a los mejores.

Jude Bellingham es el último nombre en llegar al Santiago Bernabéu. A cambio de 103 millones de euros más un máximo de 30% en variables, firmará por seis temporadas con el Real Madrid. Es un medio que nace y se desenvuelve en un fútbol distinto al que ha servido para construir la hegemonía blanca de Kroos y Modric. Bellingham no es que no sea un gran futbolista ni que su potencial no sea altísimo, sino que representa un molde distinto, inédito en un Real Madrid que ha priorizado los últimos años otro tipo de perfiles para reconocerse. Bellingham es un centrocampista que ataca y defiende muy bien, como dijo el tuitero Norival, pero al que le cuesta hacer jugar. La pregunta es sencilla. ¿Quién hará jugar al Real Madrid?

Juntar al talento por encima de todo

Para entender el por qué los blancos quieren a Bellingham primero se debe entender cómo fichan. El Real Madrid lo hace por aglutinamiento. Se acumula el talento aunque a veces se pise y una vez fichado, se va puliendo y ordenando. Así, las necesidades de la plantilla quedan siempre en un segundo plano mientras lo realmente palpable, que es el futbolista, se pone en un primero. De ahí que se fichase a Rodrygo y Vinicius o a Camavinga y Tchouaméni, porque no importó que se pudiesen pisar en un futuro, sino solo su potencial. Como en una tela en blanco a la que echar mil colores.

En esta forma de operar se debe analizar la operación por Jude Bellingham. Un centrocampista distinto al resto, un box to box con enorme vigor en los duelos individuales, elasticidad para superar a su par e inteligencia para llegar al área y ser diferencial con su golpeo. Es un jugador que disfruta moviéndose mucho, atacando espacios que quedan libres, recogiendo el cuero en campo propio y trasladarlo al del rival. Necesita cierta libertad, que todo suceda muy rápido. Pero sigue siendo un jugador en estado de crecimiento y sin algunas respuestas básicas que para ser centrocampista en el Real Madrid son imprescindibles tener.

Una vez Reus inicia la conducción hacia dentro, Bellingham inicia su desmarque de ruptura a la espalda de la defensa.
Una vez Reus inicia la conducción hacia dentro, Bellingham inicia su desmarque de ruptura a la espalda de la defensa.
Bellingham, un 'box to box' más cercano a Valverde y Camavinga que a Kroos y Modric

En el Dortmund de Terzic encontró acomodo como interior, aunque muchas veces se le vio como segundo punta, abierto como extremo o cerca de Can, el pivote. Es en esa libertad total donde Bellingham disfruta, pues su fútbol es expansivo y, todavía, muy intuitivo. El Real Madrid tolera y regala espacios a sus centrocampistas, pero curiosamente sus momentos de dominio, en los que la flexibilidad posicional aflora, coinciden desde el pase, una superioridad técnica pasadora y de gestos en espacios reducidos a los que Bellingham, que tiene regate y elasticidad, no está acostumbrado.

Bellingham bajo presión dando un pase vertical.
Bellingham bajo presión dando un pase vertical.
Tras dar el pase, se desmarca y conduce con mucho espacio, permitiendo que su equipo progrese.
Tras dar el pase, se desmarca y conduce con mucho espacio, permitiendo que su equipo progrese.

¿No es este un fútbol parecido al que replica Camavinga? ¿Dónde resulta de más valor Fede Valverde? En su hoja de ruta, la que marca que el talento debe acumularse y luego ordenarse, el Real Madrid se encuentra en una encrucijada, porque los sherpas del juego que han ido guiando y ordenando al resto está a punto de claudicar: Modric, Kroos se encuentran ante su último año de contrato, y Benzema ya no está. El vacío amenaza con engullir el rumbo previamente construido. Bellingham, siendo un jugador con unas condiciones que ensombrecen a muchos de sus competidores, es una pieza que el Real Madrid, con una plantilla que demanda reparaciones, debe valorar si añade, no por su nivel, sino por todo lo que dejas de poder fichar añadiendo al inglés.

En una plantilla que tiene carencias evidentes en ambos laterales con las lesiones de Mendy y los altibajos de Carvajal, o que aún no cuenta con relevo para el recién marchado Benzema, la apuesta por Bellingham es un todo al rojo, el fiarlo al señalado como el próximo gran futbolista una vez Kylian Mbappé se ha escapado de momento del radar. En esa búsqueda de la estrella, del niño prodigio, el Real Madrid ha ido construyendo su relato. La cuestión es que, en sus centrocampistas, siempre ha habido otros elementos vertebradores que han elevado el debate.

No solo Kroos y Modric han elevado ese nivel de lo que supone ser centrocampista en el Real Madrid, sino también los años de Isco, clave en la consecución de algunas de sus Copas de Europa. Siendo todos futbolistas diferentes, les unía su capacidad pasadora, diferente pero capaz de armar discursos por sí misma. Cuando estos futbolistas no estén, ¿Estará el Real Madrid preparado para cambiar de paradigma? ¿No es Bellingham un jugador que se aleja más del relato que ha funcionado, reforzando un mensaje ajeno al propio club?