VALENCIA 1 - REAL MADRID 0

El Valencia se aleja del descenso y Vinicius acaba fuera de sí

Un tanto de Diego López da aire a Baraja. El brasileño comenzó señalando a un aficionado que le insultó, acabó expulsado y, con gestos, mandando al Valencia a Segunda.

Vinicius señala al aficionado que le insultó. /EP
Vinicius señala al aficionado que le insultó. EP
Sergio Gómez

Sergio Gómez

Nos lo dicen los libros de autoayuda y las enciclopedias del fútbol. El estado de ánimo es el destino. Si el Valencia ganó al Real Madrid fue porque el carácter que imprime la necesidad siempre es más poderoso que la apatía. Perder una ilusión duele, perderlas todas mata. Las heridas del siniestro en el Etihad son profundas y llevaban adheridas el riesgo que tienen todas las secuelas, que es dejarse ir, la vida no tiene sentido (ni LaLiga). Con esa actitud salieron los blancos y en esa huida pronto vieron que antes siquiera de abandonarse ya le habían abandonado. Ni rastro de inspiración, suerte u honor. Todo lo contrario que al Valencia, en permanente alerta y con la piel pegada a los huesos por el esfuerzo. Sobre todo de Diego López y Javi Guerra, dos canteranos que son un tesoro. El primero marcó el gol del triunfo que aleja a los che del descenso; el segundo dio una clase de carácter y fútbol. Jugarse la permanencia en Primera es tener todo en peligro.

 Hasta ahí el fútbol. Ahora, los sucesos. La pelota y el sentido desaparecieron desde el minuto 68 engullido por un lío tremendo que tuvo en el epicentro a Vinicius. Primero, en un gesto de aplaudir, se acercó a la grada para señalar a un aficionado que había proferido contra él insultos supuestamente racistas. El encuentro se detuvo nueve minutos, pero ya todo fue distinto. El brasileño estaba ya desquiciado, fuera de sí. En una tangana, el jugador del Real Madrid propinó un golpe en la cara de Hugo Duro, que previamente le había agarrado del cuello, fue expulsado y acabó menospreciando a la grada de Mestalla con gestos de "A Segunda". Un final horrible para un partido que da aire a los che y que demuestran que los madridistas están ya con la cabeza en otra parte.

VINICIUS

🤳 Mi fondo de pantalla

En un partido vital para el Valencia y sin trascendencia para el Real Madrid, la imagen no fue el gol de Diego López, canterano del Valencia que está sacando las castañas del fuego a Baraja, ni la del triunfo che, que le hacen alejarse del infierno. Tampoco la caraja de Mendy ni los paradones de Courtois y Mamardashvili. Fue Vinicius quien se adueño de la foto, otra vez en el centro del seísmo. Primero dejó una decisión valiente y que puede sentar un precedente muy positivo en estos tiempos donde un insulto grave se queda en el aire y sin castigo. Después, acabó expulsado y haciendo gestos a la grada de "a Segunda" en un comportamiento reprobable.

La relación de los hechos es la siguiente. En el minuto 68, el brasileño se internó en el área y el balón fue desviado por Cömert con otro que estaba en el césped. La acción antirreglamentaria acabó en un lío que quedará en las páginas de esta Liga. Vinicius se fue a la valla de detrás de la portería de Mamardashvili y comenzó a señalar con el dedo a un aficionado que le había lanzado, supuestamente, insultos racistas. Los madridistas se quejaron a De Burgos Bengoetxea, al mismo tiempo que intentaban calmar a su compañero, reclamado por un Ancelotti que terminó incluso dándole un beso. Al final, la Policía desalojó al ultra. El partido estuvo detenido nueve minutos, pero cuando se reanudó ya nada volvió a ser igual. Minutos después, Vinicius reclamó penalti y seguidamente hubo una tangana de presidio en la que el '20' madridista acabó dándole un manotazo a Hugo Duro después de que este le agarrara del cuello. Tras aviso del VAR vio la roja y se marchó al túnel de vestuarios aplaudiendo, sonriendo y dibujando con los dedos un 'dos', en clara referencia al descenso. Fue un jaleo monumental que se trasladó a los banquillos y ensució totalmente la tarde.

Vinicius, yéndose del césped de Mestalla tras ser expulsado.  AFP
Vinicius, yéndose del césped de Mestalla tras ser expulsado. AFP

DIEGO LÓPEZ Y JAVI GUERRA

💯 Mis 'dieses'

Antes del terremoto, quienes alumbraron en Mestalla fueron los jóvenes del Valencia, esa sangre nueva que limpia la contaminación ambiental de un club en permanente estado de agitación. La cantera engancha con los corazones de los aficionados porque quien juega, primero estuvo en la grada. Y eso se traduce en un entusiasmo que no hay fichaje que lo dé. El canterano sabe que no hay segundas oportunidades para una primera impresión. Diego López (21 años) y Javi Guerra (20) lo tienen grabado. 

Hace una semana, en Balaídos, el primero se estrenó como titular y dio una asistencia en el triunfo che contra el Celta (1-2). Y contra el Madrid abrió el marcador con la anticipación que da el hambre. Vio antes que Mendy la mordida en el disparo de Kluivert, le ganó la posición y batió a Courtois. El estadio atronó cuando fue sustituido en el 58'. Tres de los últimos seis goles del Valencia llevan la rúbrica de la cantera (Diego López, Alberto Marí y Javi Guerra). Pero no solo es el gol. También el carácter y el talento. En este sentido lució Javi Guerra. Rozó el tanto en el 44' que solo un portero como Courtois puede evitar y en la media demostró descaro, potencia y un sentido del juego extraordinario. Su partido fue un escándalo. La cantera es amor en tiempos revueltos.

COURTOUS Y MAMARDASHVILI

😎 Me reafirmo

Si el Real Madrid ganó Liga y Champions la temporada pasada, si en esta alzó la Supercopa de Europa, el Mundial de clubes y la Copa y si llegó a semifinales de la Champions fue porque cogió impulso desde atrás. Todas las alegrías llevan la firma de Courtois. También apareció en las duras para rebajar la tragedia. Porque el belga es el único que ha mantenido la excelencia de pitón a rabo. Donde no llega la concentración, lo hacen él y su compromiso por mantener el tipo. Jugó contra el City con unas mínimas molestias en el tríceps y fue el mejor. En Mestalla, partido sin trascendencia en el futuro blanco, fue titular y volvió a aparecer. En el minuto 44 extendió sus brazos inabarcables para despejar un gol cantado de Javi Guerra. Maniobra que repitió en el minuto 54 para desesperación del canterano. El día que el Madrid cerró su fichaje, se metió en el bolsillo un salvavidas. Sus paradas valen goles.

Como las de Mamardashvili, el georgiano que fichó el Valencia por 800.000 euros para el filial y se ha convertido en la mejor red para Baraja. Contra el Madrid, se agigantó para desesperar a Fede Valverde, a Kroos y a Benzema en los últimos minutos de un encuentro que será muy difícil de olvidar. Otra actuación estelar, que vale una salvación.

Paradón de Mamardasvhili ante el Madrid.  AFP
Paradón de Mamardasvhili ante el Madrid. AFP

MENDY

🤔 Hay runrún

Mendy fue Mendy. Un diagnóstico que, en cualquier otro jugador, supondría un alivio pero en el caso del francés es un suplicio. La peor noticia para el Real Madrid. Demostró estar recuperado totalmente de su lesión. En cambio reveló que mantiene sus costuras abiertas. Si Ancelotti dice a la galería que quiere que se quede la próxima temporada, encuentros como el de Valencia ponen en evidencia el deseo de su entrenador y a él mismo. Quedó retratado en el gol de Diego López. Primero rompe el fuera de juego y después puso en venta su espalda al canterano para que aprovechara el centro mordido de Kluivert. No es extraño que el Real Madrid, a pesar de haber firmado ya el regreso de Fran García, peine el mercado buscando un lateral izquierdo. Mendy es tan indescifrable que ofrece de todo menos seguridad.

Mendy se vio superado ante el Valencia.  EP
Mendy se vio superado ante el Valencia. EP

LA TRANSICIÓN

🚨 Poco se habla de...

Dijo Ancelotti en la previa que la transición en el Real Madrid había comenzado incluso antes de llegar él al banquillo en su segunda etapa. Sin embargo, es en el centro del campo donde es más evidente que ese paso de un estado a otro se está transitando esta temporada. Después de perder a Casemiro en agosto, el técnico no bajó a Kroos y Modric de las grandes noches. Brillaron en el Camp Nou, carburaron en Stamford Brige, se fundieron sin la pelota en el Etihad. En Mestalla se atrevió con el músculo del que huyó en Mánchester: Tchouameni, en permanente examen ante una reducción preocupante; y Camavinga, que volvió a su sitio tras un experimento que duró demasiado tiempo. Junto a ellos, Ceballos, con la continuidad entre interrogaciones.

Apetecía ver cómo se presenta el futuro y no fue el mejor día para calibrarlo.Tchouameni sigue asintomático en carácter, Camavinga abarcó mucho pero no apretó nada (se quedó en el descanso para dar entrada a Rodrygo) y Ceballos no tuvo trascendencia. En el 62', Ancelotti tiró del comodín de la llamada y metió en el césped a Kroos y Modric por el utrerano y un Asensio al que no le valió solo con la intención. Tampoco fueron la solución en un partido que ya estaba enrarecido.

BARAJA

📀 Mi 'bonus track'

A Rubén Baraja le ficharon por desesperación. El Valencia se acabó estrellado con Gattuso y esta vez Voro no obró el milagro. El club apeló al aura que suelen desprender las leyendas, por poca experiencia o éxito en los banquillos, y se agarró al clavo de Baraja. El técnico heredó un marrón al que poco a poco está dándole un color más saludable. Al final, su llegada ha sido un muelle hacia la salvación. De los últimos 18 puntos posibles, el Valencia logró 13. El volantazo lo ha dado con Kluivert, Lino, la experiencia de algunos veteranos y la cantera. Jóvenes como Alberto Marí, Javi Guerra o Diego López han sido analgésico. No se contaba con ellos y han acabado por ser la respuesta y alejar la depresión. Baraja firmó su contrato hasta el final de temporada. Esta inercia le puede llevar a prolongar su estancia en el club de su vida.