El Valencia califica la decisión de excluir a Gayà como "extraña, apresurada y arriesgada"
Ricardo Arias, embajador del club y portavoz en muchas ocasiones, expresa la opinión del club che sobre el regreso de su jugador.

El Valencia pierde en el Mundial a uno de sus insignias, su capitán, José Luis Gayà, que, después de sufrir un esguince de tobillo en un entrenamiento de la selección, ha sido excluido por la selección española. Alejandro Balde ocupa su lugar.
La salida de Gayà del equipo español no ha sido fácil. Su esguince no suponía una baja muy prolongada, entre siete y diez días, por lo que podría haber estado apto para el tercer partido de la fase de grupos, ante Japón. El lateral, de 27 años, se encontraba confiado en continuar y la decisión le ha dejado tocado en el estado de ánimo.
En el valencianismo no ha sentado bien que el jugador no comience el campeonato y esgrime, en comparación, el aguante de Luis Enrique en la Eurocopa cuando Sergio Busquets tuvo Covid. Le esperó. Se preguntan por qué con Gayà no.
"Ellos se basan en los informes médicos que son los oficiales, pero olvidamos una parte muy importante que es la opinión del jugador. Porque es el seleccionador el que tiene que preguntarle: '¿Cómo te encuentras? ¿Estás para dentro de cuatro o cinco días?' Hay muchos jugadores que se infiltran. Pero no me quiero arriesgar, no podemos poner en tesitura a Gayá para saber de su boca si estaba para venirse o estaba para quedarse", ha afirmado Ricardo Arias, exjugador, embajador y en ocasiones portavoz del Valencia, en la radio del club.
Arias ha resumido la incomprensión del club, catalogando la decisión de Luis Enrique de "prematura, extraña y arriesgada", aludiendo a que todo hacía indicar que sufría un esguince leve.
"Me queda la duda de saber por boca de Gayà si realmente estaba para quedarse"
Embajador y portavoz del ValenciaEl portavoz del club ha querido aplazar cualquier otra postura del club a la espera de poder hablar con el jugador y considera que no se ha tenido muy en cuenta la opinión del mismo. "Una de las ilusiones por las que uno se convierte en jugador de fútbol es jugar en el equipo de su corazón, que lo ha conseguido. Después viene meter la cabeza en la selección. Y se está encontrando con muros para que no pueda disfrutar de este acontecimiento. Me queda una gran duda: saber de su boca saber si realmente él estaba para venirse o no estaba para venirse", concluyó Arias, sensiblemente contrariado.