Un viaje arriesgado y una difícil decisión: así fue el debut del jugador más veterano de LaLiga

Los récords están para batirse, pero hay algunos que parecen imposibles de superar. El del jugador más veterano en debutar en Primera es una de esas marcas que, salvo acontecimiento insospechado, permanecerá en lo más alto para siempre. Lo fijó un británico, Harry Lowe, y lo hizo de pura casualidad. Eran otros tiempos. Otro fútbol. La profesionalización todavía estaba lejos y la precariedad obligaba a situaciones rocambolescas.

Lowe fue uno de los futbolistas más destacados de la década de 1920. Su carrera comenzó en el modesto Northwich Victoria, pero pronto pasó al Brighton y después al Tottenham, club en el que dejó huella. 12 temporadas en los 'spurs' dieron paso a una breve etapa en el Fulham y a su retirada. Por aquel entonces, el fútbol español observaba a los británicos como lo que en realidad eran: unos pioneros, adelantados a su tiempo y con un conocimiento del juego superior al que se poseía en otros territorios. Cuando Lowe colgó las botas y decidió pasarse a los banquillos, no tardó en recibir llamadas desde la península.

La Real Sociedad, por aquel entonces conocida como Donostia, dio un golpe sobre la mesa con su fichaje para asumir las riendas del equipo en 1930. A día de hoy, sólo seis entrenadores han dirigido más partidos que él con los txuri-urdin. Imanol Alguacil le superó el pasado abril. Míster Lowe pasó cinco años al frente de los guipuzcoanos. Su etapa tuvo de todo: estuvo a punto de ganar la liga en la 1930/31 y vivió el primer descenso a Segunda en la 1934/35. Pero, sobre todo, dejó un episodio imborrable. Su estreno ¡como jugador! en España a los 48 años y 226 días.

Aunque parezca un factor inherente al deporte rey, resulta conveniente recordar que las sustituciones no se aprobaron hasta finales de los años 60. Hasta aquel entonces, los once titulares que comenzaban el partido eran los únicos con derecho a participar. Ni siquiera existía la posibilidad de realizar cambios en caso de lesión. En ese escenario, era relativamente habitual que los equipos modestos de LaLiga sólo desplazasen a once jugadores en los encuentros a domicilio, sobre todo ante trayectos largos y costosos. Así, en 1935, Lowe y su Donostia viajaron con los hombres justos a Valencia.

Durante el trayecto, uno de los futbolistas cayó gravemente enfermo y el técnico tuvo que decidir: salir a Mestalla con diez o vestirse de corto. En ese momento, el cuadro donostiarra atravesaba una difícil situación clasificatoria (terminó descendiendo) y necesitaba puntuar. Lowe optó por saltar al césped y pasar a la historia como el jugador más veterano en disputar un partido en LaLiga. El Donostia cayó por 7-1, pero las crónicas de la época recogen que Lowe protagonizó la asistencia del gol realista cuando el encuentro marchaba 6-0. Quien tuvo, ya se sabe, retuvo.

Al término de esa campaña, saldada con la caída a Segunda, el inglés cerró su ciclo en Euskadi y firmó por el Espanyol. Su aventura con los pericos fue tan breve como intensa: duró tres partidos. Alegó motivos familiares para volver a Inglaterra y buscó desaparecer del mapa, pero su nombre ya había pasado a los anales.

La marca del británico parece inalcanzable hasta para 'recordmans' como Joaquín, que si dispone de minutos en 2023 dejará atrás a Ricardo López y se convertirá en el segundo más 'viejo' en jugar en Primera. Todavía le quedarán más de siete años para superar a Lowe, un nombre para la historia.