BARCELONA

¿Por qué Xavi debe darle más poder a De Jong?

El neerlandés ha cuajado un partido fantástico en distintas posiciones y en un contexto adverso. Cada vez pide más peso.

De Jong en El Sadar/Getty
De Jong en El Sadar Getty
Albert Blaya

Albert Blaya

Que no haya sido su mejor partido no implica que no haya sido el más relevante. Frenkie De Jong ha cuajado en Pamplona un encuentro que contiene todo aquello que se le demandaba y parecía no mostrar: liderazgo, personalidad en contextos adversos y muchísima calidad. Era como si el neerlandés solo fuera capaz de mostrar sus virtudes por separado, dando una imagen de jugador desangelado. Pamplona le puso en el infierno y De Jong transformó el hielo en llamas. Si alguien dudaba, ya no debe.

No es cuestión de un día. Frenkie empezó el curso señalado, siendo suplente y parecía que tendría complicado entrar. Cuando lo fue haciendo, su fútbol mostró una irreverencia que empezó a hacer evidente que Xavi debería tomar decisiones, pues su juego era cada vez más absorbente, preciso y, en definitiva, necesario. Como tratar de ignorar el elefante que tienes en tu habitación tumbado en tu cama. De Jong se ha hecho titular no por pedigrí, sino por fútbol. Lo que aporta es indispensable para que el cuerpo azulgrana lata y no se tropiece. Pero hay algo que todavía chirría.

Ante Osasuna, así como ante el Bayern y Athletic, Xavi optó por juntar a De Jong con Busquets, algo que mostraba dos cosas: la primera es que Sergio nunca fue tan poco relevante en cuanto a peso en el juego, por número de intervenciones e impacto real, y la segunda es que ese teórico peso que debe ejercer el de Badia, se lo quedaba el neerlandés. Como si De Jong jugase para ayudar a Sergio en vez de para ayudar al equipo. Sucede que es tan buen futbolista, uno tan difícil de entender como talentoso, que el peaje a pagar para adaptar dos realidades opuestas es demasiado alto. Xavi no puede tener una playa ante una montaña nevada. Deberá elegir.

Otro punto es que De Jong es un jugador que, en esencia, pide cosas que hasta la fecha el Barça le ha negado por distintas circunstancias. Es cierto que su rendimiento ha sido irregular, a ratos frío, pero analizarlo sin ver que se le ha obligado a escribir un libro con un lápiz sin punta es faltar a la verdad. A la que Xavi, consciente del poco tiempo que le queda a Busquets en el equipo, ha empezado a darle espacio en la base, ofreciéndole las llaves del edificio, se ha empezado a ver una versión que parecía extraviada, como si fuese de un cuento lejano. "El De Jong del Ajax" no es que no existiese, es que estaba tapado, sedimentado bajo un discurso que le despojaba de su esencia. La realidad es incontestable.

La edad en los centrocampistas es siempre una trampa. No sirve de nada contar los años que lleva De Jong en Barcelona sin antes percatarse que todavía tiene 25, edad tan temprana para los centrocampistas que hasta se debería ir con paciencia. 

El aficionado no entiende de edades porque solo quiere rendimiento, pero conviene no obviar que lo lógico y lo que nos dicta la historia es que sea ahora cuando Frenkie empiece a gobernar. Sus alas se están desplegando y todavía no alcanzamos a ver cuánto miden, lo que sí intuimos es que no las habíamos visto antes. De Jong es un futbolista solo comparable consigo mismo y advierte a quien le contempla que todos, hasta los que creían, estaban equivocados.