Xavi y Luis Enrique tendrán que contar con Ansu y Alba

El Barça recupera la figura después de haber salido magullado de la semana grande que le propusieron Inter y Real Madrid. Con un once totalmente renovado, a caballo entre las rotaciones y los castigos por los resultados, Xavi encontró por fin un dibujo en el que coincidieron Gavi, Pedri y Ansu, que es lo mismo que jugar con corazón, cerebro y balas. En ocho minutos (del 30' al 38'), Lewandowski, con un doblete, y Ansu, con un taconazo de pillo, se encargaron de dejar al Villarreal más pálido que amarillo.

El Camp Nou volvió a disfrutar. Entre otras cosas porque la defensa culé pareció fiable a lomos de Kounde y debido a De Jong ha parecido entender cómo se mueve de verdad un cinco, atrayendo el balón como un imán y no yéndolo a buscar siempre a campo abierto. Su partido fue de lo mejor que se le recuerda. Igual de sobresaliente que el de Alba, que tras ser el centro de la crítica sigue demostrando que no ha habido, no hay y veremos si lo inventan mejor lateral izquierdo que él cuando el Barça se pone el mundo por montera. La nota discordante de la noche fueron algunos pitos a Piqué.

El partido comenzó a jugarse mucho antes de las 21:00 de manera decisiva, ya que una noticia a mediodía, la del fallecimiento de vicepresidente del Villarreal, José Manuel Llaneza, conmovió al mundo del fútbol en general y agitó la calma en la concentración del Submarino en particular. Se guardaron unos segundos de silencio, pero bien podrían haberle dedicado una hora. Su figura es mayúscula, pues representa el amor a unos colores, la tenacidad y la confirmación de que los sueños se cumplen. Cogió al club casi en los campos de tierra y lo elevó, junto a Roig, hasta el cielo de Gdansk con aquella gloriosa Europa League. No sabemos a ciencia cierta cuánto afectó su adiós a la moral del Villarreal. Visto el primer tiempo, demasiado. Lo que está fuera de toda duda es lo que se le echará de menos.

Otra noticia, más pegada al comienzo, hizo fluctuar también los ánimos. Esta vez fue la alineación del Barça. De eso se aprovecharon Marcos Alonso, De Jong, Ferran y compañía. Nombres que deberían llevar al Barça a lo más alto y que, hasta el momento, no hacían más que ver cómo el resto lo mantienen en el alambre. Gavi, Pedri y Ansu no habían coincidido en ningún once. Tremendo. Vista la asociación del trío sobre el verde, de lo que se juega el Barça en una semana y de las piernas que estos canteranos tienen, será difícil verles pronto descansando. El exceso de partidos obliga a cambiar, pero Xavi debería ir recitando de memoria un once para no agonizar más. Con la edad de estos tres tenores no hay calambres que valgan. Pedri no corre, baila. Gavi seguramente aún siga galopando. Y Ansu ya no parará hasta ser fijo en Catar. La prudencia, para la cadera de Piqué y el vértigo de Eric García.

Otro de los que no para, porque no quiere y porque el Barça no se lo puede permitir, es Lewandowski. Vaya bestia polaca. Los haters no han tardado en recordarle que se le ha olvidado marcar en los días rocosos de Champions y en el Clásico, pero parece poco serio dudar de su olfato y de la categoría de un delantero perfecto. El primero de sus goles, a pase del Correcaminos Alba, fue muy zinadesco. Su control orientado para desorientar al resto fue un preludio mágico antes de machacar a la red. Hay tantos que uno tiene que ver porque son muy complicados de explicar. El segundo es ya marca de la casa. Una rosca de esas que Coutinho bordaba una vez por temporada y que Robert las va soltando a pares. Se le vio feliz. Si el delantero tuviera que confeccionar el once del domingo, repetirían casi todos. Pero sólo casi...

Ferran, en fase progresiva, sigue sin terminar de explotar. Xavi ha probado en todas las posiciones con él, hasta de interior, y en ninguna termina de ser el jugador que hace nada fue. Lo da todo, no para tirar desmarques, entra en juego, defiende como el que más, asiste, va y viene. Pero no sonríe. Pese a quitarse una espinita en el Bernabéu. Y eso en el fútbol, salvo la excepción de Gavi (siempre esfurecido), es síntoma de que uno no disfruta. Y puede que toda la culpa no la tenga el internacional. Ferran, cuanto más cerca vive de la portería, más airea sus virtudes. Da la sensación de que, ya que no puede ser nueve, para lo que de verdad ha nacido, pagaría por jugar en la izquierda y alternar sus dos salidas. En la derecha es uno más. Y en la élite la exigencia es diaria. Que se lo digan a Piqué, silbado (y luego aplaudido) como ya no recordaba.

Ferran, como tantos otros seleccionables, ya saben que el 11 de noviembre se conocerá la lista definitiva de Luis Enrique para el Mundial. Y ahí también están metidos varios futbolistas del Villarreal, que encajaron tantos goles en un día como en toda la Liga. A Trigueros, por el que tantos sentimos devoción, ya se le pasó hace mucho la ilusión. A Parejo le sobran ideas y le faltan piernas. Y Gerard ya veremos si sana a tiempo. Así que de los titulares en el Camp Nou únicamente mantienen las opciones intactas Yeremy, que no la olió con Alba, y Pau, que sale a error de bulto por partido. Decir esto en 2022 igual es atrevido, pero el mejor de todos los de amarillo sigue siendo Raúl Albiol. A veces, las nuevas apariciones nos empujan a enterrar a los veteranos, pero en un buen once cabe todo. Un central con mil trienios como él, un lateral en su recta final como Alba y críos imberbes como Pedri, Gavi y Ansu a los que le va la marcha. Xavi lo ha captado. Veremos Luis Enrique.