FÚTBOL | ENTREVISTA

Zoran Vekic levanta el secreto de sumario tras 30 años en la élite: "Florentino Pérez te liquida en cinco minutos"

El serbio, agente FIFA con la licencia número 1 en España, repasa su carrera en Relevo: desde el fichaje de Prosinecki por el Madrid, que le pone en el mapa, a cómo acaba Eto'o en el Barça ¡gracias a Ognjenovic!

Zoran Vekic posa en la Redacción de Relevo. /SERGIO CERQUEIRA
Zoran Vekic posa en la Redacción de Relevo. SERGIO CERQUEIRA
Sergio Gómez

Sergio Gómez

Si alguien que no esté familiarizado con el fútbol se cruza por la calle con Zoran Vekic (Belgrado, 71 años) es fácil que lo confunda con un asesor de moda. Elegante sin empachar, desenfadado sin caer en lo vulgar y con percha de exnadador, preserva su imagen del paso del tiempo y huele a perfume caro. Sin embargo, nunca ha aconsejado sobre trajes ni ha pisado desfile alguno. Este serbio de guasa andaluza fue el rey de los representantes de futbolistas. En su cartera llevó a muchos de los mejores jugadores de la Liga en los 90 y principios del siglo XXI: Hierro, Mijatovic, Eto'o, Gudelj, Guti, Milosevic, Kodro, Prosinecki, César... Hoy, se sienta con Relevo para hacer repaso de su carrera y revelar anécdotas que estaban bajo secreto de sumario.

Con camisa azul cielo, chaqueta marino y vaqueros, Vekic llega a la redacción casi directo de Valladolid, donde estuvo en el homenaje que el club blanquivioleta le dio a Alen Peternac, uno de esos jugadores que logró traer a España y al que cambió la vida. Es el agente FIFA con la licencia número 1 en nuestro país y, pese a llevar tres décadas en el negocio y haber levantado el pie del acelerador, advierte: "No estoy retirado". Hubo un momento, reconoce, que se quemó: "No te puedes imaginar qué es esto. Tuve una temporada de estrés. En cualquier momento te esperas cualquier cosa, una llamada del futbolista, de una hermana o de alguien del entorno para pedir algo. El jugador, y yo lo he sido, es egoísta". Fue sentarse y de su boca comenzaron a salir historias y anécdotas como proyectiles: desde el fichaje de Prosinecki por el Real Madrid, que le pone en el mapa, a cómo acaba Eto'o en el Barça ¡gracias a Ognjenovic!

Que Zoran Vekic aceptara una entrevista, sin mirar el reloj ni líneas rojas, era una utopía no hace tanto, cuando controlaba todo el mercado de fichajes en los 90 y comienzos de siglo.

Ahora estoy feliz, tranquilo. Vivo a caballo entre Madrid y Marbella y luego con mis viajes, mis cositas. Ya no estoy tan activo como me gustaría. Me encanta este mundo, no lo voy a negar, tener relación con agentes que me recomienden jugadores buenos para trabajarlo. Ayudar. Es mi concepto.

Intuyo que no estás retirado.

No, no. Tengo 71 años pero me gusta esto. Los fines de semana me los paso viendo partidos, la sangre sigue tirando. Ten en cuenta que yo estoy en el fútbol desde pequeño. Hay gente que ya no se acuerda pero antes que agente yo fui futbolista.

¿De qué jugabas?

Yo era extremo, a veces delantero, ahí andaba. Era muy rápido. Empecé en mi barrio de Belgrado, Dorcol, muy histórico. Era un club amateur y allí nos juntábamos. Con 20 años más o menos me fichó ya un equipo de Primera, el OFK Belgrado, que es el tercero de la ciudad después del Partizán y el Estrella Roja. Así empecé. Estuve tres años y después me vino una propuesta de Francia, del Dunkerque. En aquella época yo no tenía los 28 años, que era la edad a partir de la cual te permitían salir fuera como profesional, no había fórmula porque era la ley. Y hubo problemas. El Dunkerque vino a Belgrado, lo arreglaron con un pago de traspaso. Pero la Federación no me daba licencia, era imposible. Y se buscó una historia para cerrarlo...

Con historia quieres decir triquiñuela.

(Risas) Exacto. Volví a mi club amateur y estuve allí una semana como jugador. Y como amateur me marché a Dunkerque porque como profesional no podía.

¿Cómo recuerdas tus años en la Yugoslavia comunista?

Maravillosa. En esta época podíamos vivir muy libres y a mí Belgrado me encanta. Cuando me fui a Dunkerque pensé en irme sólo un par de años. Teníamos un barrio muy céntrico, fantástico. Jugábamos todo el día al fútbol en la calle. Hasta la noche. Ahora ya se ha perdido eso. Fue una época muy buena. Lo que pasa es que salí muy joven y no pensé mucho. Fue casi de hoy para mañana.

¿Cómo encajó la marcha tu familia?

Yo soy hijo único, imagínate. Recuerdo que para mis padres fue un shock. En aquella época no lo entendían, irse al extranjero era... Me preparé la maleta y recuerdo a mi padre, que no paraba de fumar en la puerta desde las seis de la mañana. Un poco duro. Pero mira, la vida a veces te enseña caminos y no sabes. Yo creo en el destino. Todo lo que me ha pasado es como si alguien lo tuviera escrito. Llegué joven a Dunkerque y luego, en 1978, me fichó el Toulouse de Just Fontaine.

"Me fichó el Valladolid en 1979 y al llegar... Yo venía de Francia, vestía vaqueros, zapatillas. También los coches. Yo tenía un BMV y aquí había Renault..."

ZORAN VEKIC

Palabras mayores.

Un genio futbolístico. Era como un padre. Fue mi entrenador y tengo un recuerdo increíble. Y jugué bien allí, ¿eh? Estuvo una temporada y se marchó porque tuvo un follón con la directiva. Pasaron como unos 15 días, yo terminaba el contrato y tenía ofertas de España, del Valladolid, porque el presidente fue a Belgrado a ver partidos y se informó. Fontaine me dijo que si me quería ir a Toulon, en la época de Tigana. Y eso que te digo del destino me pasó en ese momento. Yo estaba solo en mi casa y tenía sobre la mesa dos billetes de avión, uno a Toulon y otro a España. Y cogí el de España. Recuerdo cuando llegué a Valladolid, en la 79-80. Era un poco diferente. En esa época España y Francia eran dos países, digamos, distintos.

¿Qué te encontraste?

Bueno, comenzando por la manera de vestir. Yo vestía con vaqueros, zapatillas. Fíjate lo que te estoy diciendo. También los coches... Yo tenía un BMV y aquí había Renault... Pero bueno, llegué a Valladolid. Ramón Martínez era el director deportivo, Santi Llorente era el segundo entrenador, el primero era Eusebio Ríos. El mismo año se sube a Primera. Yo sólo firmé una temporada. Volví a Francia, a Sedan, con mi mujer, a la que conocí en Valladolid. Y allí nació mi hija. Terminé mi historia como jugador y regresé a vivir a Pucela.

Zoran Vekic, junto a Ramón Martínez en la sala de prensa del Real Valladolid.
Zoran Vekic, junto a Ramón Martínez en la sala de prensa del Real Valladolid.

¿Ya tenías en los planes ser representante?

Qué va. Yo me fui a Valladolid y abrí una tienda de moda. Estuvimos bastantes años con ella. Tengo mucho cariño a la ciudad. Todo el mundo dice que es fría, pero nunca me he sentido extranjero allí. El tema de agente vino un poco después, por una serie de circunstancias. El Valladolid jugó en Europa con el Rijeka y yo les llevé referencias de algunos jugadores. Se quedó ahí. Pero en esta época había un representante en España, muy mayor, que se llamaba Roberto Dale, de Alicante. Me llamó para preguntarme, sondearme. Y un día le hice una propuesta. El Betis quería un central y se lo recomendé. Así hice mi primer fichaje junto a él. Fue el de Faruk Hadzibegic, que le llamaban Pepe. En 1985. Fue mi primera operación. La cosa es que yo tenía un buen ojo para recomendar futbolistas, casi que me metieron a mí en este negocio, no es que yo quisiera. Y empecé a hacer más y más cosas.

Prosinecki, en un partido con el Real Madrid en la 1993-94.
Prosinecki, en un partido con el Real Madrid en la 1993-94.

¿Cuál fue el fichaje que te pone en el mapa?

El de Robert Prosinecki con el Real Madrid, en el 91. Yo antes había llevado al Valladolid algunos jugadores bastante buenos y había comenzado a colaborar con agentes como Miguel Santos y Josep María Minguella. Pero fue con Prosinecki cuando empecé seriamente. Estaba en el Estrella Roja y era el jugador más cotizado del momento. Fue muy duro. Una de las operaciones más complicadas.

Cuéntame.

Porque era campeón de Europa, tenía 20 o 21 años. Antes brilló en el Mundial Sub-20 con gente como Boban, Suker, Mijatovic o Jarni y se lo rifaban todos los equipos europeos. Al final estuvimos casi un año con el Madrid... Y tenía un problema. Antes hablábamos de que en mi época la Federación puso los 28 años como edad permitida para salir al extranjero y jugar como profesional. En la época de Robert la bajó a 25. Es decir, aún él no llegaba y no podía fichar por el Madrid. Fue una pelea con FIFA...

¿Y cómo se logró pasar por encima de esa ley proteccionista para cerrar el fichaje?

Fue un día en Suiza, con la FIFA. En una votación de seis personas. El Madrid puso sus argumentos sobre la mesa. El club insistió en que no se podía frenar la carrera de deportistas de alto nivel que querían desarrollar sus carreras en otros países. Costó trabajo pero el Madrid ganó la votación y se cerró todo. No te imaginas. Luego estaba el contexto de la guerra en Yugoslavia, que había estallado. Eso afectó muchísimo a su rendimiento.

"La guerra afectó mucho a Prosinecki. Su padre era croata; la madre, serbia; la novia, serbia. Y todos en la misma casa. Estaba estresado"

ZORAN VEKIC

En una entrevista con Relevo, Emilio Lamparero, que era el psicólogo que puso Benito Floro en el Real Madrid, contó que Prosinecki pedía máquinas para detectar la ansiedad...

La historia de Robert en el Madrid fue irreal. Irreal en el sentido de que la gente empezaba a decir que si fumaba o no, luego las lesiones, luego la tensión que vivía por los problemas políticos. Lo cierto es que era un jugador extraordinario. Pero te pongo en contexto para que entiendas por lo que pasó y lo que se estaba viviendo su país. Su padre era croata; la madre, serbia; la novia, serbia. Y todos ellos en la misma casa. Estaba estresado. El padre era muy nacionalista. Luego vinieron las lesiones, acabó la cosa regular. Y terminó cedido en el Oviedo primero y yéndose al Barcelona después.

Pero casi acaba en el Atlético de Madrid.

Bueno... Yo ya tenía varios jugadores en el Madrid y un día Lorenzo Sanz me llama. Me dijo que fuera al club. Bien, pues llego y ahí estaba el gordo, Jesús Gil. Me recibió como era él. '¡Hombre! El chico se viene conmigo'. Yo pensaba '¿qué está pasando aquí?'. 'Vete con mi hijo Miguel Ángel y lo arregláis todo', me soltó. Fui a hablar con Miguel Ángel y aquello era imposible porque la diferencia de ficha era muy grande. Imposible. Sanz y Gil ya habían llegado a un acuerdo con una operación de traspaso simbólica porque tenía una ficha muy alta. El Atleti no lo contrató y apareció el Barcelona, Johan Cruyff.

¿Pero Lorenzo Sanz no puso objeción a que fuera al Barça?

Cuando decidimos que no se iba al Atleti, Lorenzo Sanz me dice que qué hacemos. Yo, obviamente, no le comuniqué nada de que había recibido el interés del Barça. Le dije que si quería el dinero que había pactado con Gil había que llegar a un acuerdo. Y empezó a quitar el último año de contrato, otras cosas... Yo le dije que fenomenal, que con la carta de libertad ya iríamos donde nos diera la gana. Y al día siguiente puso en el documento que nos podíamos ir a cualquier equipo menos al Barcelona y a algún otro. Yo, sabiendo que le quería el Barça, le dije que no podía hacer eso, que no podía condicionarnos. 'Bueno, me lo voy a pensar', me contestó. Y me llamó a los dos días: 'Vamos, a tomar por culo, borramos eso y ya está'. Y firmó por el Barcelona. Y allí bastante mejor, aunque con las lesiones lo pasó fatal otra vez. Pero bueno, la operación de Robert al Madrid me permitió coger más jugadores. Los futbolistas al final hablan entre ellos de sus representantes. Así me empecé a rodear de un pelotón grande, grande.

"Lorenzo Sanz me llamó al despacho y estaba 'el gordo, Jesús Gil. Ya habían pactado un traspaso de Prosinecki al Atleti por una cantidad simbólica. Pero aquello era imposible para mí..."

ZORAN VEKIC

¿Cómo les convencías?

Bueno, yo como exfutbolista seguía todo y tenía referencias. Además, sabía ver jugadores y estudiaba a los equipos. Por ejemplo, por decirte un caso que contribuyó a esa fama de saber llevar una carrera. El Celta y el fichaje de Vlado Gudelj en el 92. ¡No lo conocían! Recuerdo a Pedro Herrera, el director deportivo. Estábamos en el aeropuerto y cuando vio a la gente salir me dijo que le enseñara quién era el jugador. No tenía ni idea. Aquello funcionó. Al Celta luego le fiché a Bajcetic, Djorovic y también funcionaron. Otro caso. Yo llevé a Valladolid a Alen Peternac y fue un impacto. Le traje a prueba y metió 23 goles en la primera temporada. La Real Sociedad llegó a ofrecer 500 millones. Increíble. Al final no se fue. Hay que tener suerte, pero me he movido bien viendo equipos y detectar que el perfil del jugador se adapte. Me ayudaron varias cosas. Primero, que yo tenía muy visto el mercado yugoslavo y el resto no. Y luego, que estos tíos se adaptaban muy rápido, todos. Tanto croatas, serbios... Los yugoslavos en general, personas y deportistas, son muy competitivos. Tienen genes de ganar o morir.

Prosinecki, a la derecha, en su presentación como jugador del Barça. Era 1995.
Prosinecki, a la derecha, en su presentación como jugador del Barça. Era 1995.

¿Cómo era ser agente en esos años de guerra, sacar a futbolistas de Yugoslavia para llevarlos a ligas como la española?

El objetivo era salir con el coche por la frontera, normalmente por Hungría. Así traje yo a Jokanovic al Oviedo. Que, por cierto, hubo un lío... El Partizán no lo quería soltar y acabaron los clubes yendo a juicio, a la FIFA. Fue una época difícil. Para salir, ayudaban chóferes o conductores que había en los clubes, hábiles y que conocían los caminos en los que no había problemas. Como no se podía cruzar a Croacia, había que ir a la frontera con Rumanía o con Hungría. A un jugador, que ahora mismo no me acuerdo del nombre, le llevaron ¡por maizales! Era llegar a la frontera y pasar.

¿Cuántos jugadores llegaste a tener en tu agenda?

Pues mira, en el Madrid fui agente de Fernando Hierro durante 14 años, con Guti también estuve toda su carrera, Mijatovic, Víctor Sánchez del Amo, la generación de García Calvo... Luego, serbios, croatas. Casi no recuerdo todos los jugadores que tenía. Viéndolo con perspectiva tuve un problema. Yo no tenía estructura para la cantidad de jugadores a los que atendía. Iba solo con un ayudante. Pero todo empezó a crecer y a crecer y...

¿Cómo ha cambiado el negocio?

Mucho, mucho. Antes existía la figura del intermediario. Este traspasaba al jugador a un club, cobraba y punto. Ahora hay detrás de los jugadores contratos de marketing, publicidad, redes sociales... He visto cómo ha cambiado todo. Yo me saqué la licencia en 1995. ¡Soy el agente FIFA con la licencia número 1 en España! Antes éramos muy pocos, 15 o 20. Ahora hay cientos y cientos de representantes. Con más estructura, más preparados en teoría, con Internet, con movidas... Pero al final lo que hacen es un trabajo más de comunicación que una labor directa con el jugador. Tú tienes que ver a un futbolista y estar convencido. La mayoría de los agentes ni juegan al fútbol ni han jugado. Eso se nota.

¿En qué?

Mira, hace poco estuve en las oficinas de uno de los agentes más conocidos y con relación con clubes como el Real Madrid. Me dice: 'Zoran, mira este jugador, da no sé cuántos pases aquí, allí, no va a triunfar porque los números...'. Y yo digo: 'Pero vamos a ver, si fuera tan fácil como mirar números...'. Ellos ahora lo ven todo en base a estadísticas, que está muy bien para valorar el rendimiento pero ahí no puedes ver el perfil de futbolista que es y en qué equipo, por el sistema o por el juego que hace, puede encajar mejor. Hay jugadores muy buenos en las estadísticas que luego van a un equipo, no juegan en su sitio y al final acaba mal.

Antes dijiste que no tenías ningún tipo de estructura de agencia. ¿Cómo podías llegar a todos y que nadie se sintiera ignorado?

Ese es el problema. Los jugadores son celosos entre ellos. Por ejemplo, venía de casa de Hierro o iba a casa de Mijatovic y venía otro y me decía 'joder, es que a mi casa no vienes'. Son como niños.

¿Cómo empieza tu relación con Mijatovic?

Yo le conocía antes incluso de que llegara al Valencia. De hecho, hablé con Gil, cuando estaba Rubén Cano en la dirección deportiva, para que le fichara. Yo ya había llevado a Prosinecki al Madrid, a Savicevic al Milan... Operaciones top. Pero no lo hicieron. Al final el Valencia pagó una mierda al Partizán por él. Fue una operación entre clubes. Jugaba de extremo, en banda, y Luis Aragonés lo puso de delantero y se salió con más de 30 goles. Impresionante. Y luego el Madrid le juntó con Suker. Vaya pareja. Esa negociación la llevaron Samper, el abogado, y Nacho Silva, vicepresidente del Madrid, un tío muy vivo. Lorenzo Sanz le mandó a hablar con Pedja y acabaron pagando los 1.500 millones de pesetas de su cláusula. Ya en el Madrid, claro, Mijatovic estuvo conmigo.

"Los jugadores son celosos. Iba a casa de Mijatovic y venía un futbolista y me decía 'joder, es que a mi casa no vienes'. Son como niños"

ZORAN VEKIC

Entonces, tú eras su agente cuando se marchó... ¿Qué pasó?

Yo creo que se equivocó. Toshack no lo quería poner porque tenía un problema en el tendón de Aquiles. No aguantó y se fue a la Fiorentina. Ojo, que era la Fiorentina de Batistuta y Rui Costa. Pero tenía tres años de contrato aún y yo le decía: 'Pedja, es fácil salir del Real Madrid pero es muy difícil entrar'. Ese siempre ha sido mi consejo y no me fue mal. Luego, Pedja trabajó conmigo algún tiempo y muy bien. Estuvo hasta que se marchó como director deportivo al Madrid.

Con ese paso a la dirección deportiva del Madrid, en 2006, hubo quien dijo que Mijatovic se embolsaba comisiones con fichajes por la relación que tenía contigo. Fichajes como Higuaín o Marcelo...

Nada, mentiras todas. Fíjate que lo de Marcelo fue cosa mía, que en el Madrid al principio no le querían. Yo fiché a Marcelo. Al principio, Capello no lo veía, decía que ya tenía ocupado el cupo de extranjeros. 'Pues se le cede', insistí. Lo ficharon y fíjate. 16 años y siendo leyenda en el Madrid. El Fluminense había llegado a un acuerdo con el Sevilla por Marcelo por 6 millones, pero el jugador no había firmado su conformidad. Entonces, su representante brasileño me llamó, sabiendo que yo tenía buenas relaciones con el Madrid. Vino y así lo rompimos. Yo le dije a Mijatovic: 'Sé listo, fírmalo por 6 millones y luego si quieres lo podrás vender por 36. Pero 6 millones para el Madrid, si no triunfa no pasa nada'. Y mira en lo que se convirtió. Además, es una persona increíble. Yo le daba consejos. Por ejemplo, cuando se quería marchar porque no jugaba. Heinze era lateral izquierdo. Yo le decía: 'Mira, si no superas a este, a otros equipos a los que vayas también vas a tener este problema. Quédate aquí'. A Marcelo también se lo dije: 'Es muy difícil entrar en el Madrid y muy fácil salir'. No me ha ido mal dando ese consejo.

Bueno, también tienes alguna sombra. Trajiste a Perica Ognjenovic.

Sí, qué desastre. Era muy bueno pero no era el más inteligente.

Cortita y al pie.

Es que madre mía. Todos los días llegaba a la Ciudad Deportiva con algo. Una mañana Raúl se me acerca y me dice: 'Joder, estamos apostando en el vestuario por ver qué dolor va a tener este para no entrenar'. ¡Cada día! ¿Y sabes por qué? Porque era muy joven, inocente. Pensaba que si no jugaba es que le hacían de menos, que no contaba. Yo le decía: 'Perica, que esto es el Madrid'. Recuerdo en las semifinales de Copa de Europa ante el Bayern que hizo lo mismo, se inventó una lesión. Y yo de nuevo: 'Perica, que te vas a montar en el autobús del Real Madrid, que te vas a poner el chándal con ese escudo...'. Nada, un desastre. Me enfadé con él muchísimo, destruyó todo. Luego se fue a Alemania con un abogado. Mi relación con él acaba cuando sale del Madrid.

Ognjenovic, en un entrenamiento con el Real Madrid.
Ognjenovic, en un entrenamiento con el Real Madrid.

Como antes no había tantos 'Maldinis' ni redes sociales la mayoría de los jugadores que llegaban procedentes de los Balcanes lo hacían con una mezcla de exotismo y enormes expectativas. También pasó con él.

Es que era muy bueno. Te voy a decir cómo lo ficha el Madrid. El Barcelona jugó un partido en Belgrado y Perica volvió loco a Sergi. Pam, pum. Un partidazo... Al día siguiente, me llama Lorenzo Sanz y me dice: 'Este chico del Estrella Roja...'. Le comenté un poco su situación, que era muy joven pero que ya había llamado la atención del Barça... 'La semana que viene, tráelo aquí', me dice. Y le llevé escondido... ¡a Valladolid! Vino Samper y a firmar. Pero nada, luego es que hacía cosas que no tenían sentido. Cada día cambiaba de coche, después quería el servicio de filipinos que tenía Mijatovic en su casa. ¡Pero dónde vas, céntrate, chico!

Se cree que el agente sólo está ahí para negociar y ganar dinero con la operación. ¿Detrás hay mucho trabajo de consejero, casi de padre?

En el caso de Ognjenovic, sí. Tenía que aterrizar, aprender, respetar aunque fuera para que te respeten. No vengas como diciendo 'soy Dios'. Se confundió. Con Del Bosque sí que jugó y parecía que confiaba. Pero tampoco. Y luego lo que tiene el fútbol, por una sucesión de acontecimientos, los del Barça tienen casi que dar las gracias a Ognjenovic de que Samuel Eto'o acabase haciendo historia con ellos.

Me acabo de perder. Explícame eso.

Pues que en un verano se abrió la posibilidad de que Ognjenovic fuera cedido al Mallorca. Él dice que ni de coña. Y en esa época Eto'o tenía que volver al Madrid de la cesión en la que estaba pero tenía plaza de extranjero y no tenía hueco. Y como el Mallorca necesitaba un jugador, llevé yo a Samuel allí. El fútbol tiene estas cosas. Uno no va y mira la que se lía. Eto'o acaba en el Barça después de romperla en Palma.

"Ognjenovic era muy bueno pero no el más inteligente. Los del Barça le tienen que dar las gracias de que Eto'o acabase allí. Ognjenovic dijo 'no' al Mallorca, llevé allí a Samuel y la que lio..."

ZORAN VEKIC

Otra operación para tu saco.

Sí, yo llevé a Eto'o al Barça. Aquello fue muy gordo y difícil porque el Madrid tenía el 50% de los derechos y Eto'o no quería volver porque Florentino le quería colocar también en el Atlético de Madrid. Estuvimos trabajando en ello durante casi dos meses y al final lo conseguimos. Poco después, un directivo del Madrid me dijo que fue un fallo del club, que nunca tendrían que haberle vendido al Barça...

Eto'o, en su presentación con el Barça en 2004.
Eto'o, en su presentación con el Barça en 2004.

¿Fue tu negociación más dura?

Si no la que más, una de las que más. También recuerdo la de César al Madrid. Nunca se habían pagado 1.000 millones de pesetas por un portero y tuvo que quedarse un año cedido en el Valladolid.

Has negociado con muchos presidentes. ¿Cuál fue el más hueso de todos?

Depende de la envergadura de la operación. Pero te diría que Lendoiro, sin ninguna duda. Le decía: 'Presi, eres tan pesado que puedes ligar con una monja'. Era muy, muy pesado. Ha habido negociaciones con él de las que he salido a las siete de la mañana, casi de día. Luego, Gaspart era un desastre. Malo como un dolor de muelas. No decía la verdad ni un segundo. Esta época de los 90 era muy dura, con ese tipo de presidentes. Lopera... Yo le llevé a Pepe Hadzibegic, Jarni, Vidakovic, Fernando, Benjamín Zarandona, por el que pagaron 1.600 millones de pesetas. Todos los que yo decía, los fichaban.

¿Cuánto has mentido?

Nunca. ¿Mentiras a un club sobre un jugador? Nunca. ¿Mentí con Milosevic? Le trajimos del Aston Villa por 900 millones y era mucho dinero. Y se marchó al Parma por 4.500 millones. Un escándalo. Yo ponía sobre la mesa el nivel de jugador que era. Depende del tamaño del club y qué posibilidades tiene de fichar. Savo, por ejemplo, fue en 2000 máximo goleador de la Eurocopa. Lo primero que influye en una operación es que depende de la temporada que haya hecho el club vendedor. Si fue buena, la cotización del jugador es evidente. Y luego es clave conocer un poco el nivel del futbolista y dónde se puede adaptar o no. Yo pensaba eso. Otro ejemplo. Yo controlaba a Gudelj y Kodro para el Celta. Al final es el primero el que va a Vigo y el segundo a la Real Sociedad. Tener argumentos de representante es un poder. Si tú vas a vender que estás jodido...

"Lendoiro fue el presidente más duro a la hora de negociar. Le decía: 'Presi, eres tan pesado que puedes ligar con una monja'. Y Gaspart era un desastre, malo como un dolor de muelas, no decía la vedad"

ZORAN VEKIC

¿Cuántas 'motos' has vendido a la prensa?

Yo no me manejaba mucho con la prensa. Siempre me he llevado bien pero no iba a revelar nunca detalles. Los periodistas decían: 'Joder, este como no sabe muy bien español se hace el loco' (risas).

Si Lendoiro era un hueso negociando y Gaspart «malo como un dolor de muelas», ¿cómo es Florentino Pérez?

Alguna vez he negociado con él. Yo ya llevaba años en esto como para saber manejarme en ese tipo de escenarios. Mi experiencia con presidentes de este nivel es que primero hay que mirar, ver, ellos son los que dominan. Tienes que esperar tu momento para meter tu opción, no debes tener prisa. Florentino, como los presidentes de esa altura, te liquida en cinco minutos, ¿me entiendes? Hay que ser hábil, tu momento siempre llega.

¿Cuánto te perjudicó la irrupción de Jorge Mendes en el mercado de los agentes?

Yo dejaba a Jorge Mendes mi despacho para reunirse con el Real Madrid, cuando Mijatovic era director deportivo, con eso te digo todo. En las elecciones que ganó Calderón él estaba relacionado con la candidatura de Villar Mir. Tenían un cabreo... No pudo ir durante mucho tiempo al Bernabéu. Y puse mi despacho. Ahí ficharon a Pepe, que estaba en el Oporto. Y también pedimos información sobre Víctor Fernández, el entrenador que estaba también allí. Y poco a poco fue entrando en el negocio. Ya había cogido a un Cristiano muy niño, luego a Mourinho... Después él se arregló con el Madrid, vino Cristiano aunque ya tenía un preacuerdo con Calderón y una penalización, creo que de 30 millones, si finalmente no fichaba.

Pero no me has contestado.

Mendes es un tío muy hábil y fue agrandando su agenda de futbolistas. En esto de los agentes, como en todo, son épocas. Cuando uno se pone de moda... Pero luego él no hacía caso ni a la mitad. Hablaba sólo con los grandes. 'Me voy con Mendes', decían los jugadores. ¿Pero cuántas veces te ha llamado en seis meses? En nuestra época la clave eran las relaciones personales, transmitir confianza. Se van contigo si les transmites confianza. Hay que reconocer que Mendes montó una estructura muy buena. Si yo hubiera tenido eso... Bueno, pero yo ya estaba un poco quemado.

"Lo de los agentes son modas. Jorge Mendes es muy hábil, pero luego no hacía caso ni a la mitad de jugadores. Te vas con Mendes, pero ¿cuántas veces te ha llamado en seis meses?'"

ZORAN VEKIC

¿Por qué?

Esto es muy duro. Tuve unas temporadas largas con estrés. Tú no te puedes imaginar qué es esto. En cualquier momento te esperas cualquier cosa, en cualquier momento te espera una llamada de teléfono de una hermana, de alguien del entorno para pedir algo, 'y este mira lo que ha hecho'... El jugador, y yo era jugador, quiere todo. Es egoísta. Es complicado, este trabajo provoca ansiedad. Ahora estoy feliz, tranquilo, disfruto. Tengo una edad pero me gusta. Y no, no estoy retirado.

¿Tienes algún tesoro entre manos?

Colaboro con gente en Belgrado. Con Zoran Stojanovic, que le traje yo a Mallorca y luego lo llevé al Dépor. Ahora tiene 60 años. Pues él tiene buenos jugadores. Y hay uno en el Estrella Roja, súper galáctico.

Cómo sabes vender.

No, en serio. Tiene 17 años, Andrija Maksimovic. Lo lleva él, es top. Ya está con la selección. Es un talento importante. Acuérdate cuando esté en lo más alto. Al final lo importante no es llevar muchos jugadores, sino que tienen que ser buenos. Ese es el secreto en este oficio. Calidad más que cantidad.