CÁDIZ CF

Antonio Muñoz y la locura de ser presidente del Cádiz: "Casaron a un futbolista con una prostituta de Valladolid para que obtuviese la nacionalidad"

Casi treinta años ligado a la entidad, catorce como presidente, el empresario merece un lugar destacado en la historia de la entidad gaditana, por la que apostó cuando muchos miraron hacia otro lado.

Antonio Muñoz, acompañado del por entonces técnico del Cádiz, Víctor Espárrago. /La Voz de Cädiz
Antonio Muñoz, acompañado del por entonces técnico del Cádiz, Víctor Espárrago. La Voz de Cädiz
Manolo Nieto

Manolo Nieto

Cordobés de nacimiento, pero gaditano de adopción, Antonio Muñoz (Doña Mencía, 1945) es historia viva del Cádiz CF. El expresidente ha pasado por todas las fases que el conjunto amarillo ha podido atravesar, desde el fracaso más absoluto hasta la felicidad más extrema, como aquel ascenso en Chapín o el descenso esa misma temporada. Ha recibido elogios y críticas, como aquella del 'Vende y vete', que tanto daño le hizo a él y a su familia, pero con cintura encaja, comprendiendo lo que es el fútbol y que algunos, hoy día, no logran entender. Lo que es innegable es que fue uno de los primeros que movilizó al cadismo.

Tuvo ventas infructuosas, se le echó encara poca inversión ese año en Primera e incluso muchos le recriminaron una venta anticipada de Lucas Lobo, un jugador que su equipo de trabajo fichó en el mercado de invierno y que rápidamente se ganó el cariño de todos. Muñoz las ha vivido de todos los colores, como cuando le alquiló a la entidad unos bajos del estadio para que pudiera pagar la deuda con los jugadores y no descender. "Para pagar a la Liga la deuda que había con los jugadores y no descender, le pagué los diez años. Me acuerdo de que le di una letra fría a Unicaja", asegura. Todo lo repasa en una charla con Relevo donde recopila muchos capítulos de sus diferentes etapas en el club, y donde nos permite que le tuteemos porque "el hablar de usted nos hace más viejo".

Repasando un poco todo lo que has hecho, en cierto modo reactivaste al cadismo. ¿Lo ves así?

Sí, lo que pasa es que cuando nosotros cogimos el Cádiz, el club estaba prácticamente muerto, había dos peñas. Una peña, la peña Enrique Mateo, de Cádiz, y la peña Manuel Irigoyen, de Medina Sidonia. Esas eran las dos únicas peñas que había, y cuando yo dejé el Cádiz, la dejamos con treinta, no sé si era treinta y tres o treinta y cinco. Y entonces, y claro, la provincia no era cadista. Hoy la provincia es cadista. Ya te puedes imaginar lo que era Jerez, creamos afición en Jerez y se fundó entonces la peña en 1910. Y en San Fernando tampoco había peña. Y en San Fernando como mínimo hay una. Y en el Campo de Gibraltar no había peña, porque claro, allí estaba el Algeciras que estaba entonces en Segunda B, igual que nosotros

¿Debe ser un orgullo para usted?

Hombre, yo cuando veo ahora que todavía eso se mantiene, a mí me enorgullece.

Asumió riesgos y responsabilidades en momentos en los que nadie apostaba por el Cádiz.

Yo me alegro por todo lo que le pase al Cádiz pero cuando nosotros lo cogimos aquello era un solar. La Ciudad Deportiva no existía, lo que había eran unos terrenos, los del Rosal, que se iba allí a entrenar, pero sin tener ni vestuario. La verdad que aquello era un desastre. Y es verdad que, en teoría, se decía que el Rosal era propiedad del Cádiz, digo en teoría porque efectivamente el Rosal lo compró Irigoyen, pero lo compró y no se pagó ni una peseta, no se dio ni entrada. Y, luego, los plazos que se pusieron, pero nunca se pagaron. Y entonces, como hubo una fusión de la caja de ahorros de Jerez con la de Sevilla, entonces esa deuda pasó a la caja de ahorros de Sevilla, que pasó a ser acreedora del Cádiz. Pero no se pagó nunca nada. Y recuerdo que cuando ya entramos nosotros y queríamos hacer una ciudad deportiva, había unas subvenciones que daba la Junta de Andalucía para estas cosas y retomamos de nuevo el proyecto este de la Rosal.El caso es que se puedo conseguir subvenciones, pero la Junta de Andalucía pone una sola condición, que el terreno tiene que ser propiedad del club con escritura. Y entonces, cuando ya tenía el informe y todo, me dicen en el banco que el Cádiz no ha pagado ni una peseta.

"A la prostituta le tuvieron que dar un dinero y ese dinero el Cádiz no lo tenía"

Antonio Muñoz Expresidente del Cádiz

Por ser el Cádiz lo arreglamos, pero además me dicen otra cosa que estaba pendiente. Además de esta deuda hay otra deuda. Yo no sé si tú recuerdas, con Irigoyen, que el Cádiz fichó a un jugador del este, Darko Ljubojevic. Y entonces, la normativa que había en la federación decía que solo se podían tener dos fichas de extranjeros, y el Cádiz la tenía ya ocupada. Y ficharon a este jugador. El representante era Fernando Torcal, el representante del jugador. Y no lo podía inscribir. La única posibilidad que había para inscribirlo era que se casase con una española y ya tenía también nacionalidad española, se podía inscribir ya con doble nacionalidad. ¿Y tú sabes lo que hicieron? Lo casaron con una prostituta de Valladolid. Pero a la prostituta le tuvieron que dar un dinero y ese dinero el Cádiz no lo tenía. Y entonces, como no lo tenía, el Cádiz le hizo una letra a Fernando Torcal, en la caja San Fernando de Sevilla y le dieron el crédito al Cádiz. Pero cuando llegó el vencimiento de esa letra, Fernando Torcal se había muerto un mes antes. Le dio un infarto y se murió el hombre. Y, claro, el Cádiz llegó la letra y no la pagó. Como la caja de ahorros de Sevilla no la pudo cobrar ni a Fernando Torcal, que había muerto, ni al Cádiz, pues también se debía. Y a mí dicen que hay que meter en el importe que se debe lo de la letra esta. Y, claro, el Cádiz no tenía dinero. Entonces tuve que llamar a mi empresa y que me hicieran un talón por ese importe.

Y tuvo que pagar los terrenos y esa letra.

Pero sí es verdad que yo recuperé el dinero. Yo recuperé ese dinero con acciones. Cuando ascendimos a Segunda, la Liga nos obligó a hacer una ampliación de capital. Y en esa ampliación de capital, lo que yo pagué por todo esto de los terrenos y lo de futbolistas, se me dio en acciones, en compensación de deuda.

Vosotros heredasteis momentos duros.

Sí, efectivamente, efectivamente. Aquello fue un momento duro, durísimo, porque había unos cuantos, pero a la hora de responsabilizarse se empezaron a echar para atrás. Nos quedamos, creo que fue Manolo García y yo, que teníamos que alternar la presidencia. Y entonces, la inicié yo, y luego fue cuando le tocó a Manolo García, pero dimitió. Tuve que hacerme yo también cargo.

Aquello fue una época donde se encerraron jugadores, técnicos, trabajadores…

La primera huelga, yo recuerdo una portada del Diario de Cádiz que decía que Muñoz salvo el Cádiz, pero yo no estaba en el Cádiz. Aquello fue porque el día 30 de junio había que hacer pagos a los jugadores, si el 30 de junio no se pagaban entonces el Cádiz descendía. Yo tenía lo de Intercádiz, y ya habíamos empezado también a abrir algunos nuevos Supersol. Se salvó la situación porque yo le arrendé al Cádiz el único local que era propiedad suya. Bueno, que era propiedad del ayuntamiento, pero tenía una concesión a 50 años. Cuando Jesús Gil compró el paquete mayoritario al ayuntamiento, le sacó que esos bajos, y el tiempo que durase la concesión, eran del Cádiz, y entonces se los arrendé yo al Cádiz. Para pagar a la Liga la deuda que había con los jugadores y no descender, le pagué los diez años. Me acuerdo que le di una letra fría a Unicaja, se lo expliqué y me dijo, venga, trae una letra fría y mañana se lo abonamos y le damos al Cádiz el dinero.

¿Cómo recuerda todo el tema de las ventas? Hubo siempre mucha polémica.

Cuando ya al Cádiz lo teníamos prácticamente saneado, porque yo tuve que ir a Madrid a hablar con los de la Seguridad Social para aplazar las deudas y con Hacienda para aplazar las deudas, cuando ya llegó el último año, pagamos a Hacienda y a la Seguridad Social de una tacada todo lo que quedaba. Y fue cuando le vendimos a Antonio Asensio. Yo le compré a Jesús Gil y Enrique Cerezo, y después le vendí a Antonio Asensio, cuando ya lo teníamos saneado. Tampoco hicieron buena gestión, estuvo el Cádiz a punto de bajar a Tercera, y entonces se lo volví yo a comprar a Antonio Asensio. Había una deuda muy grande y entonces se hizo lo de las acciones, se las compramos a coste cero, solamente que no teníamos que sacarlo de la deuda. Claro, me decían algunos, tenéis suerte porque habéis comprado muy barato, muy barato. ¿Barato? Lo compré carísimo, ¿quién pagaba la deuda que era grandísima? Y para poder afrontar esa deuda, en lugar de quedarme yo con ella, lo que hice fue ofrecerla a todo aficionado que quisiera comprar una acción a valor nominal de 30.05 para ayudar al Cádiz. Y se podía comprar en unos cuantos bares, supermercados, en las entidades financieras, en los bancos y así hicimos una buena recaudación. Aquello fue también el primer movimiento que hizo que la afición despertase. La afición del Cádiz estaba dormida y aquello la despertó porque muchísima gente compró una acción, dos acciones, cinco acciones, dependiendo de cada uno.

"Todo aficionado que quisiera comprar entonces acciones en unos cuantos bares, supermercados, en las entidades financieras, en los bancos..."

Antonio Muñoz Expresidente del Cádiz

En lo deportivo, supongo que ese ascenso con Espárrago a Primera división fue lo más bonito.

Sí, el otro día me mandaron un vídeo del ascenso de Chapín. Aquello fue espectacular, eso fue espectacular. Ascender en Jerez, en Chapín. Cuando se terminó el partido tardamos en salir porque la policía no nos dejó por temas de seguridad, paramos a comer en el Puerto de Santa María. Pues desde que entramos a Cádiz, no te puedes imaginar la masa de gente. Horroroso aquello.

Antonio Muñoz, bajando del autobús del Cádiz.  Relevo
Antonio Muñoz, bajando del autobús del Cádiz. Relevo

Se le ha recriminado que no invirtiera aquel año para mantener al equipo.

Vamos a ver, yo te explico lo que pasa. Nosotros, con Espárrago se tenía la plantilla que se tenía, estaba muy contento con ella, los jugadores entregados. Muy identificada con la afición... Y le pregunté que qué necesidad había. Me llamó, porque ascendimos en junio y se fue él de vacaciones a Uruguay. Y estando en Uruguay, en el mes de julio, me llama y me dice: 'Presi, un amigo mío, que es agente de fútbol, me ha hablado de un jugador que hay aquí, que es muy bueno, un delantero, que si lo fichamos nos garantizaba la permanencia, porque me dicen que nos garantiza unos catorce, doce o catorce goles, y eso es mantener a la categoría'. Y entonces lo fichamos. Este fue Cacique Medina, lo que pasa es que no tuvo suerte. Aquello fue un fracaso. En el mercado de invierno, mandamos a Alberto Benito a Argentina, porque nos habían hablado muy bien de un jugador. Desde allí me llamó y me dice, mira, ese jugador que hemos venido a ver es bueno, pero hay uno que es mejor, y por ese habría que hacer un esfuerzo, que me ha encantado, y ficharlo. Era Lucas Lobo. Yo cuando me han dicho que tenía que reforzar el equipo siempre he buscado el dinero para fichar.

Fue una temporada un tanto rara.

Pienso que pudo ser porque el entrenador tenía algunos problemas personales y se desconcentró. Después de perder con el Sevilla, quedé con el entrenador en el bar Helio, en la plaza Helio, para tomar café y ahí puso su cargo a mi disposición. Y ahí quizás yo me equivoqué. Yo le tenía que haber aceptado su dimisión. Pero yo, en ese momento, pensé que este hombre tenía problemas y lo que necesitaba era ayuda. Con la edad que ya tenía y después de haber ascendido al Cádiz a Primera, cuando nadie se lo esperaba… Le dije: 'Usted tiene que continuar'. Que a lo mejor yo, deportivamente, tenía que haber aceptado la dimisión, posiblemente, pero eso a toro pasado... Yo en aquel momento lo único que pensé era que a esa persona no la podíamos abandonar. Y es verdad, que el equipo fue a menos porque ya el entrenador, posiblemente, no motivaba a los jugadores.

Cómo recuerda todo el tema lo relacionado con Pina, los italianos y demás.

Con Quique Pina no fue una venta, fue un acuerdo, porque yo hice amistad con Quique Pina cuando tenía el Ciudad de Murcia y de vernos en La Liga y demás, y un día hablando con él llegamos a un acuerdo de que se hiciese cargo de la gestión deportiva con una opción de compra al final de temporada, si le interesaba. Como no se ascendió, entonces no se llevó a efecto esa opción que tenía de comprar las acciones. Y fue cuando se presentaron los italianos. Es más, yo llamé ese día, antes de firmar, a Quique, estaba con Juan Carlos Cordero, y le digo: 'Mira, que tengo una oferta de estos y le tengo que dar respuesta, que tienen mucha prisa, porque dicen que si llegamos a un acuerdo ellos tienen que planificar la temporada que viene, en el mes de julio, y entonces esto hay que hacerlo rápido'. Y le dije las cantidades y todo, y él no se creía que me diesen las cantidades que eran, me decía que era imposible eso.

Y ese fue el motivo por el cual le vendí a los italianos y Quique se queda fuera. Y después, como los italianos me pagaron una parte, y la segunda, que eran de 850.000, me pagaron 400.000, y los 450.000 quedaron pendientes de pago, que se pagaban al año y no lo pagaron. Y Quique Pina y Del Nido estuvieron, a través de otras personas, llamándome todo el verano para reunirse conmigo y comprarme las acciones. Y cuando ya se confirmó que efectivamente no me pagaban, entonces me reuní con Pina y con Del Nido y, por primera vez, no sé si la primera reunión o la segunda, estuvo ya también Vizcaíno. Y llegamos a un acuerdo para la venta, además por el mismo importe, yo no quería hacer negocio. Como te he dicho antes, a mí me debían 450.000 euros, pero ellos no querían pagar todo al contado, necesitaban a plazos. Y entonces me hicieron una oferta por algo más de 450.000 euros, una entrada muy pequeña y luego después en pagarés, que costó un trabajito que luego pagasen, pero llegamos a ese acuerdo y se lo cumplí.

Aquello de 'vende y vete', a usted le tuvo que doler mucho, ¿no?

Pero mira, el fútbol no tiene memoria. Si el balón entra, eres Dios. Si el balón no entra, tú tienes la culpa de que no entre. Y, cuando se da esa circunstancia, hay mucha gente en la cloaca que sale. Los mayores destructores que yo tuve en aquel momento eran gente muy relacionada con el Cádiz, o que habían estado en la directiva o que tenían mucho acceso a Irigoyen y todo eso, pero que tenían que estar calladitos porque las cosas iban muy bien, porque la afición estaba respondiendo. Yo siempre digo que el éxito de todo esto fue que tanto la afición, los estamentos públicos, los medios de comunicación y la comunicación del Cádiz era una piña. Y esa unión de todos remando hacia la misma dirección fue lo que originó el éxito.

Con el tema del estadio también hubo algún jaleo.

Primero se dijo que se iba a hacer nada más que fondo sur. Pero después hicieron a la vez fondo sur y preferencia y al Cádiz le quitó mucho aforo y entonces le dije que tenían que compensarlo, y se hizo una valoración y se fijó la cantidad. Creo que eran cerca de dos millones de euros. Y ya cuando la preferencia y fondo sur estaban terminados prácticamente, voy un día con un miembro del ayuntamiento a dar una vuelta a la obra y desde la tribuna, le digo a esa persona del ayuntamiento: '¿Y el videomarcador?' Y se queda así parado y dice: 'Joder, ¿se nos ha olvidado? Eso no está dentro del presupuesto'. Y me dice: 'Busca tú a alguien que lo financie'. Y entonces llamé yo a Jiménez Barrios de la Junta de Andalucía. Y me echa un cable. Se lo digo al ayuntamiento, antes de dar el visto bueno, que ya tengo a uno que se hace cargo del pago. Le dije que Manolo Jiménez Barrio, de la Junta de Andalucía, y no me ponen ninguna pega. Y cuando el videomarcador ya lo van a entregar, cuando ya está el camión, que pedimos los permisos y nos lo dieron, cuando ya han descargado del camión el videomarcador, me llaman diciendo que se había presentado el ayuntamiento y que el videomarcador no se ponía. Hay un lío y entonces me dijeron que se pusiera cuando pasaran las elecciones, porque había elecciones inmediatas. Y yo digo, vamos a ver dos cosas. Yo no soy político y yo no voy a gastar esa faena a una persona que he acudido a ella, y ahora decirle que tiene que esperar a que pasen las elecciones. No, no, de eso nada. Y por ahí tuvimos una trifurca enorme. Que eso lo denunciamos, y después tuvieron la autorización, aquella decisión de no ponerlo y la ganamos. Pero ya no se puso porque yo ya no estaba.

Digamos que el club con todo aquello entró en una modernización.

Pusimos los cimientos, crear una estructura con una muy buena cimentación para que los que vengan detrás puedan seguir construyendo.

Y tú que eres experto en momentos de crisis, en momentos malos, de recorrer al Cádiz y reflotarlo, ¿cómo lo ves ahora?

Yo, mira, eso... Es que yo no estoy... Yo sigo al equipo, no puedo ver los partidos porque me lo tiene prohibido el médico. Me sube mucho la tensión. Sufro mucho viendo un partido y entonces... Hay unas personas al frente de la gestión que ellos sabrán lo que están haciendo. Yo no voy a dar una opinión sobre algo que desconozco. Yo no voy a hacer lo mismo que hicieron conmigo, que cuando el equipo estaba en declive, se me salieron todos los enemigos. Yo no quiero ser enemigo de nadie. Y entonces, lo que yo en ese aspecto piense, me lo reservo, pero no voy a hacerlo porque me puedo equivocar. Yo no sé cuál es el objetivo que tiene marcado este Consejo de Administración. No lo sé. Entonces, no puedo opinar. No puedo, no debo de opinar.