Corresponsal de The Guardian en Catar... y fan del Real Oviedo: la historia de amor carbayón de Sid Lowe
El periodista británico se enamoró del conjunto azul en su Erasmus, fue uno de sus salvadores y este sábado verá el derbi desde el escenario de la final del Mundial.

El ritmo frenético del gran evento del fútbol mundial se toma una ligera pausa entre fases. Es el momento perfecto para charlar con Sid Lowe (Londres, 1976). Por muy repleta que esté su agenda, siempre hay un hueco para el Real Oviedo. La historia de amor entre este corresponsal del prestigioso diario The Guardian en Catar y el equipo carbayón viene de atrás. Lowe acudió a su primer derbi asturiano en silla de ruedas, pasó de Erasmus a salvador del club y ha transmitido la pasión a su hijo. Ahora le preocupan dos cosas: la final de este domingo entre Argentina y Francia y la manera de escaparse para ver el duelo ante el Sporting del sábado.
La conversación llega durante un partido amistoso del Al-Sadd. Aunque se detengan los duelos entre selecciones, la atracción por la pelota de este periodista británico de corazón azul jamás se apaga. Tal vez haber nacido en el mismo hospital que Laurie Cunningham, exjugador del Real Madrid, resultase todo un aviso de que su vida iba a estar ligada al fútbol. Al otro lado de la línea telefónica se entremezclan la llamada a la oración y la celebración de un gol. Su seña de identidad queda clara desde el primer saludo: "Ahora mismo estoy viendo jugar a un oviedista, Santi Cazorla, y también anda por aquí Juanma Lillo".
Ya avisa su perfil de Twitter de que lo habitual es pillarlo en un partido. Además del tramo final del Mundial, se vislumbra otro encuentro trascendental: el derbi asturiano. "No sé si voy a poder seguirlo. Antes de que España se quedara fuera, como había mucho sportinguista en el staff de Luis Enrique, le dije a la gente de la Federación que el partido era el día antes de la final; había que fletar un chárter y volver después a Doha. Ese plan ya no me vale", confiesa con humor.
¿Qué nombre lleva el primer Abono Simpatizante? ¡Gracias, @sidlowe! 👏💙😉#3añosconCarso#OrgullososdeVosotros pic.twitter.com/CmOhC4BJiv
— Real Oviedo (@RealOviedo) November 17, 2015
Sin embargo, más allá de soluciones estrambóticas, piensa ponerse manos a la obra para no perderse una cita tan importante: "Si me quedo hasta la final en Catar, tendré que buscar alguna manera de poder verlo". El Real Oviedo-Real Sporting es la próxima cita de un sentimiento que arrancó como estudiante hace más de 20 años. "Hice el Erasmus y, como futbolero que soy, quería tener un equipo. Me hice del Oviedo hasta el punto de ver todos los partidos".
La pasión le caló hasta la médula: "Me enganché totalmente". Pasó de seguidor a incondicional. "Me rompí el tobillo jugando al fútbol en un equipo de Regional y fui al derbi de Asturias en 1997 en silla de ruedas", cuenta.
De aquellos momentos colecciona una buena lista de jugadores que le marcaron. "En esa época, aunque ahora no se suela reconocer, Oli era de lo mejor. Marcó bastantes goles, llegó a irse al Betis y jugó en la Selección", comienza el repaso a sus destacados. Además del ariete asturiano, resalta otro par: "Dubovsky y Abel Xavier eran los que más me gustaban, sin duda. Dubo porque era maravilloso y Abel por su locura".
Sid Lowe recuerda a los que le hicieron disfrutar sobre el césped. En la capital del Principado le recuerdan a él como la persona que, en 2012, contribuyó de manera decisiva a que un Oviedo agonizante siguiera vivo: "A los consejeros de la directiva de aquel momento los había conocido antes, me provocaban una sensación de seguridad absoluta, de afecto y cariño real por el club, de un amor muy oviedista. Vimos que la única y última posibilidad de salvar al club era la ampliación de capital". Todo empezó con un tuit.
The club that gave the Premier League Cazorla, Michu and Mata is under threat of going out of business. PLEASE buy shares. #sosrealoviedo
— Sid Lowe (@sidlowe) November 1, 2012
Su popularidad y prestigio profesional le sirvieron para enviar un #SOSRealOviedo a través de las redes sociales: "Yo iba hablando con alguno de los consejeros para ver si podía ayudar en algo. Ni pensaba ni creía que podía tener tanto impacto". Eso que algunos llaman la 'magia del pajarito azul' hizo el resto: "Me pidieron que le diera un poco de bombo en redes... y resulta que la gente se enganchó".
Según él mismo relata, hubo un par de factores clave. El primero, que se vio como algo posible: "Era tangible porque se tenía que llegar a dos millones de euros, no era una exageración, y a diez euros la acción era factible que la gente comprara. Ahí arrancó todo. Cuando ves que la gente empieza a entrar, comienzas a subir la intensidad".
El segundo punto decisivo residió en El Requexón, la factoría de jóvenes talentos: "En aquel momento no había cantera en la Premier mejor que la del Oviedo". Y aclara: "No creo que hubieses tres canteranos de un mismo club en la liga inglesa que tuviesen ese nivel. Fue un año en el que Juan Mata y Santi Cazorla fueron de los ocho o nueve mejores jugadores y Michu, que acababa de llegar, estaba siendo una revelación absoluta. Tenían mucho alcance".
Enorme @sidlowe, pregonero de #SanMateo2017 🔝💙 #RealOviedo pic.twitter.com/BV2hCFhImq
— Real Oviedo (@RealOviedo) September 15, 2017
Su llamada internacional de auxilio obtuvo respuesta. "Hay gente futbolera que sabe que, aunque no sea su equipo, puede aportar y cambiar el destino de un club. A mí me provoca una sensación de gratitud enorme", expresa con satisfacción mientras reconstruye aquellos días. Un placer personal que diez años después le sigue dejando una sensación única: "Que gente de hasta 60 países diferentes comprase acciones del Oviedo me dice que en el mundo hay buena gente, así de claro".
Su labor fue reconocida hasta el punto de convertirle en pregonero de las fiestas de San Mateo. Esa pasión por la ciudad se reflejó en el nombre de su hijo: Charlie Mateo. El amor por el equipo también se transmitió: "Mi hijo es más oviedista que yo. El chaval está loco". El cariño familiar va mucho más allá de los resultados: "Sabe que el Oviedo no es el mejor club del mundo, pero para él lo es".

Sid se enganchó en el pasado y lo sigue en el presente, allá donde esté. "Me cuesta mucho entender el mal inicio de esta temporada", subraya al preguntarle por la campaña actual. No obstante, más allá de la derrota en la última jornada en casa del líder Eibar, el rumbo se ha enderezado: "Esa solidez que esperábamos está ahí. Fueron varios partidos sin perder e incluso el empate con Las Palmas fue un buen resultado".
Considera clave la simbiosis entre la grada del Tartiere y la personalidad de Álvaro Cervera: "Su discurso de lucha casa muy bien con la afición. Lo teníamos un poco con Anquela cuando se hablaba de él como un paisano, esa sensación de gente de la tierra".
Ahora lo tiene más complicado, pero siempre intentó apañárselas para estar cerca de su equipo pese a la distancia: "Por mi trabajo, me tocaba ir a los partidos del Real Madrid, como sigue siendo el caso, y no podía ir a los del Oviedo. Pero tuve la suerte, entre comillas, de que un año en Segunda B estuvimos en el grupo de los madrileños y pude ir a verlo mucho: contra el Getafe, el Leganés, el Alcalá, el Toledo...".
"No sé si me gustaría hacer las crónicas del Oviedo en Primera..."
Periodista y seguidor del Real OviedoEl regreso oviedista a la élite sería un sueño cumplido para Sid. Bueno, en parte. Como aficionado, por supuesto: "Me haría muchísima ilusión que el Oviedo estuviese en Primera". Como periodista, le pondría entre la espada y la pared: "No sé si me gustaría tanto hacer las crónicas del Oviedo". La despedida llega con una sonrisa: "Ahí sí que voy a ser un periodista de bufanda y eso es problemático". De una u otra manera, en un rincón de Doha habrá un corresponsal de The Guardian pendiente del derbi.