SPORTING 3 - MIRANDÉS 1

Garitano resucita al Sporting y el Mirandés se lleva un golpe de realidad con el ascenso directo

Un doblete de Gelabert deja a los de Gijón en una gran posición para salvarse. Los de Lisci, tocados, se alejan de las dos primeras plazas.

Gelabert celebra su gol al Mirandés. LALIGA
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Hace dos o tres jornadas, el escenario parecía claro. El Mirandés iba volando, siempre codeándose con el ascenso directo y lanzado a pelear hasta la última cita el puesto en Primera División. Por debajo, un histórico como el Sporting de Gijón iba cuesta abajo y sin frenos y su descenso de categoría era ya una probabilidad más que real pese a no haber empezado tan mal el año. Así es el fútbol en LaLiga Hypermotion, donde todo puede cambiar en cuestión de dos fines de semana. Ahora, en el duelo directo, el Sporting se ha impuesto por tres goles a uno al Mirandés, saltando por los aires la clasificación.

El partido fue trabado, como no podía ser de otra manera. En fases intempestivas, el mejor recurso posible es jugar a que pase poco y a sacar resultados. El método Asier Garitano, que ha llegado a Gijón a conseguir la permanencia, por lo civil o por lo criminal. Bajo la ley de la paciencia, acabó llegando el primer tanto en una acción que no parecía ir a ninguna parte. Un centro de Cote desde el costado izquierdo se fue envenenando sin que nadie lo tocara y Sergio Postigo lo metió sin querer en su propia portería. Ya es mala suerte, si bien dio la sensación de que podía haber estado algo más espabilado.

El resultado, en realidad, hacía justicia porque pese al interés en la tranquilidad, el Sporting supo trenzar bien en campo rival y Raúl Fernández les gritó "no" en varias ocasiones. Tras el tanto, el Mirandés trató de reaccionar, pidió un penalti inconsistente y también dio tarea a Yáñez, que hizo una gran parada a remate de Panichelli.

Si Alessio Lisci inyectó de moral a los suyos, al menos no se notó demasiado. Nada más arrancar el segundo tiempo, Gelabert arrancó la moto y conectó un zapatazo monumental a la escuadra de Raúl Fernández. Un misil imparable y un gol psicológico para darle por fin una alegría a El Molinón. El estadio ha vuelto a la carga, tras una época oscura de pitos y protestas. Saben que el equipo los necesita y el cambio de rumbo en el banquillo es un buen aliento para subir ese ánimo. Lleno a reventar, el campo vuelve a demostrar una vez más que esté donde esté el equipo, el espíritu de su hinchada es de Primera División.

Tras el segundo tanto de los locales, el Mirandés lo intentó con entusiasmo, pero absolutamente bloqueado por el muro sportinguista y el peso psicológico de necesitar los puntos para subir y encontrarse con un 2-0 en contra. Mientras, El Molinón veneró a Cote. Todo el público en pie para despedirle tras una brillante actuación. Los de Lisci estaban cediendo, sí, aunque en sus botas hay fútbol de un equipo aspirante a la élite. Que no es poca cosa.

Butzke obligó a Rubén Yáñez a hacer una parada mayúscula y Lachuer, en boca de gol, solo pudo chocar contra el palo. El alivio de El Molinón duró poco. A la siguiente acción Reina disparó desde fuera del área tras una gran jugada colectiva. Por encima del larguero. Y el triplete: cabalgó Iker Benito hasta que chocó con Dubasin, el pulmón del Sporting. Para triplete, el de goles. En una contra letal, Otero le regala el gol a Gelabert para una victoria que cambia temporadas. Le dio tiempo al Mirandés de marcar el de la honra. Se lo apuntó Iker Benito.

Fueron los últimos coletazos que pusieron en jaque un resultado que el Sporting mereció. Un resultado con grandes consecuencias. El equipo de Garitano acaricia ya la salvación, quién se lo diría. A falta de la disputa de la jornada 36, ya tiene cinco equipos en zona de salvación por debajo, imposibilita que el Tenerife (a 15 puntos le adelante) y goza de una renta de ocho puntos con el Eldense. Visto lo visto, no hay que descartar escenario alguno, pero con solo seis jornadas por delante, el salto es gigantesco.

Más se le complica la cosa al Mirandés y, sobre todo, se le allana al Elche. Los de Lisci se quedan con 59 puntos y al final de esta jornada podrían ser incluso igualados por el Almería, ahora en séptima posición. Tres derrotas y un empate en las últimas cuatro jornadas son un golpe monumental a sus improvisadas aspiraciones. El Oviedo y el Huesca también tocan su puerta por detrás. Ahora bien, el ascenso directo sí que tiene color gris. Los tres por delante aún tienen el encuentro de esta cita pendiente, mal augurio. Y el Mirandés tiene cuatro puntos de desventaja con respecto a la segunda plaza, quedando solo seis encuentros. ¡Y siete puntos para con el Elche! Ojo con Sarabia y los suyos, cada vez más destacados.