ASCENSO A PRIMERA | OVIEDO - ESPANYOL

El infernal recibimiento al bus del Oviedo desde dentro en la previa del "partido del siglo": "Volveremos"

La afición carbayona enloquece en la previa del partido ante el Espanyol de ida del playoff de ascenso a Primera.

Aficionados del Oviedo, en el recibimiento a su equipo. /EFE
Aficionados del Oviedo, en el recibimiento a su equipo. EFE
Marc Mosull

Marc Mosull

La ciudad de Oviedo está absolutamente volcada con su equipo, que puede regresar a Primera División 23 años después. Amaneció teñida de azul en uno de los días más importantes de su historia, pues puede lograr el ascenso a la élite del fútbol nacional. La última vez que lo consiguió fue en 1988; en la capital del Principado comparan la euforia actual con la vivida hace más de 35 años. No es para menos.

Miles de personas ya se concentraron en los aledaños de la plaza Pedro Miñor desde el mediodía; muchos aficionados carbayones decidieron empalmar la comida con el partido, así que quedaron para almorzar en los restaurantes que hay cerca del Tartiere, a la espera del recibimiento al autobús del equipo, previsto para algo antes de las cinco de la tarde. Ya contamos ayer que se generó cierta polémica entre los seguidores asturianos por el vallado de la policía en las calles por las que debía circular el bus.

Afortunadamente, no se registraron incidentes durante el trayecto del autobús, que apareció por la plaza de Pedro Miñor a eso de las 16:45. Pese al vallado, el recibimiento fue una locura, igual que lo fue en el anterior partido ante el Eibar. Bengalas y botes de humo de color azul y blanco nublaron el cielo de Oviedo durante unos minutos, los que tardó en pasar el vehículo que transportaba a los jugadores hasta el Tartiere. Muchos de los futbolistas, emocionados, golpeaban desde dentro el cristal del bus mientras, desde el asfalto, se desgañitaban los aficionados para animar a sus ídolos.

El ambiente en los aledaños del campo fue espectacular también antes y después de la llegada del autobús, con miles de aficionados reunidos en Pedro Miñor, punto de encuentro para los partidos que disputa el conjunto carbayón en su estadio. Petardos, cánticos y mucha ilusión entre los seguidores ovetenses en los minutos previos del "partido del siglo", como muchos de ellos lo han denominado. El "Volveremos", himno oficioso del club, compuesto por Melendi, retumbó como himno de guerra en la calle Facetos y las más cercanas.

Los pericos, también presentes

Tampoco fallaron los aficionados del Espanyol, mucho de los cuales llegaron a primera hora de la mañana procedente de Barcelona, y en autocar. Algunos de ellos salieron a las doce de la noche de Cataluña y pasaron la noche en el vehículo. Entre ida y vuelta, 20 horas de autobús en 29 de viaje. A su llegada, llenaron bares y restaurante de Oviedo, haciéndose notar con sus cánticos y sus pancartas, cerca de la estación de tren de la capital.

En una de sus pancartas, mismo lema que en el oviedismo: 'Volveremos'. El objetivo es el mismo, pero solo uno lo logrará.