El milagro de Ipurua conecta al Espanyol con el Manchester United y con Nadal: "Hubo lágrimas, hay mucho sentimiento"

Corría el minuto 96 de partido y el Espanyol no era capaz de generar una ocasión de gol en Ipurua. Perdía 2-1 ante el Eibar, que se le escapaba en la clasificación y lo alejaba de la zona de ascenso. El cargo de Luis Miguel Ramis, en el alambre desde hace semanas, volvió a ponerse encima de la mesa, mientras que de nuevo los blanquiazules se iban a estrellar fuera de casa y a confirmar que regresar a Primera estaba siendo un parto autodestructivo para su hinchada, sus dirigentes y sus jugadores, señalados cada jornada, ya sea desde la grada o desde la sala de prensa. Pero todo cambió en tres minutos. El milagro de Ipurua acabó con todos los jugadores celebrando el 2-3 de Lazo en el 99' que les daba los tres puntos y los metía en ascenso directo.

"Lo he vivido con mucha emoción. Ha habido alguna lágrima porque hay bastante sentimiento en el día a día. Además, se suman cosas personales y profesionales", explicó después un emocionado Ramis. "Esta gente se lo merece, los kilómetros que hacen... Es increíble", decía el capitán Sergi Gómez. Curiosamente, los dos goles los anotaron dos jugadores nacidos en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, porque el Espanyol tiene algo de guasa y de curiosidad, un caso único. Salvi Sánchez marcó el 2-2 tras un centro que se le envenenó a Luca Zidane y Lazo, en un cúmulo de despropósitos defensivos del Eibar, hizo el 2-3 a centro de Gastón Vallés, un gigante uruguayo que llegó en enero para el filial y el sábado salió para rematar y acabó siendo decisivo centrando. Cosas del Espanyol. "Hemos creía con el 2-0, es el mayor mérito", dijo Salvi Sánchez tras el encuentro.

El partido ya es para la historia de la Liga, pues nunca antes un equipo había sido capaz de ganar un partido que iba perdiendo en el minuto 97. Una situación que ha rescatado en las redes sociales otros momentos de remontadas épicas, como la que se vivió en el Camp Nou en la final de la Champions de 1999 entre el Bayern de Munich y el Manchester United. Los alemanes, que se adelantaron por medio de Basler en el minuto 6, vieron como en dos minutos los ingleses le dieron la vuelta al encuentro.

La entrada de Solskjaer lo cambió todo. Cuando el tiempo añadido era menor al actual, Sheringham anotó el 1-1 de córner en el minutos 91 y, justo dos minutos después, el jugador noruego que revolucionó el tramo final anotaba el 1-2. Los alemanas lloraron desconsolados y la Champions se le fue de las manos cuando ya nadie creía en ello.

Otra de las imágenes que vino al recuerdo de los aficionados pericos, muchos de ellos en la grada de Ipurua y llorando, es el encuentro del Open de Australia entre Daniil Medvedev y Rafa Nadal en la edición de 2023, cuando el ruso ganaba al dos setas a cero y 2-3 con 0-40 a su favor en el tercero. El final de la historia ya es conocido, cuando el big data solo le daba un 4% de opciones de ganar el encuentro.

Lo curioso es que no es la primera vez que el Espanyol vive un momento así esta campaña, obviamente no tan intenso. Hace tres semanas, precisamente, los blanquiazules ganaron en el minuto 99 al Levante después de un acción final marcada por un supuesto error arbitral. Los granotas reclamaron un penalti un minuto antes, por mano de Keita Balde, pero el colegiado consideró que no lo fue y en la siguiente acción sí señaló uno a favor del Espanyol que transformó Martin Braithwaite.

"Ha sido una locura; gracias a Dios lo hemos traído a casa. Hemos creído, lo hemos podido hacer. Lo hemos luchado, porque el equipo cree, está muy unido, lo hacemos por nosotros, por la afición y por la gente del club", explicó Keita Balde después del encuentro, aún emocionado por un día que el Espanyol nunca olvidará, que forma parte ya de la historia de la Liga y que podría suponer un punto de inflexión en la lucha por el ascenso directo.