La obsesión por el fútbol del nuevo entrenador del Andorra: se olvidó de las uvas en fin de año mientras analizaba rivales
Los que conocen a Ferran Costa lo definen como un "enfermo" del fútbol y un "lobo" por su ambición de querer llegar a ser profesional.

Si la llegada de Eder Sarabia al Andorra propiedad de Gerard Piqué en 2021 fue mediática e impactante, la de Ferran Costa no se queda corta. Un entrenador de apenas 29 años que nunca ha tocado el fútbol profesional da el salto a Segunda División y es el encargado de intentar salvar al equipo de un descenso cada vez más amenzante. Más allá de sus características, Piqué ficha a un "enfermo del fútbol" que, desde que tocó un banquillo, se obsesionó con vivir de esto.
Nacido en Castelldefels, Costa empezó a entrenar con 16 años en las categorías inferiores de su localidad. Después dio el salto al Marianao Poblet, donde estuvo tres temporadas en su competitivo fútbol base, recorriendo esa mezcla de barro y talento por el Baix Llobregat. Justo antes pasó por la Damm hasta que le echaron y llegó a Manresa, donde enraizó. Y mostró su personalidad y sus ambiciones. "Hay una cosa muy importante en la vida: la capacidad de adaptación", explicó el técnico en una entrevista en profundidad en Regió 7 , cuando este verano se despidió de un equipo con el que logró el histórico ascenso a Segunda RFEF.
"Es un enfermo, sus 24 horas del día giran sobre el fútbol. Está obsesionado, pero en el buen sentido. Su objetivo era ser profesional, y lo va a conseguir por su modus operandi. Cuidaba los detalles, controlaba a los ejecutivos. Es un killer, un lobo, el jefe", explica una de las personas que lo conoce de esa etapa tan exitosa y en la que dejó huella. "Dirigir un equipo de la Primera División debe ser el objetivo de todo entrenador", deslizó en aquel momento Costa, convencido de sus capacidades.
🆕 @ferrancosta1, 𝐓𝐑𝐈𝐂𝐎𝐋𝐎𝐑!
— FC Andorra (@fcandorra) March 31, 2024
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Las rodajas de plátano para celebrar el Año Nuevo por un descuido
Para entender el nivel de control de todos los detalles de Costa, el propio entrenador se encargó de explicar una anécdota que le ocurrió en la Nochevieja de 2022. Muy ilustrativa y divertida. "El sábado 31 de diciembre me encerré en casa delante del ordenador para analizar el juego de algunos de nuestros rivales y me olvidé de comprar el racimo de uvas. En las campanadas, tuve que cortar 12 rodajas de plátano para seguir la tradición", detalló en Regió 7. "No tenemos dudas de que tarde o temprano llegaría a la elite. Genera estrés. Pero al final, todo lo que pone en la paella, es para que esté buena", dicen desde Manresa.
Acostumbrado a los escasos salarios del fútbol territorial (llegó a trabajar en sus ratos libres como comercial de Opel en Manresa), su vida ha sido el fútbol. Daba igual el sueldo. "Era la chispa, el motor del club", explican desde el CE Manresa, quienes detallan la obsesión de Costa: desde los mensajes en las redes sociales hasta los comunicados, pasando por otras faenas que le atañían, al ser director deportivo también. "Es tan exigente que no todos pueden seguirle el ritmo. Hacía todo para ganar el fin de semana", apuntan otras fuentes.
Las grandes temporadas en el Manresa le llevaron a tener un acuerdo con el Espanyol para entrenar a su filial, también en Segunda RFEF, este mismo verano, pero la llegada de Fran Garagarza a la dirección deportiva cortó el acuerdo de raíz. Tuvo que esperar hasta que apareció en su camino el Badalona Futur, antiguo Llagostera, donde ha cursado una temporada sensacional en la que los del barcelonés, que se entrenan en Llinars del Vallés y juegan en Vic al no disponer de instalaciones propias, están cerca de ganar el título.
Un estilo «camaleónico» y una ambición sin límites
"En el Juvenil de División de Honor era un técnico muy defensivo, que jugaba a la contra, porque el equipo era inferior técnicamente. Pero luego ya en el primer equipo fue propositivo. Tenía más presupuesto. Pero era camaleónico. Era un gran entrenador entre semana y era capaz de mover los partidos, los cambios le funcionaban", relatan desde Manresa.
Los que han trabajado con él y compartido mesa y mental lo sitúan más en la órbita de entrenadores que priorizan el orden defensivo como Emery, Marcelino o Benítez. "Es especialmente bueno en defensa. Sus equipos siempre eran muy ordenados. Tiene muy claro los principios defensivos de bloque, línea, presión alta...".
Su personalidad, ambiciosa y con determinación, también dejó algunas opiniones contrarias en las que se limitan a "un buen entrenador, pero...". "Te exige mucho, va a toda mecha", añaden. "Es una persona peculiar, él sabe que es bueno, y eso le hace ser algo altivo a veces para alguna gente", comentó.
El despacho profesional en Castelldefels y las noches de insomnio
El afán por ser entrenador de elite hizo tener otro tipo de colaboraciones, como por ejemplo la de ser en analista de Pumas, de México, junto a Paco Palencia, en 2019. "Hacía unos informes sensacionales, de locos, nos ponía demasiado información: alineación, formación habitual, salida de balón… eran algunos de 60 páginas", explica uno de los técnicos que trabajó con él. Incluso, eso le generaba problemas de insomnio, que le hacía ponerse a trabajar a las cuatro de la mañana.
El sueño de Costa, que empezó en su despacho profesional en casa de sus padres en Castelldefels, donde tenía dos pantallas, pizarras, ordenadores, prosigue ahora en la Andorra de Piqué, un paso más con un reto difícil pero al alcance del lobo de los banquillos del fútbol catalán.